La trayectoria de esta empresa toledana no difiere mucho de otras muchas. Su fundador Esteban García Dorado, hijo de camionero, se subió a un camión antes incluso de que echara a andar y su primer viaje como conductor lo hizo con un Pegaso 260 repartiendo cerezas desde Arenas de San Pedro por los mercados de Ávila, Valladolid, Palencia y Santander. Hasta aquí todo normal, solo por un pequeño detalle, Esteban contaba con 19 años de edad y no tenía aún carnet de conducir. Una urgencia de la empresa donde trabajaba su padre le puso a los mandos de un camión, aunque nuestro protagonista ya sabía lo que era mover este tipo de vehículos.

Tuvo que esperar a los 21 años para sacarse el permiso de conducir, después de dos años transportando mercancías de un lado para otro, y, como no podía ser de otra forma, el día del examen se presentó con un trailer lleno de madera que tenia que entregar pocas horas después. “Eran otros tiempos -nos dice García Dorado-, si es ahora salgo en televisión”.

Corría el año 1981 y después de pasar por tres empresas como conductor decidió que había que cambiar de rumbo y junto a su esposa Lucrecia iniciaron el camino como autónomos, aprovechando el boom de la construcción en Extremadura y Talavera de la Reina transportando los famosos azulejos de esta localidad toledana. Pero Esteban es una persona muy inquieta y decidió afrontar nuevos retos introduciéndose en el mercado de la paquetería iniciando en 1990 una estrecha relación con una de las empresas a las que actualmente presta servicio, Integra2, junto con DHL y Transhaer.

“En transporte de paquetería -nos dice- es más cómodo, no solo para mí sino también para el conductor, que no tiene que pasar mucho tiempo fuera de casa. Como mucho todos mis conductores van a casa el fin de semana y algunos un día si y otro no”. Y es que Esteban no olvida sus orígenes, “Valoro mucho al conductor, porque yo empecé así y he estado toda mi vida como conductor. Sé lo que se pasa en la carretera y no concibo que un conductor haciendo ruta nacional pueda ganar 1.500 euros, y menos haciendo internacional”.

Y en este punto es obligado hablar de la falta de conductores que adolece el transporte. La empresa cuenta con una plantilla de 18 profesionales que se ve aumentada en dos más durante los meses de verano para cubrir vacaciones y, que según nos reconoce Esteban, terminan quedándose después. “Un empresario -nos dice- no puede estar sin conductores y menos sin conductores buenos. Nosotros intentamos pagar bien, y hay gente que está esperando que la llamemos. Es importante contar con buenos profesionales, fiables y que tomen buenas decisiones cuando sea necesario. Merece la pena pagar más”.

La saga continúa

Durante muchos años la empresa ha estado gestionada por el propio Esteban, como responsable de la parte comercial, la relación con los clientes y el mantenimiento de los vehículos, y su esposa Lucrecia, encargada de la facturación. Pero la expansión de la empresa necesitaba más brazos y estos vienen por parte de los hijos, Paula, abogada, que ha empezado este año a conocer todos los entresijos de una empresa así, y el siguiente en incorporarse será Javier, que esta estudiando la carrera de Logística y Transporte en la Universidad Camilo José Cela.

Presentes durante la entrevista, ambos nos aclaran que ha sido propia la decisión de continuar con la empresa familiar. A Paula, colegiada en Derecho, le gusta el sector y se ve perfectamente capacitada para compatibilizar ambas actividades, mientras que Javier se muestra más pragmático, “el transporte es un sector en continuo desarrollo y va a seguir dando trabajo, que es lo que buscamos los jóvenes, una seguridad para nuestro futuro”. Son, sin duda, el futuro de esta empresa y de un sector que necesita gente muy preparada al frente de las empresas.

Esteban se muestra satisfecho pero reconoce que “este es un sector muy duro, y no todos los jóvenes quieren dedicarse a ello. Claro, que una cosa es estar en la oficina, que todos los días terminas y te vas a casa, que estar en un camión pasando fuera toda una semana, como mínimo”.

Como los agricultores

Como la mayoría de las empresas de transporte, también Esteban G. Dorado cuenta como una mínima rentabilidad que se ve perjudicada si surge cualquier tipo de improviso, como tener que poner ruedas o alguna avería. Su respuesta es mantener una flota “lo más nueva que se pueda”, con el fin de que el camión registre las menores averías posibles y sacarle así el mayor partido.

“Las empresas cargadoras siempre piden al transportista un buen servicio, pero otro caso es que lo paguen. Claro, que si no les das buen servicio no te contratan. Los transportistas queremos lo mismo que los agricultores -señala-, no trabajar por debajo del coste, ni tan siquiera por el coste. Queremos poder mantener nuestra flota, los puestos de trabajo, nuestros clientes y vivir un poco mejor”. El problema, como señala Esteban, es la falta de unión en el sector. “No la va a haber nunca, por eso no hacemos más que pegar palos de ciego”.

