Camiones del Norte, estudio de una fábrica de autocamiones
Un trabajo realizado para la Escuela de Altos Estudios Mercantiles de Bilbao en 1947 encontrado en un anticuario es el origen de este reportaje, sobre el proyecto Babcock Diesel para producir camiones en el País Vasco.
El autor, José L. Fernández Castresana, aseguraba en la entradilla de su trabajo que acometió su estudio con el propósito firme de demostrar que se podían fabricar automóviles en España y que, concretamente, se podía hacer en Vizcaya con más ventaja que en el resto de la península. Y cuando habla de automóviles, también incluye los vehículos industriales, ya que su obra es un proyecto de una fábrica de autocamiones.
Viendo los problemas de la posguerra española, unidos al arranque de la Segunda Guerra Mundial, la destrucción de vehículos que se produjo durante la Guerra Civil y las dificultades para importar material nuevo desde el extranjero, en España no quedó más solución que reparar lo casi irreparable, lo que supuso la apertura de muchos pequeños talleres que se dedicaron a poner en funcionamiento todo lo que encontraban con ruedas en los cementerios de automóviles.
Gracias al ingenio y la genialidad de estas personas, combinado con la capacidad de improvisación, se resolvieron los problemas de falta de vehículos como mejor se pudo.
Euskalduna montó en su planta de Bilbao carrocerías de autobuses sobre camiones americanos Federal
Aún así, el déficit de lo que se precisaba era enorme. Fernández proponía en su estudio la unión entre los talleres para especializarse cada uno en un componente específico, cuyo conjunto podía dar lugar a una fabricación de camiones nacionales.
Varios órdenes ministeriales a principios de los años treinta dieron la base legal para dedicarse al montaje de vehículos de procedencia extranjera incorporando elementos nacionales, lo que dio lugar a la creación de Ford Motor Ibérica y de General Motors Peninsular, ambas empresas dedicadas al ensamblaje de vehículos industriales.
Llegada de los bastidores de la marca alemana Klöckner a Irún para su posterior traslado a la planta de SEIDA, que realizaba sobre ellos varios tipos de autobuses
Según la ley cada año el vehículo montado necesitaría un mayor porcentaje de piezas nacionales, con un 50% ya en el cuarto año, para continuar con las bonificaciones arancelarias. Ya entre 1934 y 1936 diversas casas extranjeras estudiaron la viabilidad de montar sus productos en España, entre ellos la Sociedad Española Importadora de Automóviles (SEIDA), filial de la Chrysler americana, que se estableció en Bilbao en 1936.
La base industrial del País Vasco
No es de extrañar que el Norte de España intentara hacerse un hueco en el mundo de la fabricación de automóviles y vehículos industriales, ya que contaba con grandes empresas de fabricación de calderas, locomotoras, cascos de buques, grandes motores industriales y un largo etc. El camino hacía los intentos de producir motores y bastidores para camiones era muy corto.
El País Vasco muy pronto se hizo suministrador de componentes para grandes marcas nacionales como Hispano-Suiza, Ford y General Motors Peninsular. También se construyeron sus propios modelos como los camiones y autobuses de la marca Naval-Somua, fabricados en Sestao (Vizcaya) con ayuda de piezas franceses a partir de 1929, logrando vender bastantes unidades durante algunos años.
Más notorios aún se hicieron los talleres de la SEIDA en Zorreza, donde ya a partir de 1936 se inició el montaje de camiones marca Dodge. Asentado el bando nacional en Bilbao, en estos talleres se prestaba el servicio de Automovilismo Militar para continuar con el montaje de vehículos.
Otro trabajo de SEIDA fue recuperar el material militar
El Gobierno Español publicó una orden en julio de 1939 perfilando la orientación de las empresas.
En los planes de reconstrucción nacional ocupan lugar de toda preferencia por sus extraordinaria influencia en el desenvolvimiento económico, el de los elementos de transportes de todas clases. Entre estos últimos los vehículos automóviles en sus diferentes especialidades constituyen un sector de suma importancia, que por sus particulares características requiere para su recuperación y desenvolvimiento especiales soluciones.
No sólo se hablaba de la recuperación de los vehículos militares, sino también de la fabricación completa y total de vehículos nacionales en cantidad suficiente para satisfacer las necesidades del mercado.
Proyecto detallado
Ante tanto supuesto apoyo de la administración en la preparación de grandes empresas productoras de vehículos de toda índole, el autor del citado estudio hizo en su trabajo un exhaustivo estudio de costes y viabilidad para instalar una producción de camiones en Bilbao, apoyado por las industrias ya existentes, que podría tener en poco tiempo una gran importancia, también para la exportación.
Anuncio de 1953 de los Dodge Brothers montados por SEIDA
Tampoco faltaba una vista esquemática en planta y alzada del modelo a construir, basándose en un camión de 4,5 toneladas por ser el más necesitado. El autor también incluye el dibujo de la planta de producción con todos sus detalles de este camión, que lo nombra como “National”.
Lo que más fascina es el concienzudo trabajo de buscar hasta el mejor lugar para la ubicación de la supuesta fábrica, estudiando a fondo la cercanía de otras posibles empresas suministradores y el acceso a la mano de obra, encontrando como lugar más apropiado la zona de Urbi (Galdácano) en Vizcaya, de carácter semirural, por la cercanía de importantes empresas industriales y la proximidad a Bilbao, que aportaría parte de los trabajadores necesarios.
La planta de montaje de estructuras de SEIDA
José L. Fernández Castresana menciona también a todas las empresas que podrían aportar las piezas necesarias para la producción del camión, detalle por detalle, asignando a la Babcock & Wilcox la producción de los bloques motor, la culata, cigüeñales, árboles de levas y válvulas, así como la caja de velocidades, repartiendo los demás componentes y piezas a otras empresas de la región; mientras que los neumáticos los aportaría la Firestone Hispania, que tenía su sede en la propia Urbi.
Un exhaustivo estudio de costes de producción, de necesidad de personal, de productividad necesaria para la amortización, calculado hasta en céntimos de peseta, deja al final claro que podría salir rentable la producción del camión denominado “National” –con la “t” en vez de la “c” para darle carácter internacional.
SEIDA también fabricaba una cabina para el camión desarrollado por Babcock & Wilcox
También se incluye en el estudio un apartado detallado de marketing. Nuestra enhorabuena al estudiante, ya que su trabajo fue calificado con un sobresaliente. Quizá, si hubiésemos tenido personas con más agallas de emprendedor, a lo mejor ahora tendríamos una marca nacional de camiones. Pero la realidad es que ya no nos queda nada propio en este campo en España.
Este artículo, completo
publicado en la revista Truck
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Número 56 - Febrero 2012
Bocanegra y su equipo
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1 comentario
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Miércoles, 01 Febrero 2023 13:20
publicado por DAN ORTIZ GONZALEZ
También tuvimos Pegaso y no lo supimos mantener, y Barreiros y solo le ponían pegas
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