Museo de camiones DAF de Eindhoven
Eindhoven es una ciudad industrial de Holanda que ha dado grandes nombres gracias a su actividad, como el de la multinacional Philips, aunque, si de camiones hablamos, Eindhoven es sinónimo de DAF.
Los primeros 80 años
Durante en el año 2008 DAF Trucks celebrará su 80 aniversario y para dar un vistazo atrás a la historia de este fabricante de camiones, que actualmente es una división del grupo estadounidense Paccar, nada mejor que visitar el museo que se conserva en lo que fue la antigua factoría de camiones DAF. Esta instalación permite descubrir algunos de los modelos más sobresalientes de la marca holandesa, ya que la exposición permanente cuenta con 30 camiones de todas las épocas, además de una amplia muestra de motores e incluso de turismos, porque durante algunas décadas DAF también fabricó coches utilitarios. Pero vayamos por partes y no nos saltemos ninguna etapa de esta apasionante historia.
Los orígenes
Allá por 1900, en América, que no es el nombre del enorme continente sino el de una pequeña población holandesa, nacía Hub Van Doorne, el primero de los hijos del herrero del lugar. Al crecer en un ambiente totalmente dedicado al trabajo del metal y la mecánica, el joven pronto mostraría sus cualidades manejando herramientas. Tanto sería así, que un rico industrial, propietario de una fábrica de hielo y una empresa cervecera de la zona, pronto comprobaría que el único capaz de mantener en funcionamiento su delicado y novedoso automóvil era el joven Van Doorne.
Tanto convenció el buen hacer de Hub el mecánico a aquel industrial que sería gracias a un préstamo de éste como Hub podría iniciar su propio negocio mecánico. Aquello ocurría el primero de abril de 1928 y nadie podía suponer que el taller que iniciaba su actividad trabajando para la Philips y realizando reparaciones en embarcaciones de transporte fluvial sería el origen de la actual DAF.
Pero lo cierto es que en pocos años el negocio creció, el hermano menor Wim se uniría a la aventura y en 1932 la actividad principal ya era la fabricación de remolques para camión. De hecho en 1936 la compañía fue una de las primeras del mundo en ofrecer un sistema de contenedores intermodal para su fácil descarga desde los vagones de ferrocarril a un pequeño camión trailer. En el actual museo podemos ver uno de esos conjuntos, además de una reproducción del primitivo taller de los Van Doorne, como muestra de las etapas iniciales de la compañía.
Superado lo peor
Ya durante la segunda guerra mundial, con el país bajo la ocupación alemana, los Van Doorne habían fabricado tres prototipos de camión propio, aunque no sería hasta 1949, ya llegada la paz, cuando se iniciaba la fabricación de los primeros camiones DAF. Aunque eso sí, los motores provenían de las marcas Hércules de gasolina o Perkins diesel, a gusto del cliente, mientras que para las cabinas el transportista debía acudir a algún carrocero de la zona. De este modo, en la cadena de producción daba lo mismo un camión o un autocar.
En aquellos primeros años sólo se fabricaban chasis y eran los carroceros externos de acuerdo a lo demandado por cada transportista quienes finalizaban el vehículo como camión de mudanzas o autobús, por citar dos ejemplos posibles. La primera gama comprendía los modelos A30, A50 y A60. La cifra indicaba respectivamente los modelos de tres, cinco y seis toneladas de capacidad.
Enseguida se ampliaba la variedad de modelos, con chasis especialmente adaptados a diferentes funciones, como la de volquete. No sería hasta 1956 cuando en DAF empezaron a fabricar sus propios motores, primero bajo licencia de los británicos Leyland, una de las marcas por aquel entonces tecnológicamente más avanzadas, y poco después desarrollando los primeros motores propios a partir del modelo Leyland. Precisamente de este período es uno de los camiones, de tres ejes, mas veteranos que podemos ver en el museo. Como curiosidad, de aquellos años son los primeros diseños estándar de cabina, así que hasta entonces lo mismo encontramos DAF chatos que de morro, con o sin literas, etc.
