La picaresca española en el transporte

Fraude en cursos Transporte

Legislación Escrito por Raquel Arias Viernes, 30 Diciembre 2016 01:00 tamaño de la fuente disminuir el tamaño de la fuente aumentar tamaño de la fuente 0

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Otra vez la trampa ronda el mundo del transporte. Esta vez, en la formación para conseguir el título de capacitación profesional. El método: ir a Portugal o Rumanía a examinarse, en lugar de hacerlo en España.

Las claves

En Portugal hay academias especilizadas en alumnos españoles.
No se conoce el umero de alumnos implicados.
En 2014 había un 58% menos de centros autorizados que en 2013.

Parece que la formación vuelve a ser uno de los medios por los que algunos sacan tajada y, de paso, delinquen un poco, buscando el rodeo para no ser del todo legal. En esta ocasión, el fraude se ha detectado en la realización de cursos para obtener el título de capacitación profesional, necesario para todos los transportistas que quieran ser empresarios y trabajar como autónomos.
El Reglamento europeo 1071/2009, que regula las normas comunes sobre las condiciones que han de cumplir los transportistas de toda la Unión Europea para el ejercicio de la profesión, dice, en su artículo 8, que las personas interesadas en obtener el título de competencia profesional de transporte deberán examinarse en el Estado miembro en el que tengan su residencia habitual.
Como en el caso de los conductores profesionales, esta exigencia es un poco ambigua (debido a su trabajo, especialmente los que lo hacen en el tráfico internacional), la ley se ha cuidado de explicar qué se entiende por residencia habitual: es el lugar en el que una persona vive habitualmente, es decir, al menos 185 días por cada año civil, por razón de vínculos personales que revelen lazos estrechos entre la persona y el lugar en que habita.
Sin embargo, desde hace tiempo se viene detectando que, con mayor frecuencia, ciudadanos residentes en España se trasladan a otros países europeos (principalmente Portugal y Rumanía) sólo para hacer el examen en dichos países, ya que, al parecer, el nivel de exigencia es menor que el de España (es decir, los exámenes son más fáciles). Pese a que no es del todo legal, esto se puede hacer porque las autoridades nacionales no comprueban el requisito de residencia habitual a los candidatos.
El caso ha sido denunciado por la asociación de transporte Fenadismer. En el caso de Portugal, incluso existen academias especializadas en preparar exclusivamente a ciudadanos residentes en España, habilitando aulas para ellos junto a la frontera española.
Una vez obtenido el título de capacitación profesional en el país extranjero, lo que hacen los estudiantes aprobados es pedir la convalidación automática por el correspondiente título español ante el Ministerio de Fomento para poder hacer uso de él en España. Por eso, la federación de transporte Fenadismer ha propuesto la posibilidad de que Fomento no convalide los títulos si el solicitante no demuestra que, en el momento de hacer el examen, no había acreditado el cumplimiento del requisito de residencia habitual.

Fraude en cursos

¿Legal o no?

Lo que dice la normativa es que cualquier ciudadano de la Unión Europea puede obtener su título de transportista en cualquier Estado miembro, y luego llevarlo a su país de residencia para que se lo homologuen. Tan sólo ha de demostrar que pasa al año más de 185 días en dicho país (es decir, medio año). El problema es que los Estados mencionados (Portugal y Rumanía) no están comprobando que el alumno que se va a presentar al examen demuestre esa exigencia.
Desde Portugal nos han comunicado que son las propias academias donde los alumnos hacen los cursos las que se encargan de empadronarlos a todos en el mismo domicilio. Cuando se acaba el examen, y han aprobado, los desempadronan y se vuelven a empadronar en España explica Juan José Gil, secretario general de la federación Fenadismer.
Obviamente, este fenómeno se está notando más en provincias limítrofes con Portugal, por una cuestión del idioma. En el caso de Galicia, es fácil, porque gallego y portugués son lenguas muy similares (especialmente en el idioma escrito) y, en el caso de otras comunidades, como Extremadura o Andalucía, mucha gente tiene un mayor entendimiento del portugués que, por otra parte, como es un examen escrito, el idioma leído es mucho más fácil que el oral. Cualquier persona que lea portugués sabrá que es fácilmente entendible.
Este fraude se da precisamente en el país vecino porque, según aseguran los expertos, el nivel de exigencia en Portugal es mucho menor que en España. Para un alumno español, es más fácil aprobarlo en portugués que en español en España asegura Gil. Sólo daré un dato: mientras que, en el examen portugués, sólo hay un caso práctico, en el español hay seis.

