Los estudios muestran que el combustible representa hasta el 38% del coste total de propiedad de una flota.

Muchas organizaciones se están planteando introducir vehículos eléctricos para reducir este coste, pero muchas otras aún no han dado el paso y se preguntan cómo pueden disminuir el gasto de combustible de forma sencilla.

La monitorización del estilo de conducción es una práctica útil y que puede suponer un antes y un después a la hora de ahorrar combustible.

Webfleet muestra las cinco técnicas de conducción más eficaces para ahorrar combustible:

Control de crucero

Acelerar y frenar aumenta el consumo de combustible. El uso del control de crucero, en cambio, puede ahorrar entre un 5 y un 10%. Si se activa en autopistas con la mayor frecuencia posible, los conductores pueden mantener una velocidad constante y evitar gastar de forma innecesaria.

Menor velocidad

La velocidad más eficiente para los turismos y los vehículos comerciales ligeros se sitúa entre los 60 y los 80 kilómetros por hora. Si conduces a mayor velocidad, la resistencia aerodinámica aumenta, lo que significa que el consumo de combustible también lo hace.

Cambio de marchas adecuado

La clave para cambiar de marcha es evitar el exceso de revoluciones. Además, no sólo se consume más, sino que también puede dañar el motor del vehículo. Un cambio de marchas adecuado ayuda a mantener las RPM en niveles eficientes de combustible a la vez que protege la salud del motor. Una buena práctica es subir de marcha al principio del proceso de aceleración, en torno a las 2.000 o 2.500 RPM.

Limitar el ralentí

Hay situaciones en las que es necesario dejar el motor en marcha. Por ejemplo, para mantener una temperatura confortable en cabina. Pero todo es cuestión de equilibrio y de tomar acciones sencillas. Aparcar en la sombra y utilizar cortinas puede ayudar a controlar la temperatura en la cabina y reducir el ralentí en un 20%.

Inercia

La marcha por inercia consiste en soltar el pedal del acelerador, disminuyendo gradualmente la velocidad a través del motor. No se consume combustible cuando se aprovecha la inercia. Al acercarse a un atasco o a zonas peatonales, por ejemplo, el conductor puede soltar el acelerador y avanzar por inercia. Si no es necesario frenar, el conductor puede recuperar la velocidad del vehículo sin tener que acelerar mucho ni consumir combustible.

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