Probamos el Renault Master 120.35 Furgón
Renault Trucks en el mercado de vehículos industriales también se hace extensible a sus comerciales, merced a una gama en la que no se echa de menos ninguna posibilidad dentro del nicho dedicado al pequeño y mediano reparto, sobresaliendo en este caso la nueva Master.
Estilo y practicidad
Comenzando por su delineación exterior, que ha sufrido una serie de cambios, centrados mayormente en el frontal, que incorpora una inédita calandra mucho más llamativa que la que montaba anteriormente, y que tiene muy presente en todo momento el logo característico de la marca. Asimismo, el paragolpes cuenta con salidas de ventilación de grandes dimensiones, solución que guarda relación con el aumento del coeficiente de penetración del aire, que en este caso se cifra en un 10% en comparación con el modelo anterior, cumpliendo de este modo con la disposición sobre gases contaminantes.
Por su parte, el interior también presenta alguna que otra novedad, sobre todo en lo que tiene que ver con el máximo aprovechamiento del espacio (con nuevos huecos para guardar objetos), siendo los ocupantes los grandes beneficiados en este sentido. Además de un habitáculo cuyo impacto visual resulta muy atractivo, gracias a un acabado óptimo, en favor de la Master también hay que mencionar el alto nivel de equipamiento que exhibe. Y es que a parte de los elementos esenciales presentes en todo vehículo que se precie, (elevalunas y espejos eléctricos, airbag de conductor, es etc.) están presentes otros dispositivos que mejoran la calidad del conjunto tanto desde el punto de vista de la seguridad (ABS, cierre automático de las puertas al iniciar la marcha) como del confort (ordenador de abordo, aire acondicionado, control de velocidad de crucero, etc.). Pero igualmente, en la lista de opciones están disponibles mecanismos tan interesantes y vitales a la vez como el airbag de pasajero, el control de tracción o el de estabilidad, y otros que le dan cierta distinción y ayudan a mejorar las condiciones de marcha, como la suspensión neumática o el navegador.
En marcha
Con todo, únicamente advertimos un pero antes de iniciar la marcha, y éste tiene que ver con la dificultad de encontrar la mejor posición de conducción posible. Y no es que llegue a ser mala, ni mucho menos, sino que sería mucho mejor si el volante fuera regulable. En cualquier caso, tampoco es cuestión de quejarse en exceso, ya que el ajuste múltiple del asiento nos ayuda a no acordarnos continuamente de esta particularidad.
Una vez puestos en camino, lo que sí tenemos presente desde un primer instante es la fuerza que demuestra el propulsor en todo momento, hasta el punto de que en ocasiones nos planteamos si realmente estamos al frente de un motor de 120 CV y no del superior de la gama, de 150 CV. Y es que, por lo pronto, ya desde bajo régimen el empuje es bastante notorio; prácticamente desde las 1.400 vueltas el propulsor impulsa al vehículo muy vivamente, condición que mantiene casi invariable hasta el umbral de las 2.500 rpm, espectro en el que mantiene todo su esplendor. Únicamente cuando iniciamos la marcha en cuesta pronunciada es preciso jugar con el embrague hasta que la mecánica nos saque del apuro.
A partir de aquí, la ganancia de vueltas es muy progresiva, y gracias a su acoplamiento con la caja de cambios de seis relaciones, es posible sacarle todo el partido posible al motor. Nos po demos hacer una idea de la eficacia que demuestra con algunos datos numéricos: a 90 km/h, con la 5ª velocidad engranada, la aguja del tacómetro no va más allá de las 2.300 vueltas, justo dentro del espectro en el que el mecanismo obtiene su mayor rendimiento. Esta singularidad juega a favor de maniobras tan importantes como pueda ser la referida a un adelantamiento, una recuperación o al tránsito por orografías con desnivel, en las que es preciso una dosis extra de pujanza.
Pero con esto no está todo dicho, pues sin abandonar dicha marcha, podemos incrementar nuestro curso hasta los 120 km/h sin apenas sobrepasar las 3.000 rpm (los desarrollos de la transmisión son, en líneas generales, largos), momento en el que realizamos el cambio hasta una sexta relación muy directa, manteniéndose el cuentarrevoluciones entonces en unas discretas 2.550 revoluciones. Tal es así, que además de ser posible mantener un crucero muy vivo, el consumo no se ve penado en ningún caso, al ir la mecánica bastante desahogada.
Buenas noticias podemos dar también en cuanto a la circulación por carreteras en las que es preciso salvar cierto desnivel, pues en esta oportunidad la Master demuestra una gran personalidad, en tanto que difícilmente pierde la inercia. Y es que la función desempeñada por el cambio resulta vital para que, con un accionamiento rápido y preciso, podamos llevar siempre un paso seguro.
Del mismo modo, en el buen proceder de este vehículo juega un papel importante el calibrado de los trenes rodantes, que además de sujetarle al asfalto firmemente permite llevar una buena dinámica de conducción. Eso sí, ésta podría mejorarse si el tarado del tren delantero no fuese, a nuestro parecer, algo blando, lo que puede llegar a ser cansino con el paso de los kilómetros. En cualquier caso, no podemos tener queja de la estabilidad de la Master, particularidad en la que tiene mucho que ver el perfecto reparto de pesos que propone y al hecho de calzar unos neumáticos bastante anchos. También la maniobrabilidad es un punto a su favor, merced a una dirección precisa que guía al vehículo por el sitio correcto. Ahora bien, hay que advertir que el volante tiene un gran tamaño y que está excesivamente tendido, lo que dificulta un tanto su manejo, si bien con el tiempo llegamos a acostumbrarnos a esta circunstancia.
