Ataques en Francia
Por unas cosas o por otras, Francia está, una vez más,en el candelero en el tema del transporte: ataques de agricultores, multas a la doble tripulación (sin previo aviso) y amenaza de (otra) huelga general indefinida.
LAS CLAVES
- Los gendarmes sancionan a la doble tripulación por hacer las pausas con el camión en marcha.
- Agricultores franceses tiraron 30.000 litros de vino transportados por camiones españoles.
- El país afronta otra huelga general indefinida por la reforma laboral.
En los últimos meses, por unas razones o por otras, el país vecino (es decir, Francia) está en boca de los transportistas: bien porque vuelven a la carga y los agricultores asaltan y tiran el cargamento de los camiones españoles, bien porque los sindicatos decretan varias huelgas generales que paralizan el país, o bien porque las autoridades del orden paran y sancionan a los transportistas que viajan en doble tripulación por no hacer las pausas (descansos de 15, 30 ó 45 minutos) con el camión parado, cuando en la normativa que rige los tiempos de conducción y descanso no hace ninguna especificación al respecto.
Todo esto influye y afecta al transporte internacional de las empresas españolas que, a no ser que opten por el ferry y eviten el paso por carretera, deben pasar obligatoriamente por Francia. La problemática francesa afecta a la española, en el sentido de que cualquier norma que el país galo establezca para todo aquel que entre en el país, debemos obedecer de una u otra manera.
Tradicionalmente, esto siempre ha sido así. En su momento, cuando cada país dictaba sus normas a su libre albedrío, era más complicado poner objeciones. Ahora, estando todos bajo el paraguas de la Unión Europea, existen procedimientos que pueden limitar las actuaciones unilaterales de los Estados miembros, aunque el margen de maniobra es ciertamente pequeño.
Quejas de España
Lo que ha pasado recientemente en suelo francés pone en evidencia que la armonización europea es algo teórico, que no siempre se sabe llevar a la práctica. Los productos españoles llevan décadas saliendo al exterior y compitiendo en calidad con otros de otros países, pero esto es algo que no se termina de aceptar. La cuestión que subyace siempre está relacionada con el precio (más bajo el español que el francés), lo que irrita a los productores franceses, que alegan no poder competir con nuestra materia prima, principalmente frutas y hortalizas, pero también leche, vino, etc.
Así, el pasado 4 de abril, agricultores franceses asaltaron a un grupo de camioneros españoles y tiraron los cerca de 30.000 litros de vino que transportaban a la altura de la población francesa de Le Bolou, pasada la frontera de La Junquera. La empresa manchega Transportes Félix acababa de salir de España con dirección Europa cuando un grupo de agricultores les pararon y les tiraron el cargamento. En esta ocasión, eran cisternas que transportaban vino, lo que dejó un buen reguero de color carmín por la carretera.
La agresión, acompañada de pintadas en las cisternas, ha sido denunciada por la CETM, confederación a la que pertenece la empresa, quien se puso en contacto con el Ministerio de Fomento para hacer una queja formal ante las instituciones. Pero no sólo quedó ahí, sino que también pasó al Ministerio de Asuntos Exteriores, quien condenó el ataque. En un comunicado hecho público, el ministerio español afirma que estos hechos “que se producen con desafortunada periodicidad, son motivo de preocupación para el Gobierno de España, ya que representan una violación flagrante de varios principios básicos de la Unión Europea, como el de la libre circulación de mercancías entre los Estados miembros y otros referidos a la propiedad y seguridad de los bienes y de las personas”.
En el comunicado se afirma que se ha informado de estos hechos a la Unión Europea, reclamando que se adopten “todas las medidas oportunas para garantizar con total seguridad la libre circulación de personas y mercancías, uno de los principios básicos de la Unión Europea”.
Los hechos
Antonio Martínez, del departamento de administración de la empresa Transportes Félix, explica que el pasado 4 de abril, “dos camiones nuestros salieron de la base cagados con vino. Uno, con destino Francia y otro, con destino Suiza. Nada más pasar la frontera, un grupo de agricultores les pararon y les pidieron papeles. Luego, sin violencia ninguna, abrieron las cubetas y descargaron el vino en plena carretera. Debió de ser algo premeditado, porque había gendarmes presentes y cámaras de televisión. Lo único que hizo la policía fue pedir a los conductores que no se movieran del camión”.
Luego, con un aerosol, escribieron en las cisternas, en francés, la frase “Vino no conforme”. Una de las cubas fue vaciada por completo y a la otra le quitaron 5.000 litros. Tras el asalto, los transportistas presentaron una denuncia por el acto cometido, y la noticia se propagó al hacerse público a través de la CETM y los medios especializados.
Tanto el Consulado de España en la zona como el Ministerio de Asuntos Exteriores se hicieron cargo del asunto y corrieron con los gastos ocasionados por el asalto, aunque la empresa no ha podido precisar si se les ha resarcido ya por la pérdida de la mercancía, algo que estará en manos de las empresas aseguradoras.
