Pocas veces se tiene la oportunidad de hacer una prueba como la que nos ha permitido desarrollar Renault Trucks con su nueva gama T de larga distancia. Se trataba de recorrer la distancia que separa Venecia, en el norte de Italia, de la capital Roma. Un total de 605 kilómetros por carreteras de todo tipo, autopistas, autovías y carreteras convencionales, para comprobar las novedades y el comportamiento que aporta este nuevo camión de la marca francesa.

Sin duda, con la nueva gama T, Renault Trucks ha experimentado un significativo salto de calidad buscando jugar un nuevo papel en el panorama europeo de vehículos industriales, pero para valorarla en su justa medida no podemos perder de vista las gamas precedentes. La marca francesa apostó por la unificación de su oferta en el transporte de larga distancia, donde convivían, y competían, la gama Premium, cuya principal aportación era la de su ajustado consumo, y Magnum, con un concepto de cabina pionero en el sector de los vehículos industriales con plataforma plana, imitado después por la mayoría de los fabricantes. Una política que, por el contrario, no ha seguido en sus nuevas gamas de construcción, ya que la C viene a sustituir al anterior Lander y la gama K se ubica donde antes estaba el Kerax.

Respecto a la anterior gama Premium las diferencias son patentes, pero respecto al Magnum sorprende como con una plataforma completamente distinta han conseguido prácticamente el mismo espacio interior y una más optimizada colocación de los controles en el puesto de conducción y en la zona de descanso.

Venecia-Bolonia

Nuestro primer recorrido, que transcurrirá entre Venecia y las inmediaciones de la medieval localidad de Siena, con un total de 361 kilómetros, lo hacemos con un Renault T 520.18 con cabina High Sleeper y motor DTi13, de 13 litros de cilindrada y una potencia máxima de 512 CV. Esta versión representa el tope de la actual gama del fabricante galo.

Accedemos al interior de la cabina T, y una vez dentro se palpa una mayor calidad que la que encontrábamos en sus predecesores Magnum y Premium, tanto en lo referente a los materiales empleados como en la disposición de los distintos elementos. Y es que los responsables de la marca francesa han trabajado concienzudamente en dotar a esta gama de los elementos que proporcionan muchas satisfacciones a sus clientes.

Dejamos Venecia repleta de turistas a las 10 de la mañana en dirección a la autopista que se dirige a Milán. Nos acompaña en el viaje François Rebière, coordinador del departamento de Pruebas de Renault Trucks, un excelente interlocutor para conocer todos los secretos que nos guarda el nuevo buque insignia del fabricante del rombo.

Tras atravesar el Ponte della Libertá tomamos distintas circunvalaciones, entre ellas la A13 con dirección a Bolonia y Padua, con carriles tremendamente estrechos y delimitados con bloques de hormigón, lo que nos obliga a ser extremadamente cuidadosos en las maniobras. Finalmente salimos a A-57 en dirección a Milán y Bolonia. El primer peaje nos ocasiona el primer inconveniente, el dispensador del ticket está situado demasiado bajo para la altura del camión, lo que, unido a que por diseño la ventanilla de nuestro Renault T no baja en toda su extensión, nos obliga a tener que abrir la puerta para poder cogerlo. Más tarde, el diseñador de Renault Trucks, Hervé Bertrand, nos explicaría que las generosas dimensiones de la ventana, junto al diseño de las puertas, le habían obligado a que el cristal no bajara hasta abajo.

El tráfico que nos encontramos es fluido, pero tenemos el inconveniente de la estrechez de las vías por las que transcurridos. En este punto, los nuevos sistemas de asistencia a la conducción que incorpora la gama T de Renault nos es de gran ayuda. Mediante un botón situado a la derecha del volante, accionamos el Control Adaptativo de Velocidad, del que podemos optar por varias modalidades, y así establecer la velocidad que queremos llevar y la distancia con el vehículo que nos precede. De esta forma, nos permite ocuparnos del tráfico y las distintas condiciones de la carretera que del propio camión.

En esta ruta, de recorrido completamente llano, nuestro Renault T 520 se muestra alegre, y aunque no vamos totalmente cargados, el hecho de que nos otorgue el par máximo de 2.550 Nm ya a las 1.0650 vueltas y la buena conjunción de esta mecánica de 13 litros con la caja Optidriver nos permite circular sin sobresaltos y con potencia de reserva en caso de que fuera necesario. Además, el consumo obtenido es excelente, pues ronda los 21 l/100km.

