Se trata de desperfectos que pueden afectar a la estructura de la plataforma, comprometiendo la comodidad, eficiencia y seguridad de la circulación, motivo por el cual podría ser aconsejable reducir el límite de velocidad genérico entre 10 y 20 km/h, una medida que afectaría a 6.800 kilómetros de carretera.

Son datos que se desprenden del último informe sobre “Necesidades de Inversión en Conservación” llevado a cabo por la Asociación Española de la Carretera (AEC), y que revela cómo la falta de conservación está haciendo mella en las infraestructuras viarias de nuestro país, un patrimonio valorado en 145.000 millones de euros.

En este sentido, se muestra cómo en el año 2001 la conservación de la red viaria aprobaba holgadamente el examen periódico realizado por la AEC, para llegar a 2017 rozando la línea roja del “muy deficiente”.

Entre las consecuencias de este deterioro se encuentra el mayor riego de accidente, impacto ambiental e ineficiencia económica y la pérdida de capital social.

Por su parte, la solución pasaría por incrementar en 300 millones de euros durante ocho años las partidas destinadas a conservación y refuerzo de firmes en los Presupuestos Generales del Estado, pasando de los 900 millones a los 1.200.

Respecto a las carreteras dependientes de las Comunidades Autónomas y Diputaciones Forales, se requiere destinar 600 millones de euros más al año.

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