Rumanía

En el caso de los países del Este, y de Rumanía en concreto, se ha detectado que son los propios rumanos residentes en España quienes se van a su país por una temporada y por su cuenta (la mayoría, conductores), se empadronan expresamente allí, hacen el examen (es poco más que pagar una tasa explica Gil), les dan ese título y luego vuelven a España y lo convalidan para poder trabajar aquí.
Pero ¿qué puede hacer el Ministerio de Fomento, que es el organismo que oficializa los títulos y los convalida, para frenar esta avalancha de titulaciones obtenidas en países menos exigentes a la hora de calificar los exámenes de capacitación profesional? Según Juan José Gil, en principio, Fomento no tiene armas para oponerse, sino que, como el Reglamento de la Unión Europea obliga a la convalidación, pues un título que venga de Portugal, Rumanía o Gran Bretaña, automáticamente se convalida por el título español, asegura.
Las organizaciones de transporte y escuelas de formación no conocen el número de alumnos que han hecho esto para conseguir su título oficial. Lo que sí se sabe es que hay academias portuguesas especializadas en alumnos españoles. Las organizaciones españolas que imparten estos cursos han notado una bajada en el número de alumnos, especialmente en las comunidades limítrofes con Portugal.
Además, las academias portuguesas se anuncian en internet, por lo que no resulta difícil contactar con alguna de ellas y sacar allí los títulos. El hecho de que la práctica no sea técnicamente ilegal, anima a los alumnos a apuntarse en alguna de estas academias. Tal y como aseguran los alumnos, es más fácil sacarlo en Portugal que en España, ni siquiera el idioma es una barrera.

Datos oficiales

Teniendo en cuenta los datos que maneja el Ministerio de Fomento y que recopila de todas las comunidades autónomas, durante 2014 (último año del que tiene datos) se autorizó a un total de 88 centros de formación para que dieran formación destinada a obtener el certificado de competencia profesional (capacitación), sección mercancías.
Al igual que en años anteriores, Andalucía es, con 31 centros, la comunidad con más oferta para impartir estos cursos, seguida de Extremadura, con 14, Canarias, con 10, y Murcia, con 8. Estas comunidades representan el 71,58% del incremento producido en el total nacional.
Se constata que, durante 2013, las administraciones públicas autorizaron un total de 210 centros, mientras que, durante 2014, el número de centros autorizados bajó a 88, lo que supone un descenso del 58,09%.

Otras quejas

La Federación Regional de Asociaciones de Transporte de Mercancías de Castilla y León (Fetracal) también ha mostrado su preocupación por los resultados de los exámenes CAP (en este caso, los cursos que han de hacer los conductores profesionales para poder trabajar) en Castilla y León. Como tanto las pruebas como el tribunal que lo forman dependen de las comunidades autónomas (las competencias en formación del transporte están transferidas), son ellas las que sacan las convocatorias, plantean las preguntas y califican a los alumnos.
Según esta organización empresarial, en Castilla y León, la mayoría de los conductores que se presentan al examen del CAP lo suspenden, y la causa la achacan a la complejidad de la mayoría de las preguntas, que hace la Junta de Castilla y León en diferentes convocatorias. Esta situación perjudica al transporte de mercancías de la región, ya que hace que en la comunidad no haya más conductores con el certificado superado. Según Fetracal, también perjudica a los jóvenes que se presentan a las pruebas de Tráfico para sacarse el carné de conducir, se examinan y aprueban el examen. Sin embargo, tras tener que hacer otra formación de entre 140 y 280 horas para el Certificado de Aptitud Profesional, con un coste que varía entre los 1.600 y 2.000 euros, no superan estas pruebas, por lo que no pueden optar a un puesto de trabajo como conductor profesional de camiones.
El Real Decreto que regula tanto la cualificación inicial como la formación continua de los conductores de determinados vehículos destinados al transporte por carretera, establece la formación que deben recibir los alumnos. La elección de las preguntas depende de las comunidades autónomas.
Mediante esta norma, la Administración quiere que, junto al permiso de conducir, se tenga una aptitud profesional. También se determina la necesidad de una formación continua que tiene el objetivo de profundizar y revisar los conocimientos adquiridos por medio del certificado de aptitud profesional, y se incide en la seguridad y la racionalización del consumo de carburante, elemento fundamental para las empresas de transporte.
Para Fetracal, no se deben regalar los certificados, pero sí se debe facilitar la profesionalización del sector y el aumento de la oferta de profesionales.

Qué es la Capacitación profesional

El Certificado de Competencia Profesional (más conocido en el mundo del transporte por capacitación) es un título que se exige a toda persona que quiera abrir una empresa de transporte. Para ello, deberá tener el permiso de conducir camiones o autobuses y cumplir tres requisitos: capacitación profesional (título), capacidad económica y honorabilidad.
Otro requisito que se exige en España para tener el título de transportista es que ha de disponer de tres vehículos con una capacidad total de 60 toneladas. En la actualidad, esta obligación está en tela de juicio por parte de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia porque, en su opinión, pone trabas al libre ejercicio de la profesión, aunque la normativa especifica este punto y sigue estando vigente.
Las pruebas para conseguir este certificado se regulan por una orden ministerial que se aprobó el 28 de mayo de 1999. Vienen de un Reglamento que fue modificado por el Parlamento Europeo y el Consejo en octubre de 2009.

Cómo es el examen

Existen dos modalidades de examen: una para el transporte de mercancías y otra para el de viajeros. En el caso de las mercancías, el examen se divide en dos partes: una teórica, con 100 preguntas tipo test con cuatro respuestas presentadas y sólo una correcta, y otra parte práctica, con seis casos a desarrollar.
En ambas partes del examen (teórica y práctica), las materias se dividen en los siguientes temas:

Elementos de derecho privado.
El transportista como empresario mercantil.
Derecho social.
Derecho fiscal.
Gestión comercial y financiera de la empresa.
Acceso al mercado.
Normas de explotación y técnicas.
Seguridad en carretera.

Este artículo, completo
publicado en la revista Truck

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Número 107 - octubre 2016

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Raquel Arias

Periodista especializada en transporte.

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