Renault Trucks ha tenido durante tres meses un Kerax 6x6 reconvertido en aula taller, que ha recorrido cinco países de África Oriental con la misión de colaborar en la formación de los mecánicos que trabajan para el Programa Mundial de Alimentos (PAM) en esta zona, donde los camiones juegan un papel fundamental en el transporte de los alimentos hacia las poblaciones donde son necesarios. El objetivo de este proyecto no era otro que proporcionar los conocimientos necesarios a los mecánicos del PAM para que puedan efectuar el mantenimiento de los camiones de Renault Trucks que trabajan para esta agencia de las Naciones Unidades y asegurar así que estén operativos el mayor tiempo posible.

Entre técnicos, conductores y formadores, en total se han desplazado al corazón de África nueve empleados de Renault Trucks, entre los que se encontraba Nicolas Fromentoux, que se encarga del diseño de la formación técnica en Group Truck Sales & Marketing EMEA, pero que el pasado mes de enero se desplazó a la zona de Buyumbura, la capital de Burundi, situada en la orilla del lago Tanganica, para compartir sus conocimientos con los mecánicos del PAM. Compañeros suyos en Renault Trucks hicieron lo mismo en Kenia, Uganda, Sudán del Sur, Ruanda y República Democrática de Congo, completando un periplo de más de 5.000 kilómetros.

Aprendiendo sobre la marcha

Según nos explica Nicolas, su actividad se centraba en dar “una formación en mantenimiento de vehículos industriales, en la que se aborda los conocimientos de reparación del motor, de los frenos, así como las nociones básicas de la electricidad, aunque también hemos tratado otros temas cuando los mecánicos nos lo han solicitado”. Y afirma que aunque la formación era Renault Trucks, “una buena parte de las informaciones que hemos transmitido bien pueden ser utilizadas para otros vehículos, ya que proporcionaban nociones muy básicas que pueden aplicarse a todos los camiones”.

El aula para dar la formación ha sido la caja del Kerax 6x6, en la que se había instalado un puente y un motor especialmente preparados para la formación y amarrados fuertemente para aguantar los recorridos entre los lugares donde se iban a impartir los cursos. Además, el propio camión llevaba las herramientas y piezas de recambio para reparar el camión sobre el terreno si hubiera sido necesario.

Sobre las preguntas planteadas en los cursos, nos explica que como entre los asistentes “el nivel era muy heterogéneo, también lo eran las preguntas. Iban desde los principios básicos de los motores de combustión hasta el multiplexado” (la tecnología de transferencia de información que permite conectar a un mismo bus de datos muchos componentes). Hay que tener en cuenta, que algunos mecánicos sí habían recibido formación previa, pero otros, lo que sabían lo habían aprendido sobre el terreno.

Como contrapartida, Nicolas nos cuenta que ha podido ver “algunas reparaciones artesanales, soluciones que se realizan en caso de avería, cuando hay que poner en marcha el vehículo lo más rápido posible con los medios con los que se cuentan. Eso sí, después, una vez solventada la situación y de nuevo en la base, los vehículos se reparan de forma convencional. Las averías a las que tienen que hacer frente con más frecuencia son de carácter mecánico: ballestas que se rompen, frenos recalentados. Los vehículos se someten cada día a duras pruebas y se llevan a menudo hasta sus límites mecánicos.” No es de extrañar, teniendo en cuenta el entorno en el que trabaja el PAM, como situaciones de emergencia en países en vías de desarrollo, en zonas de difícil acceso, donde la capacidad de franqueo, la motricidad y la robustez son fundamentales, que los camiones del fabricante francés que forman parte del parque de vehículos de la PAM pertenezcan a la gama Kerax, aunque también está presente el Premium Lander.

Sobre las averías nos hace una última puntualización, y es que “en contra de lo que podamos creer, la electrónica es globalmente muy fiable. Si pese a ello, se dan problemas por cuestiones electrónicas, los centros logísticos del PAM cuentan con manuales de reparación que pueden ayudarles a la hora de buscar una diagnosis. Si se necesitara una maleta diagnóstica, los técnicos del PAM se apoyan en la red Renault Trucks de la zona.” Nicolas también nos explica que la igual que el nivel de conocimientos de los mecánicos, los medios disponibles con que cuentan también son heterogéneos, “van desde un taller integrado en un centro logístico con instalaciones cerradas y bien acotadas, con todos los medios y piezas necesarias, hasta un taller de campaña a cielo abierto.” Lo mismo ocurre con los vehículos que utiliza esta organización, ya que la mayoría de los 5.000 camiones de la PAM proceden de donaciones… y muchos de ellos no son demasiado nuevos.

Toda una experiencia

La participación de Nicolas Fromentoux en este proyecto ha supuesto su primera experiencia profesional en África, a la que solo le ha faltado haber tenido la oportunidad de participar en algún convoy de entrega de ayuda. “Me traigo en mi retina los colores y la atmósfera general que allí reina… ¡y muchas ganas de volver!”, asegura con rotundidad. Además, remarca que “no conocía de antemano el funcionamiento de las ONGs como el Programa Alimentario Mundial. La organización sobre el terreno es impresionante: es una verdadera empresa multinacional al servicio de los más desfavorecidos.” Y aunque uno ya sabe las condiciones de vida en estos países, Nicolas afirma que “lo que más se me ha quedado marcado es la extrema pobreza en la que vive la población local. El contraste con el confort de nuestro día a día, aquí en Europa, es muy impresionante.”