Prueba: Renault Trafic Furgón DCI 120 Energy
Ciertamente, Renault sabe lo que se trae entre manos con la nueva Trafic, ya que cuida con sumo cuidado aquellos aspectos que más importan en el transporte profesional actual, como la eficacia, la funcionalidad, la practicidad y el confort de marcha.
Nos ha gustado
- Suavidad de marcha
- Diseño
- Consumos
No nos ha gustado
- Sujeción asientos
- Subviraje en curvas cerradas
Cuando el pasado verano tuvimos una primera toma de contacto con la nueva Trafic en Copenhague, ya quedamos gratamente sorprendidos por una puesta en escena más que notable. Y es que la nueva generación de este furgón de tamaño medio ha mejorado con respecto a su predecesor en todos y cada uno de los parámetros que habitualmente medimos en nuestros test, especialmente en algo tan importante como el consumo.
Una primera impresión que había que corroborar con una prueba más en profundidad, algo que hemos tenido la oportunidad de realizar recientemente, siendo los resultados magníficos en todos los sentidos.
Gran puesta en escena
Para nuestro test, Renault nos preparó una versión furgón de paso corto (4,99 metros) y techo bajo (1,97 metros) con el motor 1.6 biturbo de 120 CV, probablemente la configuración que acaparará la mayor parte de las ventas, pues a nuestro modo de ver resulta la más equilibrada y además incluso resulta unos 300 euros más barata que la variante con el propulsor de 115 CV y un único turbo. La explicación a ello radica en el hecho de que la versión más potente anuncia unas emisiones de CO2 de 155 gr/km, por los 170 gr/km de su consanguíneo. Como quiera que por debajo de los 160 gr/km el impuesto de matriculación se reduce del 9,75% al 4,75%, el resultado es que la Trafic de doble turbo es más económica.
Además de un diseño moderno y atractivo, del que sobresale un frontal muy llamativo gracias a unas ópticas muy expresivas y una gran toma de aire presidida por el rombo de gran tamaño ya característico en toda la gama Renault, la Trafic destaca por proponer un interior al que no le falta detalle.
Por lo pronto, su delineación recuerda mucho a la de los grandes monovolúmenes, tanto por la calidad de acabados como por las soluciones que propone. Sólo por poner un ejemplo, por todo el habitáculo se reparten nada menos que 14 compartimentos para un total de 90 litros de volumen útil.
En Renault están muy orgullosos del resultado final, ya que la cabina se ha diseñado como si fuera una auténtica oficina móvil, ya que incluye multitud de ingenios que facilitan enormemente la vida a bordo, como el respaldo escamoteable del asiento central, que al plegarse contra la butaca da lugar a un hueco para guardar el ordenador. Además, cuenta con una tabla porta-documentos con pinza que se puede fijar en el mismo respaldo orientada hacia el conductor o el acompañante.
También la conectividad resulta muy importante en la nueva Trafic, pudiendo el profesional elegir entre varios niveles de disponibilidad, destacando el sistema MEDIA-NAV con pantalla táctil integrada desde el que se puede utilizar el equipo de sonido, el navegador o el teléfono.
Por lo demás, la posición de cara a la marcha también ha mejorado sustancialmente. Para ello, el asiento del conductor se ha bajado 36 mm. con respecto a la anterior Trafic. También el respaldo es más inclinado, a lo que hay que sumar los múltiples reglajes con los que cuenta el asiento y la posibilidad de ajustar el volante en altura y profundidad.
Trabajador nato
A partir de aquí, sólo nos queda ponernos manos a la obra y comprobar todo lo bueno que anunciaba la Trafic. Ya la puesta en escena resulta muy llamativa, en tanto que nada más pisar el acelerador, el vehículo transmite una gran fuerza, que se hace presente incluso por debajo de las 1.300 rpm. Un primer turbo suministra hasta un 80% de los 320 Nm de par máximo que entrega el motor a bajo régimen, de ahí que notemos un empuje bastante acusado nada más iniciar la marcha. Por su parte, el segundo turbo toma el testigo cuando transitamos altos de vueltas, de manera que siempre contamos con la potencia necesaria para no perder impulso en ningún momento sea cual sea el perfil de la carretera por el que transitemos. Es más, incluso en el momento de “atacar” grandes desniveles, podemos circular con marchas largas sin que la inercia desparezca y tengamos que tirar de palanca de forma continuada.
