Prueba Van: Volkswagen Transporter Furgón 2.0 TDI BMT 140 CV
El mito del “Bulli” continúa con la T6, en este caso en configuración furgón, un comercial que aúna al mismo tiempo una robustez a prueba de las mayores exigencias y una calidad de construcción inherente a todos los vehículos Volkswagen.
SI NOS HA GUSTADO
- Rendimiento del motor
- Comportamiento
- Consumos
NO NOS HA GUSTADO
- Rumorosidad
- Tacto del cambio
- Calidad de los plásticos
Me van a permitir una pequeña licencia, y en esta ocasión vamos a comenzar por la imagen de una furgoneta (será por lo de su color “rojiblanco”) que, podemos asegurar, llamó la atención allá por donde pasamos, algo de pudimos comprobar durante la semana con la que contamos con la nueva Transporter.
Y es que no podemos negar que la T6 resulta muy atractiva. Bien es cierto que los cambios a nivel externo no han sido muy profundos; habrá incluso quien diga le parece la misma furgoneta, pero si nos fijamos bien introduce algunas modificaciones que le otorgan un gran dinamismo.
Una gran personalidad
Por lo pronto, el paragolpes se ha rediseñado, incluyendo ahora un faldón que desciende hasta quedarse a poca distancia del suelo, lo que le otorga un atractivo más que evidente. Ello se traduce en una gran sensación de calidad que se ve acrecentada gracias a unos faros que se “fusionan” perfectamente con la parrilla, al estilo de algunos turismos de la marca, como el Passat. El resto del vehículo resulta igualmente llamativo, tanto por su doble color blanco-rojo que ya hemos mencionado como por sus preciosas llantas tipo “Disc” con diseño retro.
En el habitáculo los cambios son más profundos. Cierto es que las variante furgón que teníamos entre manos destacada por la sobriedad de su diseño, pero hay que tener en cuenta que nuestro protagonista era la versión de acceso a la gama en cuanto a terminación, una unidad puramente para trabajar. En cualquier caso, Volkswagen Vehículos Comerciales da la posibilidad de elegir entre varios acabados que transforman completamente el interior. Quienes hemos tenido la posibilidad de montarnos en varias unidades con diferentes terminaciones damos fe de ello, hasta el punto de que el resultado es espectacular.
Con todo, la cabina está bastante bien resuelta. Tan solo echamos de menos la típica repisa por encima del parabrisas para guardar objetos, lo que se compensa con el cofre escondido bajo el asiento doble del pasajero, los dos compartimentos sin tapa ubicados en el lado derecho del panel frontal y la guantera emplazada justo por debajo. A todo ello hay que sumarle la bandeja central abierta en la parte superior del salpicadero y dos posavasos a ambos lados del mismo.
Por lo que respecta al puesto de conducción, nos hubiera gustado contar con regulación en altura de la butaca, pero aun así gracias a la posibilidad de ajustar lumbarmente y longitudinalmente el mismo, además de regular el volante el altura y profundidad (en este caso era de plástico y sin mandos, si bien también está disponible en cuero y con botones multifunción), nos permitía alcanzar una buena disposición cara a la marcha.
En cuanto a la zona de carga, tanto el piso de nuestro furgón como los laterales (hasta media altura) venían revestido de un conglomerado especial para proteger la carrocería. Al tratarse de la variante de paso corto y techo bajo, el volumen de carga era de 5,8 m3 (ver Compartimento de carga), si bien la Transporter también está disponible con una mayor longitud (3.040 mm de distancia entre ejes para una largo total de 5,29 metros) y dos alturas de techo (medio y alto) que elevan la capacidad interna hasta un máximo de 9,3 m3.
Motor conocido
Antes de ponernos en marcha, advertir que en esta ocasión contábamos con el motor Euro 5 de dos litros de cilindrada y 140 CV, en tanto que el homólogo Euro 6, que eleva la potencia hasta los 150 CV no será obligatorio montarlo hasta bien entrado 2016.
En líneas generales se trata de un propulsor de buen rendimiento y mejor consumo. Su puesta en escena no es muy explosiva, pues no es hasta las 1.750 vueltas cuando notamos un mayor empuje, pero a partir de este régimen despliega todo su potencial, y lo mejor es que esta fuerza se mantiene invariable hasta poco más de las 2.500 rpm (en 6ª a 120 km/h el cuentavueltas marca tan solo 1.950 rpm), lo que deja claro una elasticidad que nos permitirá salir airosos de cuantas dificultades se nos presenten durante la marcha sin tener que forzar la máquina en exceso. Lástima que la rumorosidad percibida en la cabina sea algo alta.
