Prueba Van: Fiat Doblò Work up
El Doblò Work Up, por sus especiales características, puede presumir de ser un vehículo exclusivo, en tanto que propone un formato específico salido directamente de fábrica como vehículo de serie.
Unica en su especie
No es que sea una configuración que no ofrezcan algunos de sus competidores en el mercado de los comerciales ligeros, pero sí que es cierto que los que lo hacen proponen versiones chasis a los que hay que añadirle la carrocería tras petición expresa del cliente. Y lo que Fiat sugiere es un vehículo con una arquitectura determinada totalmente carrozada que forma parte de la gama Doblò como una versión más.
Sin competencia
Con todo, se trata de un chasis que va destinado a un tipo de profesional muy concreto, no tanto por el tipo de trabajo que realice éste como por su radio de acción, más centrado al transporte urbano y de media distancia.
Pero con ello no estamos diciendo que nos encontremos ante un formato nuevo, pues la idea ya se hizo una realidad hace algunas décadas en Italia con las camionetas de tres ruedas –tipo Piaggio- y que tanto éxito tuvo en el país transalpino.
Ocurre que Fiat ha querido ir un poco más allá y ha configurado una variante con unas posibilidades desde el punto de vista funcional muy superiores a aquéllas, adecuándose de este modo a los requerimientos actuales del transporte profesional.
Así, la Doblò Work Up parte de una versión chasis cabina plancher a la que se le ha dotado de una caja de aluminio de reducido peso sobre su “espalda” capaz de hacer frente hasta 1.000 kilos de carga, gracias a la presencia en el eje trasero de de la suspensión Bi-link, basada en un sistema modular que posibilita calibrarla en función de las necesidades de cada cliente.
Por lo que respecta a la caja en sí, nos encontramos ante una zona de carga completamente diáfana de generosas dimensiones, que gracias a sus más de 4 m2 de superficie puede dar cabida, por ejemplo, hasta 3 europalets. Para la sujeción de la carga, se disponen 6 argollas más otras dos adicionales localizadas en la parte alta de la mampara separadora. Luego además, la distancia al suelo desde el plano de carga es de únicamente 890 milímetros, lo que sumado a las facilidades que Fiat procura para que el profesional lleve a cabo su labor en las mejores condiciones posibles –carlotas laterales y posterior abatibles en pocos segundos, escalones escamoteables en las mismas para “facilitar” el acceso de los operarios a la caja de carga, etc.- dando como resultado un comercial funcional donde los haya y con unas amplias cualidades profesionales. Unas condiciones que se ven incrementadas gracias a la presencia de un compartimento extra bajo el piso destinado a la mercancía para guardar objeto de gran longitud.
Trabajador incansable
A partir de aquí, sólo nos queda probar el comportamiento del Work Up en escenarios lo más cambiantes posibles. Para ello, cargamos nuestro vehículo con un europalet de 300 kilos de peso y nos ponemos manos a la obra.
En este caso, disponíamos de la variante con el motor 1.6 Multijet de 105 CV de potencia y 290 Nm, una mecánica que ya conocíamos de anteriores
pruebas que hicimos a diferentes Doblò y que tampoco no iba a sorprender en exceso, pues éramos conscientes de su excelente rendimiento y su reducido consumo.
Recordar que se trata de un propulsor más que cumplidor, que responde perfectamente a nuestro requerimiento desde la zona baja de cuentavueltas –aproximadamente a las 1.600 rpm ya notamos bajo nuestro pie la fuerza necesaria para ganar agilidad de forma rápida y precisa- y que va ganando en aplomo con celeridad ayudado por un cambio de seis relaciones muy rápido de reacciones.
Esta forma de mostrar sus cualidades posibilita alcanzar velocidad de crucero en pocos segundos y todo sin que notemos en ningún momento que marchemos forzados. Es más, la aguja del tacómetro rara vez se dispara, como lo prueba el hecho de que a 110 km/h y en sexta, sólo marque 2.200 rpm. Claro está que con ello se asegura un gasto de combustible muy interesante. Por ejemplo, en carreteras abiertas en las que la velocidad es mayor, medimos un consumo de 7,35 litros, y eso teniendo en cuenta que hay que vencer una resistencia al avance que se ve penada por la altura de la mampara separadora.
