Este prototipo de Volkswagen, equipado con un sistema eléctrico de propulsión, tracción a las cuatro ruedas y una autonomía de más de 500 kilómetros, es el primero fabricado en base a la nueva Plataforma Modular de Propulsión Eléctrica (MEB).

Monta dos motores eléctricos, uno para el eje delantero de 100 kW de potencia y 200 Nm de par, y otro para el eje trasero con una potencia de 125 kW. Y un par máximo de 290 Nm. Este sistema permite un rendimiento de 225 kW y alcanzar los 180 km/h.

Además, la alta densidad de sus baterías facilita la carga de un 80% de las mismas en solo 30 minutos.

Aparte de la propulsión con emisiones cero, la principal característica de este prototipo es su innovador concepto de conectividad, con un interfaz “hombre-máquina”, que facilita extraordinariamente su manejo. Todo el control sobre el vehículo se hace de manera muy intuitiva, gracias, por una parte, al sistema táctil del volante multifunción y el control gestual 2.0, con el que incluso es posible abrir las puertas con un simple gesto.

El cuadro de instrumentos, con las pantallas Active Info Display y el sistema de infoentretenimiento Had Unit, convierten en BUDD-e es una plataforma interactiva con el conductor y su entorno.

Aunque en Ginebra fue presentado como monovolumen, sus dimensiones de 4.6 metros de longitud, 1,9 metros de ancho y 1,83 metros de altura, con una distancia entre ejes de 3-151 mm. y voladizos cortos, le otorgan todas las características para convertirse en el comercial Caddy del futuro. Pero para eso, aún habrá que esperar muchos años.

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