Prueba Van: Ford Transit Connect Van FT 210 L2 1.6 TDCi
No es una casualidad que la nueva Transit Connect haya sido galardonada con el “Van of the Year 2014”. A un renovado aspecto, mucho más moderno y actual, se suma unos motores muy económicos y unas soluciones desde el punto de vista funcional que, sin duda, le hace merecedora del citado premio.
NOS HA GUSTADO
- Diseño
- Consumo
- Soluciones para la carga
NO NOS HA GUSTADO
- Equipamiento de serie
- Capacidad de carga unidad probada
- Asiento ¿doble? del pasajero
Hacía falta realmente que Ford atacase el segmento de actividad que representan los comerciales compactos, habida cuenta que se había quedado un poco atrás respecto a la competencia, que además de ir introduciendo nuevos modelos, lo han ido haciendo dotándoles de todo tipo de soluciones tanto funcionales como de economía de consumo a las que la Connect anterior no llegaba.
De ello eran conscientes en la marca del óvalo que rápidamente se puso manos a la obra para desarrollar un nuevo producto que realmente fuese una referencia en un nicho de mercado cada vez más competitivo. En realidad lo ha hecho con toda su gama de vehículos comerciales, hasta el punto que incluso ha atacado un sector de actividad en el que llevaba mucho años sin entrar, el conocido como derivados ligeros de menos de cuatro metros de longitud, con el Transit Courier.
Excelente presentación
La flamante “Van of the Year 2014”, un furgón que si ya en la presentación oficial a la prensa especializada hace unos meses nos impresionó por todo lo que es capaz de ofrecer, una vez probada en profundidad, tenemos que decir que a buen seguro más pronto que tarde se convertirá en uno de los iconos de este subsector.
Aunque no sea un factor decisivo en la compra de este tipo de vehículos, pues los profesionales lo que buscan (precio al margen) es un comercial que gaste poco, tenga una buena capacidad de carga, sea funcional, y sobre todo, garantice unos costes operativos lo más bajos posibles, sí que es cierto que muchas veces la primera impresión es la que queda.
Si nos guiáramos por esta última apreciación, la Connect no tendría prácticamente rival, pues su diseño es elegante, con unas líneas redondeadas que recuerdan mucho a las del resto de los vehículos de la marca y que le dan un atractivo especial a todo el conjunto.
Interiormente, la palabra que mejor define a este furgón es la de funcional. Todo está pensado para facilitar la vida a bordo del profesional. Por lo pronto, y a pesar de tratarse de un “compacto”, se ha apostado por un asiento doble de pasajero que en realidad se trata de asiento y medio dada sus dimensiones. Y es que en el lado izquierdo del mismo, en condiciones normales, apenas se podría acomodar un niño, ya que un adulto tiene que recoger las piernas hacia el lado derecho para no toparse con el saliente en el que se ubica la palanca del cambio. En cualquier caso, se trata de una solución para ser utilizada de forma ocasional y para distancias cortas.
Soluciones “made in Ford”
De lo que sí puede presumir este “asiento dual” es de la flexibilidad que aporta desde el punto de vista práctico. Por lo pronto, el asiento del lado derecho se pliega hacia arriba de manera que queda un gran hueco para acomodar cajas de gran tamaño. Al mismo tiempo el respaldo de la parte izquierda se convierte en una práctica mesa que hace las veces de portadocumentos y portavasos.
Pero la funcionalidad en este caso va mucho más allá, en tanto que la misma butaca del pasajero exterior se abate hacia adelante dejando un espacio plano que permite cargar objetos de gran longitud a través de la trampilla con bisagra que se emplaza en la parte baja de la mampara separadora, junto tras dicho asiento.
Muy ahorradora
Llegados a este punto, señalar que nuestra unidad de pruebas era la variante de paso largo con el motor 1.6 TDCi de 95 CV de potencia, el cual asociaba una caja manual de 5 relaciones, un propulsor que por encima de todo sobresale por su reducido consumo y por su suavidad de funcionamiento, sobre todo si lo comparamos con el modelo anterior, que incluso puede superar el 30% de ahorro dependiendo del escenario por el que transitemos.
También el hecho de que se hayan optimizado las relaciones del cambio, con una relación final un 4% más larga, juega un papel fundamental a la hora de disminuir el gasto del combustible.