Según explica Antonio Martínez, era la primera vez que sus camiones eran asaltados en suelo francés: “habíamos tenido otros problemas con piquetes en huelgas generales, pero nunca un asalto de estas características” ha precisado. Según sus palabras, esta es una ruta que la empresa usa mucho, ya que les comunica con buena parte de sus clientes europeos.
Según la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), el ataque a los dos camiones españoles en Francia “no ha sido un hecho aislado, sino que se puede repetir”. Y no lo dicen sólo ellos: lo dice el presidente del sindicato vinícola del departamento del Aude, Frédéric Rouanet. El argumento en el que se basa es el siguiente: “protegemos nuestra producción contra la competencia de vinos baratos, procedentes de España e Italia”. Los pequeños productores franceses tienen que hacer frente a un récord histórico de importaciones de vinos a 32 euros el hectolitro, frente a los 78 euros por el vino a granel francés. En total, el pasado año se importaron 7,2 millones de hectolitros, de los 5,6 llegaron de España.
La cuestión está ahora en manos del Estado francés e, indirectamente, de la Unión Europea, que debe velar porque se respete el Tratado de Schengen, que permite la libre circulación de personas, mercancías, servicios y capitales. En política de precios, la autoridad comunitaria no se mete, aunque sí ha de garantizar la competencia leal y que se respetan los principios del libre mercado.
Desde la Coordinadora de Agricultores y Ganaderos se ha denunciado este hecho y otros de similares características: “este tipo de actuaciones son intolerables. La crisis de precios que sufren los productores franceses también la estamos padeciendo los agricultores españoles. En el trasfondo hay una estrategia meramente comercial. Se busca apartar a los productores españoles del mercado comunitario cuando los verdaderos responsables son las grandes cadenas de distribución, principalmente francesas, que abusan de su posición de dominio en el mercado para imponer precios de ruina en el campo”.
Doble tripulación
Francia también es noticia en el mundo del transporte porque, desde hace unos meses, empresas del sector están recibiendo sanciones del país vecino por exceso de conducción ininterrumpida, al no haber hecho las pausas de 45 minutos con el vehículo parado, en el caso de doble tripulación.
La inspección francesa basa su actuación en una interpretación de un artículo del Reglamento 165/2014, que entró en vigor en marzo del año pasado, que exige que la pausa que se hace entre conducción dentro de una misma jornada debe registrarse con el símbolo “cama”, es decir, con el camión parado. Las sanciones corresponden a un cambio de criterio de las autoridades francesas en la interpretación de las pausas o interrupciones a la conducción.
En este caso, como en el de hacer el descanso semanal normal fuera de la cabina del camión, responde a una interpretación del Reglamento 561/2006, que regula los tiempos de conducción y descanso. Dicho texto no dice nada de dónde se deben hacer los descansos ni de qué manera (si con el motor en marcha o parado), sino que cada Estado interpreta a su manera la norma. Luego, si hay apelaciones a dicha interpretación (como ha ocurrido en ambos casos), la Comisión Europea toma cartas en el asunto y consulta con sus expertos juristas si la sanción es justa o no, apelando al Estado miembro que ha hecho esa interpretación.
Interpretaciones
Como es obvio, las empresas de transporte internacional son las que más sufren las tomas de decisiones en territorio francés, algo que conocen muy bien en Astic, la asociación que está especializada en esta actividad. Su director general, Ramón Valdivia, asegura que “estamos asistiendo con perplejidad a una “creativa interpretación” de las normas europeas por parte de Francia que están cargando de inseguridad jurídica, de burocracia y de inquietud a los empresarios españoles y a sus conductores, que tienen, por fuerza, que pisar carreteras francesas”.
Pero ¿qué se puede hacer para defenderse de esta situación? Según Ramón Valdivia, la actividad de las asociaciones “es vital para defender los intereses de sus afiliados y los del sector en general. Desde Astic “animamos encarecidamente” al Gobierno español a que alce su voz contra la proliferación de medidas unilaterales tomadas por Estados miembros de la Unión Europea. La voz de un Gobierno tiene siempre mucha más fuerza enfrente de otro gobierno que la de cualquier ente privado, como es nuestra asociación, y más aún si se trata de dos gobiernos miembros de la misma unión, como es el caso. No es de recibo que Francia establezca una nueva norma sobre el descanso de las dobles tripulaciones y no tenga ni siquiera la deferencia, no ya de consultar y consensuar, sino ni siquiera de avisar de ello ni a Bruselas ni a Madrid”.
Sobre las agresiones que han venido sufriendo transportistas españoles por parte de agricultores y ganaderos hacia los camiones de nuestro país, Valdivia se muestra contundente: “este es un asunto completamente diferente. Una cosa son las medidas legislativas decididas y aplicadas por quien tiene potestad y legitimidad para ello, y otra bien distinta, el que determinados grupos se arroguen el derecho de interceptar la actividad del transporte, e incluso, dañar las cargas y los vehículos. No es admisible, en absoluto y, tanto la Administración española como la europea deben exigir a las autoridades nacionales (francesas en este caso), que no haga dejación de sus obligaciones de garantizar la libre circulación y el derecho a la propiedad privada, básicos ambos en nuestra sociedad”.