Los motores
Sin lugar a dudas, es la auténtica novedad para el presente año de la Master. Obligado por la normativa Euro 4 sobre gases contaminantes, Renault Trucks ha introducido tres nuevas mecánicas, todas ellas diesel de inyección directa common rail. Partiendo de un bloque de 2,5 litros de cilindrada, la marca del rombo ha dispuesto una escala de potencias que comienza en los 100 CV, que alcanza a las 3.500 rpm, siendo en este caso el par máximo de 260 Nm, a los que llega a las 1.600 vueltas. El siguiente en el escalón entrega una potencia de 120 CV, también a las 3.500 revoluciones, y un par de 300 Nm, igualmente a las 1.600 vueltas. Finalmente, el más potente de los tres desarrolla una potencia de 150 CV y un par de 320 Nm, cifras que consigue a las 3.500 y las 1.500 rpm, respectivamente. En cuanto a los grupos transmisores, la marca del rombo ha optado por disponer una misma caja de cambios para los tres mecanismos, una unidad PK6 de seis relaciones de accionamiento manual. Opcionalmente, también está disponible una transmisión automatizada de idéntico número de velocidades conocida como Quickshift, que ofrece la particularidad de funcionar de modo totalmente automático o de forma secuencial, para lo que basta un ligero toque hacia arriba o hacia debajo de la palanca para subir o bajar de marchas.
La cabina
Amplia y acogedora, la cabina de la Master tiene todo lo que un profesional pueda necesitar para realizar su trabajo en las mejores condiciones posibles. Además de un habitáculo espacioso, en el que el conductor puede moverse libremente sin tener que realizar movimientos bruscos, la calidad de construcción del interior no deja lugar a la duda: el diseño del panel de instrumentos es moderno y funcional, con todos los elementos esenciales al alcance de las manos, mientras que la calidad de construcción del panel frontal es muy alta, con la utilización de unos buenos materiales y un ajuste de los mismos óptimo. Asimismo, el cuadro de mandos ofrece una completa información, destacando en este caso la pantalla multifunción situada entre los dos relojes principales, en la que se recoge los datos de ordenador de abordo.Por otro lado, existen una gran cantidad de “zonas” habilitadas para que ningún objeto vaya suelto, pues en Renault Trucks entienden que mantener el orden es prioritario en cualquier área de trabajo que se precie. Así, se pueden encontrar bolsas de generosas dimensiones en los laterales de las puertas, en las que es posible dejar hasta botellas de gran tamaño. También en el salpicadero hay numerosos huecos y hasta portadocumentos. De igual modo, y siguiendo la tendencia actual, por encima de los parasoles se disponen sendas repisas a modo de estanterías muy prácticas.
Compartimento de carga
Muchas son las opciones que propone Renault en cuanto al tamaño de la zona de carga. Partiendo de un bastidor que presenta tres longitudes diferentes (3,08, 3,58 y 4,08 metros) y otras tantas alturas interiores (1,67, 1,91 y 2,15 metros), podemos elegir la configuración que más se adapte a nuestras necesidades, en tanto que el volumen máximo interno llega hasta los 13,9 m3 y la carga útil hasta los 1.675 kilos. En este caso la variante propuesta era un furgón de 12,6 m3 de capacidad interna y 1.533 kilos de carga efectiva, siendo las medidas internas bastante generosas. Así, la longitud del piso de carga llega hasta los 3,63 metros, por 1,91 la altura, sin lugar a dudas números más que interesantes para llevar en su interior bultos de gran tamaño. Además, la altura del vano al suelo no va más allá de los 53 centímetros, con lo que no hay que salvar una distancia excesiva a la hora de introducir la carga en el vehículo, lo cual es de agradecer. También el hecho de que la puerta trasera de doble hoja se abra hasta los 270º simplifica esta tarea.
Al detalle
- El hueco existente desde donde termina la mampara de separación del habitáculo y la zona de carga hasta el techo, permite guardar determinados objetos en su interior, si bien sería conveniente sujetarlos de alguna manera, pues están expuestos a un más que posible desplazamiento ante frenazos bruscos.
- El acceso a la cabina se hace de forma rápida y sin necesidad de hacer un esfuerzo importante. Por otro lado, la ubicación de elementos como los mandos de los elevalunas o los espejos retrovisores hacen que su uso sea muy intuitivo.
- Aunque la maniobrabilidad de la Master es bastante buena, el hecho de que el tamaño del volante sea, a nuestro parecer, excesivamente grande, penaliza ligeramente las maniobras en las que se precisa hacer un uso intensivo de él.
- Para nuestro gusto, el hecho de no contar con volante regulable no nos permite encontrar la posición ideal al volante, si bien el ajuste múltiple del asiento principal mitiga bastante este pequeño inconveniente. Excelente la posición de la palanca del cambio.
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