Estrés al volante
En estos tiempos que corren el estrés se encuentra en boca de todo el mundo, “no puedo más con este estrés”, “el médico me ha dicho que tengo estrés”, “el trabajo me estresa”, etc. Es ahora cuando algunas personas se comienzan a preguntar si esta enfermedad tiene algo que ver en los accidentes de tráfico.
El estrés es una reacción físico-química del organismo que produce alteraciones físicas y psicológicas, a la hora de enfrentarse a situaciones nuevas. Se puede decir que toda situación que altere la rutina cotidiana y requiera la puesta en marcha de cambios o búsqueda de soluciones resulta potencialmente estresante.
Cuando se menciona al estrés, inmediatamente lo relacionamos con algo malo para nuestro organismo. Sin embargo, el estrés no siempre es malo, de hecho, se trata de un sistema de defensa de nuestro organismo, que se pone en marcha ante determinadas situaciones de alarma o tensión, para superarlas, lo cual es fundamental para nuestra supervivencia.
El estrés comienza a ser perjudicial, cuando al organismo se le exige, de manera prolongada y constante, que se adapte para restablecer el equilibrio perdido por situaciones de amenaza. Allí es donde se produce una sobrecarga de trabajo que lleva a la aparición de cambios psíquicos y físicos que influyen de manera negativa en la salud.
El efecto del estrés en la conducción
Un conductor que se siente amenazado, produce gran cantidad de energía para hacer frente a la situación (aumenta la capacidad de reacción, mejora los aspectos sensoriales, aumenta las funciones vitales, etc.). Todos estos recursos bien utilizados, favorecen la conducción, puesto que elevan los niveles de alerta del hombre. Pero, junto con estos efectos teóricamente positivos, pueden aparecer en el conductor algunos comportamientos inadaptados y peligrosos, que se deben tener en cuenta y, entre los que se encuentran:
- Un mayor nivel de agresividad y comportamiento competitivo al volante.
- Impaciencia. Lo que conduce a una tendencia a aumentar la velocidad en la conducción.
- Aumento de la predisposición a llevar a cabo una conducción poco prudente.
- Mayor predisposición a tomar decisiones arriesgadas y a no respetar las señales, etc.
Síntomas del estrés
Psicológicos | Físicos | Consecuencias |
Irritabilidad | Pérdida de apetito o ataques de hambre | Disminución de la productividad laboral |
Pesimismo | Palpitaciones | Dificultad en la relación con los demás |
Ansiedad | Dolor de espalda | Olvidos |
Falta de rendimiento | Dolores musculares | Indecisión |
Nerviosismo | Dolor de cabeza | Evitación de responsabilidades |
Trastorno de memoria | Dificultades para dormir | Accidentes |
Irritabilidad | Molestias de estómago | Disminución en la calidad del trabajo |
¿Hay gente más propensa a padecer estrés?
Efectivamente, depende de varios factores que una persona tenga más probabilidades de sufrir esta patología que otra. Entre éstos, podemos destacar:
- La predisposición genética
- El abuso de alcohol
- El tipo de personalidad del individuo
- La falta de ejercicio físico
- La mala alimentación
- El estado físico
- Las experiencias vividas
El peligro de un conductor estresado
Cada dificultad en el camino (atascos, el coche de delante va demasiado despacio, alguien que te molesta con sus luces, el semáforo en rojo, cambios en el estado del camino, etc.) será causa de excesiva tensión y ansiedad con desencadenamiento de respuestas de riesgo de tipo erráticas y agresivas (conducción a excesiva velocidad, adelantamientos y cambios de carril permanentes, conducción muy próxima al vehículo que va delante, maniobras bruscas y no avisadas, equivocaciones por distracción, indecisión frente a un imprevisto, etc. Todas las situaciones descritas son potenciales generadoras de incidentes que derivarán, en muchos casos, en accidentes.
Entonces, teniendo en cuenta las dificultades de la vida de hoy, con mucha gente sufriendo un estado continuo de tensión y exceso de preocupaciones, ¿qué puede hacerse para disminuir el estrés al conducir?
Recomendaciones para enfrentarse al estrés
- Procurarse un buen descanso por las noches.
- Mantener una dieta equilibrada.
- Realizar ejercicio físico para contrarrestar el sedentarismo que produce la conducción profesional.
- Llevar una buena hidratación.
- Tomar vitaminas C y E (zumo de naranja y frutos secos) así como la B5.
- Reconocer la situación causante del estrés para identificar las posibles estrategias defensivas que se pueden emplear.
- Evitar el abuso de alcohol y el consumo de cualquier droga.
- Alejarse de los atascos (como muchas veces es imposible, se debe pensar que tarde o temprano se va a llegar al destino igual)
Redacción Camión Actualidad
Editora redactora de CamionActualidad.es
Especialista en contenido on-line. Guionista, marketing y comunicación.