Fraudes en el transporte
Uno de los fraudes más comunes en el transporte es el intrusismo: empresas que trabajan en el mercado sin autorización, trampeando y saltándose la ley. Revisamos las tácticas más habituales.
Según el diccionario de la Real Academia Española, el intrusismo es “el ejercicio de actividades profesionales por persona no autorizada para ello” y añade “que puede constituir delito”. Esto, que parece algo ajeno o, incluso, inmoral, se da con más frecuencia de lo que parece en casi todas las profesiones. Y el transporte no es una excepción.
En principio, el intrusismo en el transporte se manifiesta de múltiples formas: crear falsas cooperativas, trabajar como autónomo en una única empresa (cuando podría estar contratado), un particular con un camión que trabaja haciendo mudanzas, hacer falso cabotaje, no hacer uso del documento de control, transportar con vehículos de menos de 3.500 kilos como una empresa de transporte...
“En la mayoría de los casos, el intrusismo se da por el propio empresario” explica Emilio Cardero, secretario federal del Sector de Carretera y Urbanos de la Unión General de Trabajadores (UGT). “Hay que pensar que hay un montón de empresas que no tienen asalariados, lo que tiene son autónomos trabajando para ellos. El intrusismo no se da con el asalariado, sino con el autónomo”.
Pero ¿en qué consiste realmente ese intrusismo? Cardero lo explica así: “hay un precio de kilómetro que viene determinado por el Ministerio de Fomento (a través del Observatorio de Costes) y luego, hay otro (más bajo) que es el real. Entonces, si hay un precio de mercado, los intrusos van por debajo ¿cómo lo consiguen? Muy fácil. Uno: porque es autónomo y puede trabajar más horas. Otro, porque hace trampas, que es el tacógrafo que no existe, y que nosotros hemos denunciado ante la Dirección General de Tráfico para que lo solucionen. Hemos dado hasta relaciones de matrículas y recorridos y no nos hacen caso. Esos son los que tiran el mercado abajo” asegura.
Otro intruso que entra en el sector de forma fraudulenta es el dueño de una furgoneta de menos de 3.500 kilos a los que no les hace falta la autorización de transporte. A éstos no se les controlan las horas de trabajo porque no tienen tacógrafo, por lo que pueden trabajar las horas que quieran.
En este caso, se considera competencia desleal. “El intruso como una persona que tiene una furgoneta y hace transporte no existe. Lo que existe es la competencia desleal. Para nosotros, eso se da desde el momento en el que no se obliga a todo el mundo a llevar un tacógrafo. A partir de ahí, se puede dar toda la competencia desleal que se quiera”.
Mudanzas, a la cabeza
En las empresas de mudanzas, el intrusismo se da con especial virulencia. Se trata de empresas que no tienen un local y trabajan siempre por teléfono. Si el cliente lo pide, dan un presupuesto mucho más bajo de la media, sin ni siquiera haber visto la vivienda o local del cliente. A la hora de descargar los muebles del camión, el precio empieza a subir por lo que, si el que ha contratado el servicio quiere recuperar sus muebles, tendrá que pagar un extra.
Las empresas que operan así no dan presupuestos por escrito (para que no se puedan reclamar daños y perjuicios), no ofrecen la posibilidad de contratar un seguro de responsabilidad civil (obligatorio en cualquier empresa seria) y pedirán el pago en metálico y, a veces, por adelantado. En la mayoría de los casos, los empleados no están uniformados y los camiones no están rotulados.
Y todo esto ¿para qué? Para no tener personal fijo, no pagar seguros, IRPF, Seguridad Social y, en general, defraudar a Hacienda. De este modo, “tiran precios” y hacen competencia desleal.
Cooperativas
Las cooperativas de transporte son otra figura que está en el ojo del huracán. Y todo porque para poder trabajar en una sólo es necesario contar con una autorización, lo que aprovechan muchas cooperativas para tener a una sola persona jurídica (en este caso, empresario con autorización) que figure como titular. De ahí a tener a más personas trabajando sin la correspondiente tarjeta, hay un paso.
Aún así, eso no quiere decir que todas las cooperativas de transporte estén trabajando al margen de la ley. La federación que engloba a muchas de estas agrupaciones, Fenacotrans, defiende las ventajas económicas y sociales de las cooperativas de transporte, "como fórmula que tradicionalmente ha servido para la concentración de pequeños transportistas autónomos, permitiéndoles acceder a redes de comercialización de su actividad y a la compra en común de bienes y servicios".
Esta federación está preocupada porque la modificación de la LOTT incluye artículos que ponen su viabilidad en peligro. "Los cambios introducidos denotan una grave hostilidad hacia las cooperativas de transporte, ya que se ponen en vigor nuevas limitaciones y prohibiciones de actuación, impidiéndonos continuar desarrollando la actividad", denuncia el representante de la federación.
La provincia de Segovia está notando un hecho notable: el crecimiento de la competencia desleal, especialmente en el caso de las falsas cooperativas de transporte. Según el presidente de Asetra, la Agrupación Segoviana Empresarial de Transportes, Gerardo Salgado, "lo que está ocurriendo con estas sociedades es algo intolerable, y lo peor de todo es que, lejos de limitarse su actividad en estos años, parece que se está incrementando. Vemos cómo conductores que se han quedado en el paro compran vehículos y los meten en cooperativas pero, en lugar de funcionar como verdaderas cooperativas, son ellos mismos los que se buscan el trabajo. Como no sobra, lo que está sucediendo es que bajan los precios, dañándose ellos y, lo que es más grave, al resto del sector".
En su opinión, "la Administración debería poner freno a esta situación: ya sabemos que la nueva LOTT tratará de impedirlo prohibiendo facturar a quien no sea titular de la autorización habilitante, pero hay que atajar la situación ya". Esta asociación propone una solución: que el Ministerio de Hacienda y el de Fomento crucen datos, dejando fuera de la actividad a todos aquellos que estén dados de alta en Hacienda pero carezcan de tarjeta de transportes. "Sin ese título no se puede ni debe ejercer la actividad del transporte, del mismo modo que no puede practicar la medicina alguien que no esté licenciado en la materia".
El Comité Nacional de Transporte por Carretera ha analizado todas estas prácticas y ha hecho un listado de las actuaciones en las que deberían trabajar los inspectores de transporte de Fomento y las comunidades autónomas. Por parte del Comité, se ha insistido en controlar el intrusismo, tanto de las empresas que compiten en el mercado sin autorización como de las que no han pasado el visado en 2012 y continúan ejerciendo la actividad. El presidente del Comité, Ovidio de la Roza, ha mostrado su preocupación por el alto número de empresas que no están al día de este trámite y que, a falta de datos oficiales, podría llegar al 20% en algunas comunidades autónomas.
Este artículo, completo Numero 66 - enero 2013 |
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