Si hay una frase que pueda definir a J. Ramón Jano Gago, sin duda es “El que la sigue la consigue”. Este leonés de 52 años, la imagen viva de un emprendedor, nacido en una familia en la que era el único varón, con cuatro hermanas y padre transportista autónomo, tiene la perseverancia como bandera. Tanto, que si su profesión es el transporte, no es precisamente por apoyo familiar, ya que su padre siempre se opuso a que fuera camionero, conocedor de los sinsabores de este oficio.

Pero desde el principio J. Ramón Jano lo tuvo claro, y con 18 años se fue a trabajar en la empresa de sondeos de su cuñado, hasta que con 21 años de edad y el carnet recién estrenado se puso como chófer. Sin embargo, camión y gestión siempre han ido de la mano de nuestro protagonista, y solo dos años después, con la ayuda económica de una de sus hermanas, crea su primera empresa, Raymatrans, que se inicia con tres camiones, pero que llega a tener una flota de 50 vehículos. “El problema –nos dice J. Ramón- era que no teníamos la fortaleza económica para una empresa, estábamos en manos de los bancos y eso no es bueno para una empresa”.

Ante esta tesitura, la empresa fue vendida en 2003, y J. Ramón se quedaba al frente, como había hecho hasta entonces, compaginando sus labores de gestión con la llevar un camión. Tras pasar por otras empresas, algunas de grandes dimensiones como Sesé, y ante la petición de algunos de sus antiguos clientes. J. Ramón Jano decide crear su propia empresa, Transportes Janocargo, con sede en Valladolid y dedicada al transporte internacional.

Transportes Janocargo cuenta en la actualidad con una flota de 22 camiones propios, en su mayoría Renault, además de otros ocho autónomos que trabajan para ella de manera casi continuada. Una empresa que responde a la idea que su director general tiene del negocio. “Las empresas pequeñas –nos dice J. Ramón Jano- están más dedicadas al cliente que las empresas grandes. Estas tienen muchos clientes, pero al final no pueden tener esa atención que tenemos las pequeñas”.

Transportes Janocargo trabaja en la actualidad con tres empresas, Contenur, que fabrica contenedores de plástico; Macrolibros, edición de libros, y Marfil, fabricante de paletizadoras. Con ellas hace transporte a Inglaterra, Francia, Italia y Portugal, a una media de 160.000 kilómetros cada vehículo. Una peculiaridad de esta empresa de transportes es la procedencia de sus conductores, en su mayoría brasileños y portugueses, aunque también hay algún español. La razón nos la explica el propio J. Ramón. “La mayoría de ellos vienen de la antigua empresa, allí les conocía y me traje a los mejores. Además, los extranjeros tienen mejor el “chip” de trabajar fuera de casa que los de aquí. Los españoles quieren venir todos los fines de semana a casa y eso, haciendo transporte internacional, no es posible”.

La clave son las personas

Para J. Ramón la clave de los negocios son las relaciones personales. “Me gustan las empresas donde conozco el nombre y los apellidos de todos los empleados que trabajan conmigo. Las empresas donde no haya una gran relación personal no me interesan”. Así, Transporte Janocargo podría catalogarse como una gran familia. De hecho dos de sus tres hijos trabajan con él, Rubén y Ramón, pero en nada difiere en trato que tiene con ellos con los que depara a Alberto, que lleva la administración, y Mercedes y Caroline, responsables de tráfico.

Unas relaciones personales que transcienden incluso a la hora de adquirir un camión. “A la hora de comprar un nuevo camión lo primero que busco es tener una relación personal, porque sé que si estoy con alguien de confianza ya hará lo posible por darme el mejor precio, ya hará lo posible por darme la mejor satisfacción y ya hará lo posible por hacer que todo funcione. Seguro que en la negociación no va a haber engaños”.

Sin embargo, el consumo y el confort son dos de los aspectos que más buscan en el camión. El primero por su calidad de empresario, y la necesidad de abaratar costes, y el segundo porque fue conductor antes que fraile, y sabe de lo importante que es ir cómodo en el lugar de trabajo. “De hecho – nos dice- voy a quitar dos Premium que tengo, porque aunque son buenas máquinas para pasar la noche la cabina resulta algo incómoda”.

Y esto lo agradecen sus conductores, como pudimos comprobar al hablar con Antonio Marcos Pérez, Orlando Luiz y Gilmar Batista, poco antes de que éstos iniciaran uno de sus innumerables viajes.

Un transporte en ascenso

Como Transportes Janocargo fue creada hace apenas año y medio, poco le ha tocado la crisis, de la que ya estamos saliendo, pero J. Ramón Jano no lo tiene del todo claro. “La crisis ha servido de criba, pero ahora vemos como uno compra 60 camiones, 40 el otro, 300 no sé quien y 200 no sé cuantos. Dentro de unos años habrá otra limpieza, porque tarde o temprano no habrá para todos. Hemos tenido la burbuja inmobiliaria y ahora vendrá la del transporte”.

