Con su apoyo a la expansión de la energía renovable, VWCV ya está aumentando la cantidad de electricidad procedente de fuentes renovables que está disponible en la red, sentando así las bases para que sus vehículos eléctricos se utilicen con neutralidad de carbono.

La ampliación de la energía renovable es especialmente importante para Volkswagen Vehículos Comerciales porque los vehículos eléctricos sólo podrán contribuir plenamente a la protección del clima si funcionan realmente con electricidad verde. A través de asociaciones como la establecida con el proveedor de energía Statkraft en Tordesillas, VWCV apoyará el uso neutro de carbono de sus vehículos eléctricos en el futuro. VWCV se ha fijado el objetivo en Europa de reducir la huella de carbono de todos los vehículos en todo su ciclo de vida en un 40% para 2030 en comparación con 2018. Por su parte, el nuevo ID Buzz desempeña un papel fundamental en este sentido. A partir del otoño de 2022, el vehículo se entregará a los clientes de sus primeros mercados con una huella de carbono neta de cero, continuando así la serie de la familia ID. totalmente eléctrica.

Antes de su uso, llega la entrega: el ID. Buzz y el ID. Buzz Cargo se suministrarán con una huella de carbono neutra en Europa a partir del otoño de 2022. Esto significa compensar las emisiones de CO2 causadas por la producción en la planta de Hannover y las cadenas de suministro anteriores, así como por todos los pasos de transporte que conducen a la entrega a los clientes, incluida la primera carga de la batería. Las emisiones generadas hasta la entrega se compensarán invirtiendo en proyectos certificados de protección del clima, como el proyecto Kariba REDD+ (REDD: Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación), en el que se están protegiendo contra la deforestación casi 785.000 hectáreas de bosque a lo largo de la orilla sur del lago Kariba, cerca de la frontera entre Zambia y Zimbabue. Se trata de uno de los mayores proyectos REDD+ registrados y se desarrolla entre tres parques nacionales: Chiazaira, Matusadona y Mana Pools. El proyecto enlaza cuatro parques nacionales y ocho reservas de safari, formando así un corredor de biodiversidad que protege zonas de bosque y numerosas especies en peligro de extinción.

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