La gama FH de Volvo Trucks se ve ahora ampliada con la posibilidad de montar el nuevo doble embrague en la caja de cambios automática I-Shift, una tecnología que nos permite hacer los cambios sin que exista ningún tipo de pérdida de par mientras pasamos de una marcha a otra. Este nuevo doble embrague está disponible de momento solo con el motor D13 Euro 6, en niveles de potencia de 460, 500 y 540 CV.

Su funcionamiento es complejo y difícil de explicar. Este embrague doble consta de dos ejes primarios y un embrague con dos discos separados, y esto hace posible que se puedan seleccionar dos marchas al mismo tiempo la engranada y la siguiente, que queda preparada para que no se pierda energía en el cambio. Es el embrague quien determina cuál de las marchas está activa en cada momento, por supuesto en combinación con la tecnología electrónica del cambio I-Shift.

Pero como el movimiento se demuestra andando, nada mejor que una toma de contacto por un trazado bastante duro por carreteras del Sur de España, con un FH16 de 750 CV. y la nueva caja de cambios. Durante la conducción es en las zonas en las que la caja de cambios debe trabajar más, como en subidas muy sinuosas, y con grandes cargas, cuando se nota más el funcionamiento de este sistema.

En nuestro recorrido tuvimos la oportunidad de probarlo en varias situaciones en las que la caja tuvo que emplearse a fondo y la sensación es igual a la que tenemos al conducir un cambio automático. Sus prestaciones se parece a las de un convertidor de par y lo cierto es que cuando actúa no se pierde ni una vuelta de trabajo del motor mientras se realizan los pasos de marcha. Pero, como decimos, el nuevo embrague doble, puede ser muy valioso para transportes de gran peso ya que a bajas revoluciones es cuando este sistema trabaja mejor y más se nota su actuación, también será adecuado para transportes normales que trabajen en rutas muy difíciles y con peso.

Durante nuestra toma de contacto, la utilización de este sistema se vio limitada a pocas ocasiones, ya que en la mayoría de la ruta circulamos a una velocidad estándar de 85 km/h en la directa, por lo que el trabajo del sistema fue mínimo. Por lo tanto, es lógico pensar que este mecanismo, que introduce más piezas móviles y es mucho más complejo, de hecho es 12 cm. más largo que la caja I-Shift convencional, es efectivo pero en determinados tipos de trabajos, mientras que para una ruta normal sin excesivas cuestas y poco sinuosa, el I- Shift tradicional es más que suficiente.

Hay que tener en cuenta alguna de sus características que además resaltan desde la casa del norte. En primer lugar, no hay mejoras de consumo si comparamos la nueva I-Shift de embrague doble con la estándar, además, el nuevo sistema no actúa durante el cambio de gama y de momento estará sólo disponible para los modelos con motores Euro 6 D 13, y por último, y desde nuestro punto de vista más interesante, si trabajamos con el sistema en manual y queremos saltar marchas no existe ninguna diferencia entre las dos cajas, por lo que es más recomendable, si cabe, para el nuevo sistema, utilizarlo principalmente en automático.

Cómo conclusión cabe resaltar las dos últimas novedades de Volvo que hemos tenido la ocasión de probar en carretera, la nueva I- Shift con embrague doble y el potente FH16 de 750 CV, están cargadas de la última tecnología y sin duda ayudarán en nuestra faena diaria. Pero es muy importante tener muy claro que realmente necesitemos cualquiera de los dos elementos, tanto el FH16 cómo el embrague doble, para realizar nuestro trabajo de manera normal ya que en caso contrario pagaremos los sobreprecios pero no le sacaremos el partido para el que están diseñados.

Mejora la dirección

La nueva dirección dinámica de Volvo no sólo disminuye el esfuerzo necesario que debe hacer el conductor al manejarla si no que mejora su precisión en terreno bacheado, incluso muy bacheado, y es capaz de compensar el efecto que ejercería un fuerte viento lateral e incluso una carretera peraltada. También está capacitada para centrarse de manera automática cuando conducimos marcha atrás.

Todo ello gracias a la combinación de un motor eléctrico, gestionado electrónicamente, y el mecanismo hidráulico habitual en estos sistemas.

Las sensaciones en la conducción son muy marcadas, al principio nos sentimos torpes por que el hábito del manejo de los sistemas tradicionales choca con la sensibilidad del sistema y su suavidad, provocando que sobremandemos la dirección, con una sensación incómoda de bamboleo de la que no es responsable el sistema sino nosotros, hasta que nos acostumbremos a la blandura que nos ofrece el volante.