Una flota muy diversa

Esteban G. Dorado cuenta con una flota de 18 camiones, en los que combina tractoras y semirremolques con megatrailer en configuración link, y podría decirse que es un resumen de casi toda la oferta que existe actualmente en el mercado español. Desde el más antiguo, un Renault Magnum, hasta las últimas adquisiciones, dos flamantes Mercedes Actros de nueva generación.

El hecho de contar con camiones de varias marcas lo explica el propio Esteban. “Hay que tener un poco de todo para que todos te traten bien. Aquí es fácil porque tenemos todos los concesionarios. Antes teníamos todos los camiones de una misma marca, pero nos dimos cuenta de que a la larga eras tu quien dependías del concesionario”.

A la hora de elegir la compra de un nuevo camión, Esteban tiene en cuenta su faceta de empresario, por lo que tiene en cuenta la fiabilidad como argumento más importante, pero no olvida su faceta de antiguo conductor y se decanta “siempre que puede” por elegir la versión más alta de gama de cada fabricante, ya que prima la comodidad y el confort del conductor por encima de todo.

Su obsesión por dar un buen servicio a sus clientes le lleva a tener una flota bastante joven ya que su máxima es retirar un camión en el momento que empieza a dar problemas. “Además -indica- cuanto antes cambies el camión te lo van a pagar mejor y así el nuevo te sale un poco más barato”. Dependiendo de la ruta que haga los camiones son renovados cada 7 u 8 años, y también del mantenimiento, “cuando un camión empieza a dar problemas me lo quito”.

Esta variedad de marcas le otorga el título de gran conocedor de todas ellas. “te podría hablar bien y mal de todas ellas, porque todas tienen sus cosas. Lo cierto es que los camiones cada vez son más parecidos y cuestan mas o menos lo mismo”. También tiene distintas opiniones respecto a los contratos de mantenimiento, que resultan interesantes en algunos fabricantes y menos en otros donde estas labores son más baratas.

Todos los camiones van provistos de sistemas GPS, ya que Esteban no es ajeno a las nuevas tecnologías, y poder así controlar el estado de la flota en todo momento, usando sistemas de gestión de flotas propias y de las empresas para las que trabaja. Sin embargo, aunque cuenta con una significativa muestra de la producción europea, Esteban se muestra entusiasta de los camiones americanos. “Había oído que en Europa se iban a cambiar las dimensiones permitiendo cabinas más aerodinámicas, pero va a costar, porque los fabricantes, empujados por lo que quieren los cargadores, lo que buscan es aumentar la capacidad de carga. Pero seguimos teniendo las cabinas europeas en las que pasar dentro una semana, por mucha tecnología que lleven, sigue siendo una superficie de dos metros con una cama. ¿Por qué nosotros no podemos tener esas cabinas americanas?”.

Apostar por los megatrailers

Esteban es un empresario inquieto al que le gusta estar siempre en vanguardia. Entre su flota cuenta con 6 megacamiones con los que da servicio a Integrado2, DHL y Transhaer. Pero los comienzos no fueron sencillos, “cuando me enteré de que estaban haciendo pruebas en Zaragoza y ví el primero pensé que era una solución inviable, pero cuando el 23 de diciembre de 2016 salía en el BOE la aprobación de su uso pensé que ya se iban a quedar, por lo que en enero hice mi primer pedido”.

Lo curioso es que no tenía cliente para él, y fue el propio esteban quien empezó a ofrecerlo a las empresas con las que trabajaba. “Costó convencerlos, porque seguían fijos con el semirremolque, pero ahora ya tengo seis trabajando”. Tampoco fue fácil conseguir el primer permiso, recorriendo varias jefaturas de Tráfico en Toledo y Madrid donde desconocían los trámites necesarios, pero peor fue con Tránsit de Cataluña, donde tuvo que esperar dos meses hasta conseguir el permiso.

Los autónomos en peligro

Después de muchos advirtiendo del peligro, Esteban sí ve ahora en peligro el tradicional autónomo de un solo camión debido a la presión fiscal por parte de Hacienda. “Si desaparecen los módulos, desaparecerá el autónomo”. El gerente de G. Dorado recuerda cuando el tejido transportista español estaba constituido por una gran mayoría de autónomos, en el que las agencias se encargaban de darles trabajo y buenos precios.

“Ahora -dice Esteban- están los cargadores y los operadores que no tienen camiones y manejan ellos el precio. El transportista cada vez tiene menos fuerza en este sentido”. Sin embargo, aboga por la importancia de las empresas pequeñas. “Una empresa como la nuestra, con sus clientes ya consolidados durante muchos años, compite mejor que una grande. Da un mejor servicio y es más flexible”.