Prueba Van: Mercedes-Benz Vito 111 CDI Furgón Largo
La nueva Vito continúa siendo una referencia en el segmento de los comerciales medios y más aún por todo lo que propone, tanto desde el punto de vista mecánico como a nivel de utilización, todo ello con innovaciones tecnológicas de primer nivel.
Siempre que Mercedes-Benz presenta un modelo, ya sea un turismo, una furgoneta e incluso un camión, las expectativas son máximas. Y es que llevar la estrella en la parrilla siempre ha sido sinónimo de calidad, innovación, confort, rentabilidad, etc.
En el caso de los vehículos comerciales, la marca de Stuttgart siembre ha sido una referencia, sobre todo por sus modelos Vito y Sprinter, paradigmas de las cosas bien hechas por saber atender y entender las necesidades de un colectivo cada vez más especializado y con unas demandas muy específicas.
En continua evolución
Y con la nueva Vito esta percepción sigue intacta, si bien en algunos aspectos sí que esperábamos ese “algo más” que habitualmente ofrece el fabricante alemán. No con su diseño exterior, que rezuma calidad por los cuatro costados, con un forntal muy llamativo en el que sobresales sus ópticas en forma de ala que abrigan una parrilla de grandes dimensiones presidida por el logo de la estrella. En la parte posterior, por su parte, los faros se encuentran a una mayor altura que en el anterior modelo de cara a resguardarlos ante posibles arañazos o pequeños golpes.
Por lo que respecta al interior, en esta ocasión se ha optado por proponer un esquema diferente al que presenta el monovolumen Clase V (sustituto de la Viano), de cara separar ambos modelos teniendo en cuenta que se posicionan en dos mercados completamente diferentes.
Por ejecución, terminación, y ajuste de todos los materiales, no podemos sino destacar el trabajo realizado por los técnicos de la casa. Ahora bien, el diseño resulta un tanto simple, al contrario de lo que acostumbra la marca, que habitualmente suele marcar tendencia. Eso sí, la ergonomía y perfecta ubicación de todos los mandos está fuera de toda duda.
En cuanto a la posición al volante, está bastante conseguida. Volante y asiento se puede regular a nuestra conveniencia y la visibilidad es perfecta desde cualquier posición. Y a pesar de que los espejos no disponen de una óptica doble cuentan con una gran superficie que garantizan un amplio campo visual, a lo que hay que sumar, a modo de opción del control del ángulo muerto.
Y es que la seguridad es una de las señas de identidad de esta Vito. Además del ADPATATIVE ESP, que incluye ABS, ASR, distribución electrónica de frenado EBV o ayuda de arrancada en pendiente, equipa nuevos sistemas como el sistema de alerta por cansancio ATTENTION ASSIST, que evalúa la pérdidas de concentración del conductor; asistente de viento lateral; sistema de advertencia de frenada o detector de cambio involuntario de carril.
Gran furgón
Para nuestra prueba, Mercedes-Benz nos preparó una variante furgón con una batalla de paso corto (3.200 mm) y carrocería larga (5.140 mm) que cargamos convenientemente con nuestros habituales 300 kilos y que nos iba a servir para hacernos una idea muy fehaciente del comportamiento de este tracción delantera (recordemos que la Vito también está disponible con tracción trasera e integral 4x4) en condiciones reales de marcha y del rendimiento del propulsor cuando tiene que hacer frente a una carga más o menos importante. En este sentido, conviene recalcar que esta combinación de motor de dimensiones compactas con y tracción delantera se distingue por su bajo peso, ganando con ello la Vito 120 kilos de carga útil extra en comparación con el modelo anterior.
A nivel mecánico, contábamos con la versión 111 CDI de 114 CV y 270 Nm de par que asociaba una caja manual de seis relaciones. Un propulsor capaz de rendir sobre cualquier terreno a pesar de no sugerir unas cifras espectaculares, pero que sorprende nada más ponernos en marcha.
El turbocompresor de geometría variable de alto rendimiento que integra asegura una respuesta bastante inmediata (a las 1.500 rpm) que se va haciendo más presente a medida que subimos de vueltas, notándose un empuje mucho más acusado a partir de las 1.800 rpm, para a partir de ese momento ir ganando dinamismo rápidamente hasta alcanzar la velocidad de crucero deseada. Incluso a altas revoluciones, el motor demuestra una gran fuerza y potencia a pesar de su baja cilindrada a pesar de no contar con un segundo turbo.
