Los técnicos de ingeniería de caminos alertan: se necesitan 6.200 millones de euros para solucionar el problema de las carreteras de nuestro país. El estado del pavimento de la red vial española acumula el 94% del déficit total, es necesario reponer 330.000 señales de tráfico, repintar las marcas viales de 52.000 kilómetros de carreteras…y así, sucesivamente.

“Tan sólo un golpe de timón en los Presupuestos Generales del Estado de 2015 evitaría la debacle del patrimonio viario” asegura el presidente de la Asociación Española de la Carretera (AEC), Juan Francisco Lazcano. En su opinión, una solución de urgencia sería que el Gobierno aprobase un Plan PIVE (al igual que ha hecho con el parque automovilístico) para las carreteras españolas, sin menoscabo de arbitrar un sistema que permita consolidar una asignación presupuestaria anual al mantenimiento de la red.

Para llegar a esta conclusión, la asociación, formada en su mayor parte por ingenieros de caminos, canales y puertos, lleva desde 1985 haciendo campañas de inspección visual de la red viaria para conocer el estado de la pavimentación y el equipamiento (señales, balizas, postes, elementos de protección, barreras metálicas de seguridad) y determinar la inversión mínima necesaria para alcanzar niveles de servicio adecuados.

En la última campaña realizada, las conclusiones son claras: las carreteras españolas se enfrentan a un deterioro sin precedentes, lo que ha hecho que la auditoría de la asociación haya calificado la situación como “la peor de toda la serie del estudio”.

Todo esto tiene consecuencias: por ejemplo, una peor conducción por parte de los usuarios de la carretera, empeoramiento de la seguridad vial, pérdida de la competitividad territorial y frente a socios europeos, aumento exponencial de los costes de reparación, incremento de los costes de mantenimiento de los vehículos y aumento de las emisiones contaminantes, etc.

Es más: la asociación ha calculado que cada euro que no se invierte a tiempo en refuerzo de firmes supone tener que invertir cinco euros a los tres años y 25 euros cinco años después. En la actualidad, tres de cada cuatro kilómetros de pavimento presenta grietas en la rodada (lo que supone el 72% de la red) y uno de cada tres muestra grietas, desintegraciones, deformaciones y baches (38%).

Si se observa la comparativa por comunidades autónomas, se constata que tan sólo Extremadura y País Vasco aprueban el examen. En el otro extremo de la clasificación, se sitúan La Rioja, seguida muy de cerca por Aragón.

La asociación aclara que, para hacer el informe, se han evaluado tramos de carretera interurbanos, elegidos de forma aleatoria. Por tanto, no se han analizado autopistas de peaje. Se trata de una inspección visual, por lo que tan solo se estudian los deterioros que se observan a simple vista. “El informe no considera, por ejemplo, problemas que van más allá de la capa de rodadura del firme, operaciones de conservación en obras de drenaje o en obras de fábrica, etc.” explican sus autores.

Iluminación

En este aspecto, el estudio audita los parámetros medios de la luz que llega al pavimento y su uniformidad, concluyendo que el 82% de las farolas (luminarias) registran rangos deficientes. En contra de lo que pudiera parecer, el 16% están mal por exceso (emiten demasiada luz, lo que también puede perjudicar a la conducción) y el 66% por defecto, lo que repercute en la seguridad del tráfico.

La falta de uniformidad en la iluminación hace aumentar la exposición al riesgo, ya que se generan zonas de oscuridad entre áreas iluminadas (es decir, claroscuros). Un defecto que se ha detectado en el 40% de las farolas que se colocan en la red vial.