Dos generaciones al volante
Entre los grandes clásicos de conversaciones a pie de carretera están aquellas donde los más veteranos del lugar se quejan de cómo ya no quedan conductores de los de antes, aquellos tan bien preparados para conducir como para repararse su propio camión. Otro gran clásico sería el de los jóvenes, dominadores de la última tecnología y seguros de ser los mejor preparados de la historia... Dos puntos de vista no sabemos si irreconciliables.
La Moderna, fundada en 1940 por el maestro de escuela Alfredo Pérez Sánchez fue la primera autoescuela activa en la capital de León. Antes incluso de que existiera la licencia reglada para la conducción, pero como nos explica el recién jubilado Bernardo Rodríguez, constituía toda una necesidad en su época: “Lo cierto es que la gente que tenía dinero por aquel entonces empezaba a poder adquirir los primeros coches y entonces simplemente con una explicación de cómo funcionaban los mandos se lanzaba a conducir. Y, claro, ocurrían accidentes de todo tipo.”
Bernardo, nuestro interlocutor, es hoy un feliz recién jubilado dispuesto a disfrutar del séptimo Lada Niva 4x4, que está a punto de estrenar, para gastarlo de igual modo que hizo con los seis anteriores, recorriendo los montes de Bavia, su tierra natal. Él adquirió la autoescuela a su fundador allá por 1970 cuando, tras pasar unos años trabajando como ingeniero industrial en Brasil, se decidía a volver a su tierra e instalarse. La enseñanza siempre atrajo a Bernardo, en su familia ya había maestros, de modo que no le importó dedicarse a ello, aunque fuese en esta vertiente motorizada. Una actividad compartida en familia, junto a su mujer Pilar Casal, que también dedicó su vida laboral a ello.
Bernardo lamenta que aunque La Moderna sea la autoescuela con más años de trayectoria tras de sí en León en cambio su licencia sea la número 2; “Cuando se implantó el sistema del carnet de conducir otro corrió más que el fundador de nuestra escuela para presentar los papeles y por eso en nuestra placa pone el número 2, pero fuimos los primeros.”
El coche como status
“Cuando empezamos España estaba en pleno auge, la gente de repente tenía dinero, igual llevaba unos años trabajando en la mina y entonces quería comprarse un coche, que era lo que demostraba a sus vecinos que las cosas le iban bien. Naturalmente, para ello necesitaban el carnet de conducir y venían a la autoescuela. Eso desapareció, no es sólo la crisis. Ahora la juventud lo que quiere tener es el último modelo de teléfono móvil y únicamente se deciden a sacarse el carnet de conducir porque lo ven como una obligación, algo que te resultará necesario para la vida, para ser independiente, ir a estudiar o para el trabajo, pero ya no esperan con ilusión poder conducir. Eso se perdió, ahora quieren tardar lo menos posible en tener el carnet de conducir y además sacarlo lo más barato posible.”
Camioneros desde siempre
Durante más de 40 años Bernardo ha sido profesor también para los carnets profesionales, es decir los antiguos C1 de camión de hasta 16 toneladas y C2 para camiones pesados, incluidos el tráiler articulado, E de remolque tipo tren de carretera y D para autobús. Ahora las cosas son bien distintas, tanto en los permisos como en la vida de la autoescuela, donde Fernando, el hijo de Bernardo es quien está profesionalmente implicado en la formación que ahora se requiere para trabajar en el transporte. De hecho Fernando ha tomado el relevo de su padre junto a dos socios, Diego y Moisés, el terceto que controla en la actualidad La Moderna.
“Actualmente-nos dice Fernando- te conviertes más en un centro de formación profesional, que no en una simple autoescuela. El carnet es necesario pero existe una serie de estudios que además necesitas como profesional para trabajar: el CAP (Curso de Aptitud Profesional), los especializados como el ADR de materias peligrosas, en manipulación de grúas, carretillas elevadoras, etc. Actualmente la formación es muy práctica y específica, viene regulada por normativa europea y convierte al profesional del transporte en una persona muy preparada."
Filtro de acceso
Bernardo escucha, no se siente ni mucho menos desligado de la formación vial, y está de acuerdo con su hijo, pero puntualiza, “Que nadie se piense que antes era más fácil que ahora sacar el carnet de camión. Te pedían saber hacer el doble embrague y eso por si mismo ya demanda una psico-motricidad tal que impedía a una persona un poco torpe obtener el carnet de conducir para vehículos pesados. Existía una prueba, que se realizaba sobre una máquina que se llamaba el torno. Consistía en una especie de mesa articulada que había que mantener en equilibrio accionando con las dos manos ruedas que funcionaban de modo independiente. Era una prueba psicotécnica de gran exigencia que no todo el mundo podía pasar. Desde luego en este aspecto ahora sacarse un carnet como el C es más fácil que hace 40 años. Naturalmente hemos mejorado mucho en otros aspectos, antes se paraba a dormir cuando se podía y en cualquier bar de carretera el vino para beber y el café con puro y copa era lo corriente. Ahora los descansos son algo sagrado y prácticamente nadie toma alcohol si va a conducir.”
Oficio exigente
La exigencia en aquellos años setenta venía de los propios vehículos que circulaban en aquella época, en los que los cambios de velocidades sin sincronizar y con varias palancas para su manejo estaban a la orden del día. Afortunadamente la velocidad no era mucha y los conductores podían dedicar mucha más atención que en la actualidad al manejo del cambio de velocidades.
Bernardo recuerda además como era la enseñanza de la teoría ligada al carnet C por aquel entonces. “Uno de los primeros responsables que tuve en mi época de profesor de autoescuela al frente de la DGT fue un tal Muñoz Repiso, un militar. Con él se exigió muchísimo en la fase teórica para la obtención de los carnets profesionales, de modo que la mecánica que debíamos enseñar quedaba a un nivel prácticamente equivalente al de los alumnos de mecánica en Formación Profesional. Aquello iba acorde con los camiones del momento, sin electrónica, donde tú podías escuchar el motor e identificar un ruido extraño o descubrir una fuga de líquido y sabías que avería podía sufrir tu camión. Esto hoy en día no tendría sentido alguno.”
Transporte sostenible
Hoy en día nos pasamos la mitad del tiempo escuchando acerca de medio ambiente y normas Euro, ya vamos por la Euro 6, que afecta fundamentalmente a los vehículos y sus características. Sin embargo el primer factor en la conducción ahorrativa y ecológica es el conductor. Fernando explica: “Este campo lo queremos potenciar pero ya en las propias prácticas para el carnet C+E te valoran que aproveches las inercias del camión para así minimizar el consumo. Además en el CAP hablamos de la importancia de cuidar la aerodinámica del vehículo y ver como situar mejor la carga. Son muchos aspectos que podemos mejorar desde la formación en una autoescuela actual y dedicada al transporte.”
Una autoescuela en pleno cambio generacional y que pese a cumplir 75 años de historia se mantiene tan moderna como el primer día.
Este artÌculo, completo
publicado en la revista Truck
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Numero 92 - mayo 2015
Joan Garriga
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