La internacionalización
El primer núcleo de la actual Europa sin fronteras se experimentó en el Benelux (Unión comercial de Bélgica, Holanda y Luxemburgo) de modo que no es de extrañar que ya en los años 60 el transporte internacional captase poderosamente la atención de DAF. Su serie 2000 sería llamada “La madre del transporte internacional” y mostraba en su diseño un especial cuidado por lograr un ambiente agradable de trabajo para el conductor. Sin embargo, sería en los años 70, con las primeras cabinas abatibles de la marca, cuando DAF empezó a marcar diferencias frente a otros competidores. Se trataba de fabricar camiones cómodos, pero también de uso económico y fiable.
Capaces de cruzar Europa sin problemas pese a que ya se manejaban las actuales 40 toneladas en unos países y otros permanecían con el límite puesto en las 36 u 38 toneladas. Para darnos una idea del desarrollo de la marca, baste ver como en 1964 se fabricaba el chasis de camión número 50.000.
En este museo no podía faltar uno de los grandes hitos de la marca, que le serviría para abrir muchos mercados de exportación, entre ellos el nuestro. Nos referimos al modelo 2800, presentado en 1973, que destacó por sus muchas novedades incorporadas: turbo con intercooler en su motor de 11,6 litros, por vez primera en un camión, cabina abatible y dos literas de gran tamaño. Aquel camión marco una época en el transporte europeo y sería la base de las diversas series de DAF hasta inicios de los 90, en que la serie 95 daría un nuevo giro tecnológico a la marca.
De esta época en el museo de Eindhoven se guardan algunos ejemplos notables. En esta ocasión nos lo explica uno de sus responsables, Tom Kropff, ingeniero jubilado de la marca que entre otros proyectos tuvo a su cargo la colaboración entre DAF y Pegaso para crear la cabina que después paso a formar parte de los DAF serie 95 y Troner de Pegaso. Kropff nos explica:
“En el museo tenemos algunos camiones que son las estrellas, como es el caso de los camiones bimotor de De Rooy con los cuales venció el Dakar. Todo el mundo los ha visto en televisión o siempre intentamos tener un modelo de los de carreras de circuito que también llama mucho la atención. En cambio a mi uno de los que más me gusta es el 3300 de los años 80 que nos donó un transportista hace muy pocos meses. Es una tractora convencional, con cabina Space Cab, pero tiene algo especial. Ese camión trabajó a la perfección durante más de un millón de kilómetros sin necesitar grandes reparaciones. En el museo sólo lo hemos lavado, está tal cual nos lo entregó el transportista después de años haciendo ruta.”
La década 95
La crisis atravesada por DAF en los años 90 le llevó a manos del grupo estadounidense Paccar, propietario también de Kenworth y Peterbilt. Sin embargo la colección de este museo nos demuestra que fueron unos años en que la marca no cesó de lanzar modelos novedosos, empezando por la serie 95, antecesora de los actuales XF que cuentan con una cabina que deriva de aquel primer diseño realizado en colaboración con Pegaso.
También fue el tiempo en que nacía la serie 85, antecesora de los CF y fueron los años de grandes demostraciones de poderío.
Primero en el Dakar con los espectaculares camiones bimotor Turbotwin y después en las pistas de los circuitos europeos de carreras de camiones, donde durante algunos años DAF contó con los bólidos más espectaculares del certamen. Cerca de 1.400 CV rugían para demostrarlo cada vez que sus pilotos daban gas.
El museo de camiones DAF es así, un lugar donde junto a un prototipo de finales de los 80 aparece un camión de bomberos de los años 50 o donde uno puede ver los mismos modelos que hace 20 años recorrían nuestras autopistas camino de los Pirineos, como tantos veteranos del internacional pueden todavía hoy atestiguar. En definitiva un templo dedicado a la memoria de los hermanos Van Doorne y la nostalgia camionera.
Joan Garriga
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