Francia también exige el salario mínimo
9,6 euros la hora. Eso es lo que deben pagar, como mínimo, cualquier empresario francés a su trabajador por una jornada laboral completa. Y eso es lo que se exige a los conductores extranjeros que deben cobrar de sus empresas si viajan al país, pero no si lo hacen en tránsito.
La norma establece dos obligaciones para las empresas de transporte no francesas que desplacen trabajadores extranjeros a Francia en el ámbito de un servicio de transporte: una, llevar un certificado de desplazamiento (en francés, attestation de detachement) y otra, nombrar un representante en territorio francés, que deberá llevar, a disposición de las autoridades extranjeras.
De esta manera, Francia se une a otros Estados miembros, como Alemania, Austria y Noruega, que también exigen documentar el salario del conductor, si no quieren ser sancionados en sus respectivos territorios.
Camiones colapsados en la frontera de Irún
Los martes es un día de colapsos en la AP-8, a la altura de Biriatou. Las retenciones alcanzan casi los 10 kilómetros, formadas no sólo por camiones, sino también por coches, pero que dificultan la circulación para todos los vehículos que cruzan la frontera vascofrancesa.
La razón está en el estado de emergencia decretado por Francia desde los atentados terroristas del pasado mes de noviembre en París y, más recientemente, en Bruselas. Las autoridades galas han aumentado los controles en las carreteras y dificultan la normal circulación. También se debe a que los franceses no abren todas las barreras en los peajes de la autopista de Biriatou.
Semanas antes, las colas alcanzaron los 17 kilómetros, situación que provocó conflictos entre el Ayuntamiento de Irún y la Diputación de Guipúzcoa. Los representantes forales han tomado cartas en el asunto con los responsables del departamento francés en los órganos de colaboración institucional que existen.
Otra huelga general con daños colaterales
En los últimos meses, Francia ha convocado varias huelgas generales que afectan al normal comportamiento del país y de su tráfico vial. El pasado 4 de mayo, diversos colectivos (agricultores, ganaderos, taxistas, funcionarios, profesores y controladores aéreos) convocaron una huelga, y para el 16 de mayo, la Federación Nacional de Transporte y Logística francesa (Force Ouvirére- UNCP) convocó a los transportistas franceses para iniciar una huelga indefinida a partir de las 22 horas, contra la reforma laboral que ha propuesto la Administración.
El proyecto de ley sobre el nuevo Código de Trabajo francés incluye una reforma por la que las horas extraordinarias de los conductores pasarán de un suplemento del 25% al 10%. Por lo tanto, según la federación, los transportistas recibirían un mayor perjuicio económico al hacer más horas extraordinarias.
Así, en 169 horas de conducción, el profesional dejaría de recibir 312 euros al año, mientras que en 220 horas se elevaría a 2.250 euros anuales.
Francia lucha contra el dumping social
La prohibición instaurada en Francia de prohibir el descanso semanal normal en cabina a bordo de camión, el ministro francés de Transporte, Alain Vidalies, señala que esta medida “ha visto su validez jurídica, siendo reconocida por la Comisión Europea, que ha evaluado positivamente el procedimiento administrativo iniciado”.
Este ministerio afirma que se han impuesto más de 200 sanciones por este concepto. Se acaba de celebrar la segunda de las reuniones de evaluación de la política pública de control de transportes terrestres. El trabajo continuará en los próximos meses para identificar los elementos que den eficacia y eficiencia de control en el transporte por carretera y que serán propuestos a la Secretaría de Estado de Transportes.
El ministro Vidalies ha anunciado las medidas que pondrán en marcha para luchar contra el dumping en el transporte, como intensificar los controles en los lugares de carga y descarga, organizar grupos de controladores de expertos para reforzar la detección del fraude en el tacógrafo y fortalecer las sanciones administrativas y penales para que sean más disuasorias, como inmovilizar, o incluso confiscar, el vehículo sancionado.
Ampliado el estado de emergencia
El primer ministro francés, Manuel Valls, ha lanzado la propuesta de ampliar el estado de emergencia en el país en dos meses más, para cubrir la celebración de la Eurocopa (del 10 de junio al 10 de julio) y el Tour de Francia (de 2 al 24 de julio).
El ministro de Interior, Bernard Cazeneuve ha presentado la medida en el Consejo de Ministros, que será transmitida al Consejo de Estado, la máxima instancia administrativa de Francia, y después, al Parlamento para ser sometida a voto.
Este artículo, completo
publicado en la revista Truck
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Número 104 - junio 2016
Raquel Arias
Periodista especializada en transporte.
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