Pero lo mejor es que la Trafic lo hace todo con una gran suavidad, para lo que se apoya también en la rapidez del cambio manual de seis relaciones que nos permite llevar una conducción alegre sin que la mecánica dé la sensación de ir forzada en ningún momento. Ello repercute de forma muy positiva en el gasto de combustible, como lo prueba el hecho de que durante nuestra prueba el consumo medio apenas sobrepasó los seis litros de media.
Señalar que, además, la Trafic resulta especialmente silenciosa cuando “trabaja”, percibiéndose en el interior una rumorosidad muy baja (por ejemplo, en sexta a 120 km/h, con la aguja del cuentavueltas señalando las 2.200 rpm, el nivel sonoro es bastante reducido). En este sentido, en Renault han trabajado especialmente en reducir los ruidos provocados por el propio funcionamiento del motor. Así, el parabrisas incluye una resina que garantiza un mejor filtrado de las vibraciones mientras que todas las motorizaciones cuentan con un doble volante amortiguador que hace que a ralentí y bajo régimen apenas se perciba “traqueteo” alguno.
Ni que decir tiene que la calidad de rodadura es bastante alta. Cierto es que peca de un ligero subviraje, algo acusado cuando la carretera serpentea más de lo normal, pero en este caso los nuevos amortiguadores delanteros hacen excelentemente su trabajo y sujetan perfectamente la carrocería al asfalto, con lo que en ningún momento tendremos sensación de inseguridad. Además, los amortiguadores traseros, con tarado hidráulico variable en función de la carga, ayudan a que la estabilidad a plena carga sea plena.
En tráfico urbano, por su parte, la Trafic se desenvuelve a las mil maravillas, con una dirección muy precisa y con un radio de giro perfecto para que el callejeo se haga sin apenas esfuerzo y sin tener que estar continuamente corrigiendo la trazada.
Por si ello fuera poco, la Trafic cuenta con todo tipo de ayudas electrónicas, incluyendo controles de tracción y estabilidad, asistencia de arrancada en pendiente, función antivuelco, control de carga adaptativo o Extended Grip que garantiza la motricidad de las ruedas delanteras mejorando la tracción en situaciones en las que nos encontramos con barro, nieve o arena.
En resumen, nos encontramos ante una gran furgoneta, con un excelente rendimiento en todo tipo de escenarios, una carga tecnológica muy importante, una funcionalidad más que probada y un consumo que para sí quisieran muchos turismos.
Los motores
Además de por su suavidad de marcha, los motores de la Trafic sobresalen por su contenido consumo en cualquiera de sus especificaciones. Así, Renault propone hasta cuatro propulsores en dos configuraciones diferentes. La primera cubica 1,6 litros de cilindrada, está dotada de un único turbo y alcanza potencias de 90 y 115 CV, mientras que la segunda, de idéntica capacidad, cuenta con dos turbocompresores (Twin Turbo) para potencias de 120 y 140 CV. Todos ellos utilizan un cambio manual de 6 relaciones.
La cabina
Un gran salto adelante ha experimentado el modelo francés en cuanto al concepto del habitáculo, hasta el punto poder considerarle como un “dos en uno”. Y es que por un lado responde al concepto de “oficina móvil”, para lo cual se incluye una serie de soluciones (soportes para tablet y teléfono móvil, mesa escamoteable, compartimento para el ordenador portátil, etc.), mientras que por otro, se ha delineado pensando en el confort durante la marcha, a modo de un monovolumen y con un acabado excepcional.
Compartimento de carga
La Trafic está disponible con dos longitudes (4,99 y 5,39 metros) y otras tantas alturas (1,97 y 2,49). Para nuestra prueba contábamos con la variante de paso corto (3,09 metros de batalla) y techo bajo, una configuración que sorprende por su espacio interior y capacidad porteadora. En este caso, la longitud de la carga llega a los 2,53 metros (3,75 metros si hacemos uso de la trampilla inferior de la mampara), por los 1,66 metros la anchura (1,26 entre los pasos de rueda) y 1,38 la altura, para un volumen útil de 5,2 metros.
Este artículo, completo
publicado en la revista Truck
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Número 86 - Noviembre 2014
Saul Camero
Probador de vehículos comerciales. Redactor especialista en Transporte y vehiculo industrial.
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