Tras la conclusión de la sexta etapa, la categoría de camiones de esta edición del Dakar se ha convertido en un mano a mano entre los componentes del equipo ruso Kamaz. Da la impresión de que este año están imprimiendo un ritmo de carrera tan frenético que los pilotos que intentan plantarles cara terminan sufriendo las consecuencias de su osadía.

En esta quinta etapa, los vehículos han recorrido 174 kilómetros de enlace inicial, hasta alcanzar el inicio de la especial de esta jornada, de 458 kilómetros, a los que les seguían otros 65 kilómetros de enlace hasta alcanzar el ansiado punto de descanso.

En la cuarta etapa, con 594 kilómetros y 174 de especial en arena, con el Desierto de Atacama y las depresiones gigantes de Copiapó como protagonistas en la parte final del día, los pilotos del equipo ruso Kamaz han demostrado una vez más su temible potencial.

Cuesta arriba se le presenta el futuro a corto plazo al sector. En el último año se ha frenado el incremento de los costes directos que soportan las empresas de transporte por carretera. La trayectoria de los precios percibidos también se ha estabilizado, aunque se producen algunas alteraciones estacionales. El problema es en que esta situación de “equilibrio” se está produciendo en un momento en el que la brecha entre la evolución que han seguido costes y precios desde que Fomento se creó los observatorios del transporte está en uno de sus momentos álgidos, es decir, cuando la rentabilidad de las empresas está en sus horas más bajas desde hace catorce años.