III Concentración Clásicos La Encina Ponferrada
Camiones y turismos de otras épocas se han reunido este año en la concentración que organiza el Club de Clásicos del Bierzo, con su impulsor Rogelio Cerezales a la cabeza, un evento que ya es todo un clásico en el calendario nacional.
La concentración de clásicos de la localidad leonesa de Ponferrada, que este año ha cumplido su tercera edición, se ha convertido ya en un tradicional modo de despedir las fiestas de La Encina de esta capital del Bierzo. Poco a poco va creciendo, y un año más ha servido para poder reunir un grupo variado de automóviles y camiones, teniendo la oportunidad de ver a diversos Pegaso, Barreiros, Ebro y demás veteranos del transporte congregados, junto a los que fueron sus compañeros de calles y carreteras, como el Seat 600 o el Renault 4L.
La memoria de Patón
"Yo trabajé en un camión como éste, pero el Pegaso ya era un camión moderno y grande”. Quien nos habla es “Patón”, un veterano transportista de la comarca, junto a los hombres de Transportes Pataquina. “Empecé -nos dice- al volante de un Studebacker de la guerra. Con ese camión pequeño no salía de la zona del Bierzo, subía y bajaba a las minas. Mi primer Pegaso fue un 1031, como un Barajas, pero ya con eje delantero mucho más fuerte que la ballesta. El camión más grande que tuve como éste fue un Pegaso 165 CV palanquero, con el cambio de dos palancas que tenía para ir al carbón. Cargabas y salías hacia el cliente en Madrid. No llega a 400 kilómetros de distancia, pero la carretera era un puro bache, recuerdo especialmente como estaba la recta antes de La Bañeza. Necesitabas algo más de 11 horas de volante para llegar a Madrid".
Desde luego, cuando se habla de cómo han cambiado los camiones con el veterano “Patón” y los hombres de Transportes Pataquina, sale a relucir como la tecnología de los vehículos y el tipo de carreteras ha hecho posible que el mismo recorrido en 50 años haya bajado a la mitad su tiempo de viaje. Lástima que ese mismo desarrollo tecnológico se haya cargado la fuente de riqueza que antaño fue la minería leonesa del carbón para buena parte de los transportistas de la esquina noroeste del país. Actualmente Víctor, el más hablador de este clan de transportistas leoneses de Albares de la Rivera, en las inmediaciones de Bembibre, nos explica como siguen al pie del cañón, tanto transportando carbón como productos del Grupo Pascual.
Cerámica "El Villar"
Prado de Carrizo de la Ribera, León, aportaba a esta reunión de clásicos una joya familiar. Se trata de un Barreiros Saeta de 11 toneladas de peso total y que ha sido conservado tal y como trabajase en los años 60 y 70 en la empresa familiar de material de construcción.
Este camión fue uno de los primeros modelos Barreiros de gran éxito comercial. Cubría el segmento medio en la oferta del fabricante y fue el principal rival frente al omnipresente Pegaso Comet. De hecho, su cabina, una adaptación del diseño Panoramic del fabricante francés Berliet, ofrecía un interior algo más confortable que la del Pegaso y gracias a su banqueta podía alojar a un total de tres ocupantes.
A lo largo de la destacada trayectoria del fabricante de capital privado Barreiros, únicamente una gama de camiones contaría con una cabina de diseño enteramente original de la marca. Esa fue la cabina denominada "yeyé" con una marcada personalidad y que sobrevivió a todas las vicisitudes industriales de la marca fundada por el empresario gallego. Así, el diseño de la cabina que terminó luciendo el logo de Renault Vehículos Industriales, como vemos en el vehículo restaurado por David García y Carlos Fernández encargado y gerente de Transportes y elevaciones Jopecar, antes fue fabricado con el logo de Dodge y en su origen lució la propia marca Barreiros.
Carlos nos explica cómo ha llegado al volante de este Renault D170-17 que actualmente luce impecable: "Lo cierto es que no tenía para nada pensado la compra de un camión clásico, aunque ya teníamos algún coche clásico. Nosotros trabajamos con tres camiones pesados trasladando maquinaria y aparatos de elevación. Rogelio, uno de los organizadores de la concentración, nos pidió que fuésemos a buscar un camión a un desguace porque lo compraban para aprovechar su carrocería basculante que necesitaban para terminar la restauración del estupendo Pegaso "Europa" que podemos ver aquí todavía en chasis. Al principio simplemente se trataba de desmontar la carrocería, pero cargamos el Renault en nuestra plataforma y estuvimos viendo lo bien que se conservaba este camión. La verdad es que ya no lo descargamos, nos lo llevamos a la nave, lo compramos y empezamos a restaurarlo a toda prisa con la esperanza de tenerlo listo para esta concentración."
Ya vemos como es la afición por los vehículos clásicos de cualquier condición, en lugares como Ponferrada, la capital del Bierzo, no cesa de crecer y gracias a ello podemos disfrutar de concentraciones donde la memoria cobra vida a modo de rugientes vehículos tan espectaculares como veteranos. Ya esperamos con impaciencia la cita del próximo año...
Un “nuevo” Europa
Sin duda, esta concentración tiene algo especial, y en ella pueden verse algunos ejemplares únicos, como un chasis Pegaso 1065 "Europa" en perfectísimo estado de revisión, como si acabaran de sacarlo del concesionario y estuviera esperando el traslado al carrocero para su terminación, antes de salir a su trabajo cotidiano.
Un camión cuyos orígenes se remontan al siglo pasado, y del que hablamos con Santi, de Bembibre, su afortunado y dedicado propietario. "Este camión -nos dice-perteneció a un transportista de Benavente y me lo vendió casi llorando sólo porque le dije que no iba a ir a la chatarra ni a desguazarlo para recambios. Ni mucho menos, nosotros lo queremos restaurar para reproducir otro igual que tuvimos en casa y que trabajó al carbón." Lo cierto es que el "Europa" cayó en buenas manos y eso se confirma nada más ver el interior de su cabina para admirar el trabajo de tapizado que su interior ha recibido.
Aunque la cuenca leonesa del carbón parece vivir sus postreros momentos en la actualidad, si los políticos no rectifican años de desidia, lo cierto es que entre los años 60 y 90 del pasado siglo, una de las principales dedicaciones de los transportistas del Bierzo fue la de acudir a las minas a cargar carbón para servir las calefacciones centrales de los edificios de Madrid. No necesitamos más que dar unos pasos para aproximarnos a un Pegaso cabezón de doble carro directriz y conocer de primera mano cómo eran aquellos tiempos al volante por la N-VI.
Este artículo, completo
publicado en la revista Truck
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Número 108 - noviembre 2016
Joan Garriga
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