Además, el dimensionamiento prácticamente cuadrado de las cámaras de combustión (80 x 79,5 de diámetro por carrera) hace que las condiciones sean las más óptimas para asegurar una gran capacidad de aceleración y una gran agilidad, lo que nos viene muy bien cuando hay que afrontar desniveles con una carga importante sobre “nuestras espaldas”, hasta el punto de poder circular con marchas altas sin problema.
Y es que el cambio hace un perfecto trabajo en este caso, ya que resulta muy suave en su manejo pero sobre todo muy rápido de reacciones. Para ello se ha adoptado una desmultiplicación (escala i=4,182 a 0,549) de manera que siempre contamos con la potencia necesaria en todo el régimen de utilización. Un simbiosis perfecta entre propulsor y transmisión que se traduce en unos consumos muy reducidos en cualquier tipo de escenario; sólo hay que ver que en ciudad apenas llega a los 8 litros de media y que en carretera ni siquiera alcanza los 6 litros, números que incluso podrían ser menores de haberse incluido en nuestra unidad el paquete BlueEfficiency con Start & Stop.
A todo ello hay que sumar el hecho de que se trata de una mecánica muy silenciosa en su funcionamiento, sobre todo cuando coge temperatura y circulamos a ritmos vivos. Y es que a 120 km/h en sexta (2.150 rpm), la percepción de ruido es muy baja, para lo que se ha trabajado en la estructura al completo de la carrocería, en los trenes de rodaje e incluso en el software de gestión de los motores (todos los tipos de propulsión cuentan con apoyos hidráulicos, de forma que se ha disminuido el nivel de ruido en 2 decibelios en comparación con la anterior Vito.
En cuanto a su comportamiento, se nota que estamos ante una Mercedes-Benz, ya que adopta unas suspensiones optimizadas que nos permite llevar un alto grado de confort en cualquier circunstancia. El hecho de contar con estabilizadores delanteros y traseros se traduce en una práctica ausencia de balanceos de la carrocería en curva. Además se han armonizado los muelles y los amortiguadores del eje trasero, con lo que el deslizamiento del tren posterior es prácticamente inexistente.
Además, la Vito sigue siempre fielmente la trayectoria (salvo si forzamos un poco la máquina, cuando aparece un más que evidente subviraje), apoyada en una dirección electromecánica cuya asistencia se regula en función de la marcha. De esta forma, al ser mucho más suave al circular en ciudad (menor velocidad) nos permite maniobrar con facilidad y sin que apenas tengamos que hacer movimientos bruscos del volante. Por su parte, a altas velocidades se vuelve más rígida, lo que juega un papel fundamental a la hora de garantizar la estabilidad del vehículo
Tan solo nos queda detenernos y terminar nuestra prueba, y para ello hacemos uso de unos frenos que destacan por su firmeza y rapidez de respuesta, particularidad en la que también tiene mucho que ver el corto recorrido del pedal del freno.
Los motores
Cinco son los motores que propone Mercedes-Benz, los cuales parten de dos bancadas de 1,6 y 2,15 litros de cilindrada. El primer bloque entrega potencias de 88 y 114 CV, con pares máximos de 230 y 270 Nm, mientras que el de mayor capacidad alcanza potencias de 136, 163 y 190 CV (este último Euro 6), con pares de 330, 380 y 440 CV. Todos asocian cambio manual de 6 marchas, estando disponible el automático 7g-TRONIC PLUS.
La cabina
Si bien es cierto que la terminación está muy cuidada y que todo el interior está perfectamente ordenado para facilitar la vida a bordo del profesional, el diseño del panel frontal resulta un tanto “light” teniendo en cuanta a los que nos tiene acostumbrado Mercedes. En cualquier caso, todos los elementos están muy a mano, y la información que ofrece el cuadro de relojes es bastante completa y legible.
Compartimento de carga
En este caso teníamos entre manos la configuración de carrocería larga, para una longitud total de 5,14. Ello da lugar a una zona de carga con una longitud de 2,89 metros (más los 37 cm. extra bajo la mampara), una anchura de 1,65 metros (1,26 entre los pasos de rueda) y una altura de 1,36, lo que se traduce en una caja de 6,3 m3 de volumen interno, llegando la carga útil a los 895 kilos.
Este artículo, completo
publicado en la revista Truck
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Número 89 - Febrero 2015
Saul Camero
Probador de vehículos comerciales. Redactor especialista en Transporte y vehiculo industrial.
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