Aún así, el director general de Janocargo se muestra optimista, y cree que el transporte está mejorando, especialmente en rentabilidad, “porque hemos dejado de ser idiotas”, señala. Para J. Ramón Jano, el principal problema de las empresas de transporte durante la crisis es que todas pusieron dinero, sin darse cuenta de que eso les aumentaba las deudas y les llevaba a la ruina.

En cuanto a los retos que tiene planteado el transporte, como el aumento de los pesos y dimensiones, nuestro protagonista se muestra algo escéptico y poco partidario. “Ampliar a 44 toneladas representará más oferta y cuanto más lleves menos viajes habrá –confiesa-, y para los megacamiones las infraestructuras en España no están preparadas, ni los parkings ni los polígonos”.

De todas formas, Jano se muestra pragmático. “Habrá que ver qué hacen las grandes empresas. A mí me enseño un gran gurú, que se llama Emilio Duró que los pequeños no estamos para innovar, sino para copiar. Para innovar están los grandes. Las empresas pequeñas no tenemos capacidad económica para innovar, pero si a mí me dice Renault, por ejemplo, que el sistema que ha montado ahora combustible, yo lo quiero”.

Transportes Janocargo está hecha a imagen y semejanza de su fundador, una empresa donde priman las relaciones personales, tanto con los empleados, como con clientes y proveedores. Gracias a ellos, J. Ramón Jano pudo ponerla en pie y aplicar en ella su particular filosofía de la vida

Una relación muy especial

No sabemos si es porque el primer camión que condujo fue un R350, o por otras razones, pero lo cierto es que J. Ramón Jano mantiene una relación muy especial con la marca Renault, y más concretamente con el concesionario vallisoletano Camiones del Pisuerga SA (CAPISA), con cuyo director de Camiones, Juan Francisco Ortega, le une una buena amistad.

Y este concesionario jugó un papel importante para que Jano fundara su actual empresa, proporcionándole algunos camiones en alquiler y dándole algunas facilidades para que empezara a rodar y cumplir con sus clientes. Es quizás la consecuencia una vez más de la particular filosofía de Jose Ramón para destacar las relaciones personales sobre todo en el negocio.

Conductor eficiente

A su labor gestora, Jose Ramón Jano une la de un buen conductor, o al menos, la del mejor conductor eficiente europeo, o eso dice el título obtenido en la tercera edición de la Optifuel Challenge de Renault Trucks, el pasado 7 de octubre en Lisboa.

J. Ramón se encarga el mismo de probar los camiones antes de comprarlos, o de comprobar alguno de su flota cuando presenta alguna anomalía. Para ello tiene un circuito fijo en los alrededores de Valladolid que también le sirvió de entrenamiento para ganar la Optifuel Challenge.

Para Jano la formación de los conductores es fundamental. “Las marcas te enseñan lo que lleva el vehículo, pero luego es necesario que los conductores sepan sacarle es máximo partido, por ello acudo a una empresa externa cada vez que mis conductores necesitan formación”.

Orientación al cliente

Contenur es una empresa madrileña, cuya actividad principal es la fabricación y comercialización de contenedores de residuos. Cuenta con una planta en Getafe y otra cerca de Cracovia, en Polonia, con una producción de 5.500 contenedores diarios entre ambas, y una facturación anual de 100 millones de euros. Es la tercera de Europa en su sector, y líder en España en fabricación de contenedores.

El 65% de la producción se destina a la exportación y la empresa trabaja en la actualidad con dos transportistas en Polonia y cinco en la fábrica de Getafe, uno de ellos Transportes Janocargo. Para Contenur, según nos indica su director industrial, Jesús Ajuria, “es importante trabajar con pocas empresas de transporte. Nosotros no solemos subastar el transporte de nuestro producto porque entendemos que, aparte de los costes que siempre son importantes, lo que tenemos que ofrecer es una calidad al cliente final”.

“Lo que pedimos a nuestras empresas de transporte básicamente es que sus camiones estén adaptados a nuestro producto., donde predomina el volumen y su poco peso. Por lo tanto, es esencial que los camiones vayan a la altura máxima permitida en cada uno de los países. Y luego otra cosa fundamental es que, como nosotros tenemos como clientes a entidades públicas, cuyos métodos de descarga no son muy habituales, es que los camiones vayan dotados de un sistema de trampilla que puedan ayudar en la descarga de los contenedores a nuestros clientes”.

La relación de J. Ramón con Contenur, viene de lejos, pues ya su padre hacía transporte con esta empresa, que él siguió con Raymatrans, y más recientemente con Janocargo. Aún así, Jesús Ajuria es tajante al afirmar que “se trata de una relación profesional. Ramón está aquí, no porque le hayamos hecho ningún favor, ni Contenur le ayuda para nada, lo que pasa es que Ramón tiene una clara orientación al cliente, que en el caso de Contenur es muy específica, y de hecho, muchos de nuestros clientes son los que nos solicitan que nuestros contenedores los transporte Janocargo”.

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publicado en la revista Truck

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Numero 98 - diciembre 2015

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