A todo ello hay que sumarle la posibilidad de contar con limitador de velocidad (fijo o desconectable) tarado a 100 km/h y el Start & Stop, lo que todavía reduciría más el consumo.
En este caso, estas dos últimas soluciones no se venían montadas en la Connect, si bien, aun así, durante nuestra prueba no pasamos de los seis litros de media en ciclo urbano, por los poco más de cinco litros en recorrido interurbano, cifras muy a tener en cuenta para un vehículo de sus características, con casi 1,90 metros de alto y 4,81 metros de largo, más un peso de prácticamente dos toneladas una vez cargado.
La mecánica en sí, sin ser explosiva de reacciones, es capaz de dar todo lo que tiene ya desde bajas vueltas (1.600 rpm), y va ganando en aplomo a medida que va subiendo de régimen, que lo hace de una manera constante, sin alardes, pero con la suficiente rapidez (el cambio hace un trabajo perfecto en este sentido, destacando por su suavidad de manejo) como para no tener esa sospechosa sensación de que el propio motor se resiste al avance.
Una percepción que se convierte en realidad a partir de las 2.500 rpm, algo que sin embargo no supone hándicap alguno, en tanto que el máximo rendimiento se obtiene en el umbral de las 2.000 vueltas. Así, a 120 km/h, en 5ª, el cuentavueltas marca 2.250 rpm, un ritmo muy vivo en el que el propuslor en ningún caso sufre en exceso. Ello se traduce en una rumorosidad muy baja que apenas se percibe en el interior del habitáculo.
En escenarios que pican hacia arriba, conviene no dejar caer el régimen motor por debajo de las 2.000 vueltas, pues el vehículo pierde inercia de forma importante. En cualquier caso, en estas circunstancias la rapidez de respuesta de la transmisión es digna de elogiar, lo que nos permite ganar empuje de forma inmediata.
Por lo que respecta al comportamiento, los tres metros de distancia entre ejes de esta configuración de batalla larga, unido a unas suspensiones con un tarado y unos recorridos optimizados, hace que la carrocería se mantenga siempre firme y que los balanceos en el paso por curva sean muy livianos (sólo se nota un ligero subviraje). Además, el guiado es perfecto gracias a una dirección eléctrica perfectamente ajustada, con lo que en ningún momento tendremos que corregir la trazada.
Ello nos da una seguridad durante la marcha que en el caso de la Connect se ve incrementada por las ayudas electrónicas con las que cuenta, como ABS, controles de tracción y estabilidad, asistencia de frenado de emergencia, control adaptativo de la cara o asistencia al arranque en pendiente.
Los motores
Cinco motores propone Ford, tres diesel Euro 5 y dos de gasolina. Los primeros se basan en una mecánica de 1.560 c.c. de cilindrada para potencias de 75, 95 y 115 CV y pares máximos de 220, 230 y 270 Nm. En cuanto a los segundos, el menos potente parte de un bloque de un litro de capacidad y tres cilindros que entrega 100 CV y 170 Nm, mientras que el más potente, de 1,6 litros, llega a los 150 CV y 240 Nm. Salvo los dos menos potentes movidos por gasóleo, el resto utiliza un cambio manual de 6 relaciones.
La cabina
Cualquier parecido con la generación anterior es pura coincidencia. En realidad, todo es nuevo en el interior de la Connect, que basa algunas de sus líneas maestras en los turismos de la marca. Trazos redondeados y una terminación inmejorable son sus grandes poderes –lástima de la calidad de algunos plásticos-. Una gran consola central recoge todos los dispositivos de control. Fáciles de manejar a pesar de las gran cantidad de botones que incluye. También existen muchos huecos portaobjetos, incluso bajo el asiento doble del pasajero.
Compartimento de carga
Dos son las posibilidades a las que puede acceder el profesional dependiendo de la necesidad que tenga gracias a las dos longitudes de carrocería (4,41 y 4,81 metros) disponibles. En el caso que nos ocupa, contábamos con la variante larga de 3.062 milímetros de batalla, lo que da lugar a una longitud de carga de 2.153 milímetros, que se convierten en 3.400 milímetros si optamos por mamparo con trampilla y plegamos el asiento del pasajero. De esta forma, el volumen útil pasa de 3,7 a 4,4 m3.
Este artículo, completo
publicado en la revista Truck
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Número 80 - Abril 2014
Saul Camero
Probador de vehículos comerciales. Redactor especialista en Transporte y vehiculo industrial.
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