Bolonia-Siena

Tras la parada obligatoria para comer, proseguimos nuestra ruta por la A-13 en dirección a Florencia, la capital de la Toscana, y de nuevo los numerosos peajes que encontramos a nuestro paso nos obliga a sucesivos ejercicios de contorsionista. Este tramo de la autopista es el enlace entre las dos principales ciudades italianas, Milan y Roma, con lo que el tráfico, especialmente de camiones, se intensifica por momentos. Es aquí donde el Control de Velocidad Adaptativo se nos convierte en un aliado imprescindible.

Nos llama la atención el hecho de tener que abonar peaje por circular en estas carreteras, estrechas, con curvas peligrosas y con bloques de hormigón que nos impiden cualquier escapatoria en caso de avería o de accidente. De hecho nos encontramos con algún vehículo detenido, lo que origina la correspondiente retención. Nada que ver ni con las autovías ni con las autopistas que aquí disfrutamos.

Tras pasar Florencia, entramos en la autopista A-1, de tres carriles, donde el tráfico vuelve a ser más fluido. Esta mayor velocidad nos hace caer en la cuenta de la baja sonoridad que llevamos en el interior de la cabina del Renault T, y el buen trabajo realizado en la suspensión de la misma, en la que se ha acertado en conseguir un buen equilibrio entre rigidez y confort.

Abandonamos la autopista para tomar una “strada provinciale” camino ya de Siena, donde el firme es muy irregular, y donde la suspensión del vehículo se muestra excelente y confortable, mitigándonos la fatiga en la conducción. A esto también ayuda el que llevemos activos todos los sistemas de ayuda a la conducción, tanto el Control Adaptativo de Velocidad como el Sistema de Alerta por Cambio de Carril.

Finalmente llegamos a nuestro destino, con unas buenas sensaciones del camión y un consumo en torno a los 25 l/100 km, debido a que la última etapa era propicia en subidas y bajadas, junto con un buen número de obras en la carretera, que nos ha impedido mantener una velocidad uniforma en el trayecto.

Siena-Roma

La tercera y última etapa nos llevará a Roma, combinando las autopistas A-1 y E35. Para este trayecto hemos cambiado de montura, sustituyendo el anterior T520 por un Renault T 460, con motor DTi 11, de 10,8 litros de cilindrada, una potencia de 458 CV. y un par máximo de 2200 Nm entregado desde las 1000 revoluciones las 1.400. También hemos cambiado de cabina, pues esta versión monta la Sleep Cab, una de las que Renault Trucks ofrece con túnel motor.

No obstante, la sensación que obtenemos al entrar en ella es muy similar a la anterior, no solo en cuanto a la calidad de sus componentes, sino al espacio disponible, pues el túnel motor de 20 cm. de altura apenas es perceptible, y en nada limita nuestros movimientos.

El puesto de conducción es cómodo, y cuenta con la ventaja de que tenemos todos los controles a nuestro alcance, gracias a la disposición inclinada de la consola central. Además, al contario que las últimas modas, no se ha sobrecargado de mandos el volante, y los existentes se utilizan de forma muy intuitiva. Sin embargo, los distintos sistemas y la disposición de los botones requieren de un cierto período de adaptación para sacar de este camión todo el potencial que esconde.

En esta ocasión nos acompaña Beslay Hervé, uno de los conductores demostradores de Renault Trucks, que da la casualidad que tiene ascendencia española. Con Beslay recorremos los 244 kilómetros que separan Siena de Roma, y dado lo benigno del terreno, con ninguna estribación montañosa, lo cierto es que las diferencias entre este modelo y el de las etapas anteriores no difieren excesivamente. Otra cosa será si afrontamos recorridos donde las subidas y bajadas a puertos de montaña, o donde las ondulaciones del terreno sean más comunes, donde se mostraran claramente las diferencias.

Tres horas después de nuestra partida de Siena llegamos a Fiumicino, localidad costera al lado de Roma, donde acabará nuestra aventura italiana con la nueva gama T de Renault Trucks. Una gama en la que se nota que se ha desarrollado conjuntamente con un grupo selecto de clientes, ya que responde a cada una de sus necesidades, tanto desde el punto de vista de la mecánica, como del confort y la habitabilidad de la cabina. El magnum ha muerto, viva el T.