Pero tampoco en otros entornos la cosa cambia mucho. En este sentido, destaca especialmente lo poco que “derrocha” en tráfico urbano –no llega a los 7,5 litros-, apoyado en esta ocasión por la presencia del Star & Stop y del indicador del cambio de marchas Gear Shift, que aconseja sobre el mejor momento para subir (o bajar) de relación en función del régimen que llevemos en cada momento.
De gran nobleza
Dada las especiales características de la Doblò Work Up, teníamos especial interés en de calibrar su comportamiento en momentos en los que más “forzamos la máquina”, como por ejemplo a la hora de acometer las curvas más cerradas. Cierto es que al tratarse de un chasis, la especial querencia por el subviraje apenas se deja notar, ni tampoco el balanceo lateral, teniendo mucho que ver en este caso la suspensión bi-link trasera con barra estabilizadora, que además de asegurar la carga permite que el paso se haga con una gran seguridad y sin que la parte posterior del vehículo se deslice lo más mínimo. Sí es cierto que el tren delantero no es tan firme como este último, dando la sensación a veces que sus maneras son un tanto nerviosas, algo que se corrige gracias a una dirección bastante precisa.
Precisamente, en el “volante” encontramos uno de sus únicos “peros”, en tanto que el radio de giro no es el mejor posible, particularidad que hará que tengamos que maniobrar más de la cuenta ante determinadas situaciones, sobre todo cuando hay que callejear en exceso o, por ejemplo, si estacionamos en un garaje.
Sea como fuere, se trata de una variante muy aprovechable que además destaca por proponer un equipamiento muy completo, no faltando ABS, airbags frontales, ESP, Hill Holder, navegador con Blue & Me, etc.
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https://www.camionactualidad.es/noticias-marcas-furgonetas/pruebas-test-furgonetas/item/686-prueba-van-fiat-doblo-work-up#sigProId4109367d95
Los motores
Si bien Fiat dispone de hasta 5 motores entre diesel, gasolina y gas natural para equipar a la Doblò, en el caso de la Work Up, las opciones se reducen a dos motorizaciones, ambas diesel Euro 5. La primera de ellas responde a la denominación 1.3 Multijet para una potencia declarada de 90 CV y un par de 200 Nm a las 1.500 rpm, todo ello “aderezado” con una caja de cambios convencional de 5 relaciones. Lo mejor, su ajustadísimo consumo, de tan solo 5 litros de media, y unas emisiones tan bajas como 133 gr/km.
Por su parte, el protagonista de nuestra prueba es un 1.6 Multijet de segunda generación que entrega 105 CV y alcanza los 290 Nm de par a partir de las 1.500 vueltas. En este caso, el consumo medio se sitúa en torno a los 5,7 litros, mientras que las emisiones de CO2 llegan hasta los 150 gr/km.
La cabina
El habitáculo no presenta modificación alguna con respecto a las variantes más convencionales y presenta un diseño bastante atractivo, con una terminación muy lograda en la que todos los elementos de control del vehículo están perfectamente ordenados y muy a mano del conductor. Eso sí, en esta variante el frontal es completamente monocromático (negro) dejando a una lado la utilización de dos colores para “vestir” el salpicadero o los laterales de las puertas –no así los asientos-, lo que le resta algo de “personalidad” al conjunto.
Presidiendo el panel frontal, se ubica el navegador portátil en el puerto “Myport” al igual que sucede en la Ducato, con lo que los amigos de lo ajeno no tendrán pistas sobre su presencia o no en el interior.
El compartimento de carga
Es la verdadera esencia de esta Doblò tan especial, la presencia de una caja abierta de generosas dimensiones que permite cargar grandes volúmenes sin el menor tipo de problema. Así, sobre sus riñones se superpone una caja abierta de aluminio de alta resistencia muy ligera, lo que posibilita que el peso en vacío del vehículo sea únicamente de 1.505 kilos, de ahí que la carga útil sea de nada menos que 1.000 kilos, peso incluso superior a lo que “ofrecen” mucho vehículos encuadrados en el segmento superior.
Las medidas, 2,30 metros de largo, por 1,82 metros de ancho para una superficie efectiva de 4,1 m2. En cuanto a las paredes laterales, tienen una altura de 350 milímetros y son capaces de soportar cada una de ellas hasta 300 kilos de carga, lo que facilita enormemente las labores de carga y descarga.
Saul Camero
Probador de vehículos comerciales. Redactor especialista en Transporte y vehiculo industrial.
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