Además, el cambio, rápido de reacciones pero algo tosco en el tacto, garantiza poder llevar siempre el régimen adecuado, particularidad que se traduce en un consumo bastante ajustado en todo tipo de escenario. Por ejemplo, en ciudad el gasto apenas llega a los nueve litros cargados como íbamos con 300 kilos, mientras que en tráfico interurbano no va mucho más allá de los 6,5 litros a los 100 km.
Destacar que precisamente en tráfico urbano la Transporter se desenvuelve a las mil maravillas. Una dirección de gran precisión, las 3,3 vueltas del volante entre topes y un radio de giro de 11,8 metros garantiza en todo momento una excelente maniobrabilidad, de forma que callejear incluso por las calles más estrechas no representará problema alguno.
Ya fuera de la urbe, el comportamiento de este furgón es magnífico en todos los sentidos. Por lo pronto, es capaz de afrontar perfiles sinuosos y de desniveles considerables sin el menor problema. Siempre que nos mantengamos por encima de las 1.800 vueltas, la Transporter mantiene perfectamente la inercia, tal y como pudimos comprobar al acometer un tramo que picaba hacia arriba en un porcentaje importante, que transitamos con la 5ª velocidad engranada a 1.800 vueltas sin necesidad de tener que tirar de palanca.
En cuanto al comportamiento, es capaz de enlazar una curva tras otra sin problema de una forma muy segura y sin que el deslizamiento típico de la carrocería nos de ningún susto, siguiendo fielmente la trayectoria y, en consecuencia, sin tener que corregir continuamente la dirección. Otra cosa es si vamos muy forzados y el giro es muy cerrado, en cuyo caso aparece un ligero subviraje que apenas tiene incidencia en el devenir gracias a la rigidez de la carrocería y a unas suspensiones perfectamente calibradas. En este sentido, el eje delantero (McPherson) equipa brazos oscilantes transversales y estabilizador montados sobre un chasis auxiliar que, al mismo tiempo, se une a la propia carrocería a través apoyos antivibratorios. La presencia asimismo de estabilizadores suavizan la inclinación del vehículo actuando en los dos ejes.
El resultado es un gran confort de marcha en cualquier circunstancia, hasta el punto de que la calidad de rodadura es la mejor posible, haciéndose más evidente en autovías, en donde la suavidad de marcha es la nota predominante.
Y todo ello se completa con una dotación de seguridad muy alta (sin olvidarnos de un sistema de frenado sobresaliente), en tanto que equipa elementos de última generación (ya sea de serie u opcionalmente) que se suman a los ya clásicos controles de tracción y estabilidad, y ayuda a la arrancada en pendiente. A saber: front assist, control de crucero adaptativo, city emergency break o cámara de visión trasera.
Los motores
El hecho de que la normativa Euro 6 sobre gases contaminantes no sea obligatoria para los furgones hasta septiembre de 2016, hace que por ahora la Transporter esté disponible con los motores Euro 5 de 84 y 102 CV de potencia, además del conocido 2.0 TDI de 140 CV. Ahora bien, las dos mecánicas menos potentes también se sirven en Euro 6, mientras que el propulsor poderoso con esta disposición sobre emisiones llega a los 150 CV.
La cabina
El salpicadero de nuevo diseño es una de las grandes modificaciones que ha introducido la nueva generación de la Transporter. Para ello se ha dispuesto un frontal con una conformación simétrica que destaca por la perfecta ubicación de todos los elementos de control. Eso sí, al tratarse de la versión básica no sobresale por la calidad de los plásticos, demasiados duros al tacto. No podemos tener queja sin embargo de la instrumentación, fácilmente legible.
Compartimento de carga
Al encontrarnos ante la versión de batalla corta (3.000 milímetros para una longitud de 4.904 milímetros), la zona de carga presenta un largo de 2,45 metros, por un ancho de 1,69 metros (1,24 metros entre los pasos de rueda) y una alzada de 1,39 metros, lo que equivale a un volumen interno de 5,8 m3 (4,3 m2 de superficie) para una carga útil de 1.015 kilos. Señalar además que la altura del piso al suelo es de tan solo 566 milímetros, lo que facilita la carga y descarga.
Este artículo, completo
publicado en la revista Truck
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Número 97 - Noviembre 2015
Saul Camero
Probador de vehículos comerciales. Redactor especialista en Transporte y vehiculo industrial.
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