Guía práctica del transporte 2025

GUÍA PRÁCTICA DEL TRANSPORTE 77 CÓMO ACTUAR EL PRIMER ARRANQUE Una vez que el motor esté encendido, no es necesario acelerar, y debemos manejar el acelerador con moderación hasta que el motor alcance gradualmente la temperatura ideal de trabajo. à Después de asegurar que hay suficiente aire en los circuitos de presión, comenzaremos a rodar sin esperar a que el motor esté completamente caliente, ya que esto no aumentará la temperatura más allá de la ambiente y consumirá combustible sin beneficio. à Debemos reducir las revoluciones y acelerar de forma progresiva, evitando exigir al motor más allá de lo necesario, manteniéndonos siempre un poco por debajo de la zona óptima. à No cambiemos de marcha si eso significa que necesitaremos presionar el acelerador de forma excesiva; es mejor mantener el pedal con suavidad para evitar que el régimen de revoluciones suba demasiado. à A medida que el motor alcanza su temperatura de trabajo, comenzaremos a exigir más rendimiento. à Con la temperatura adecuada, podremos operar dentro de la zona económica y exigir más al motor, siempre respetando los límites establecidos por el fabricante. AL DETENERNOS Otro momento crítico es la parada, ya que el motor no solo ha estado funcionando a plena capacidad, sino también todos los mecanismos auxiliares. Es vital reducir la temperatura antes de apagar el motor. En algunos vehículos, el sistema de refrigeración sigue funcionando incluso después de que el motor se haya detenido para disipar el calor residual. à Después de un esfuerzo prolongado, es recomendable que el motor permanezca a ralentí durante 1 o 2 minutos. à Recuerda que el turbo gira a más revoluciones que el motor, y si lo detenemos antes de que el compresor se estabilice, podría funcionar sin lubricación. à Acelerar antes de apagar el motor es una práctica obsoleta y contraproducente en la actualidad.

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