LAS CLAVES:

• Las multas van desde 40 a 500.000 euros.
• Portugal está reclamando sanciones a 300.000 morosos españoles.
• Las sanciones por circular sin pase es 10 veces el precio del peaje.

El inicio de este conflicto comenzó hace tiempo, aunque es ahora cuando muchos se están enterando: en 2008, Portugal decidió instalar las Scut: las autopistas de pago que fueron financiadas con los Fondos Estructurales de la Unión Europea y cuyo nombre significa “Sem Custo para el UTilizador” (es decir, sin coste para el usuario). Se trataba de un peaje en la sombra, lo que significa que el coste lo soporta el Estado, en este caso, el portugués, y de la construcción y mantenimiento, una empresa concesionaria.

El problema es que, en Portugal, hay dos tipos de peajes: los tradicionales, con barrera, en los que se paga con tarjeta o en efectivo, y los electrónicos, donde no existen barreras ni cabinas, sino unos pórticos que detectan los vehículos que llevan el dispositivo electrónico incorporado, por lo que muchos usuarios creen (o sabiéndolo, no les importa) que, al no haber barrera física, ese peaje no hay que pagarlo, y además, que no hay seguimiento del vehículo que decide pasar sin pagar. Ahora llegan las sanciones, a través de dos sociedades (Brisa Concessao y Ascendi), más un bufete de abogados de Huelva (Onubrokers), reclamando cantidades que van desde los 40 euros (con recargo de 25 euros más por gastos administrativos) hasta 500.000, como le ha sucedido a una empresa de transporte de Ciudad Real.

La sorpresa es que, primero, sí había que pagar esos peajes y, segundo, que Portugal sí estaba haciendo un seguimiento de todos aquellos vehículos que se estaban saltado la barrera, y se están encontrando con que ahora les reclama una cantidad a pagar.

Cómo funciona

Desde que el vecino Portugal instauró su sistema de peaje (2008), muchos vehículos (camiones incluidos) han pasado por sus autopistas. Dos son las principales concesionarias en el país vecino: Brisa Concessao y Ascendi, que se están poniendo en contacto con los sancionados españoles mediante correos ordinarios para hacerles saber que están en un proceso sancionador y les informan de lo que deben. También les dan un plazo de pago y de lo que puede ocurrir si deciden no hacer caso a la comunicación.

Además, la concesionaria portuguesa Ascendi, primero, y Brisa, después, han contratado a un bufete en España para que se ponga en contacto con los sancionados para informarles del estado de su proceso. Se les notifica que han sido sancionados por no haber pagado un peaje (describiendo fecha, lugar y matrícula del vehículo), se les da un límite de tiempo para pagar (15 días en un primer intento, y tres en el previo antes de la denuncia) y, si no lo hacen, se les dice que se “interpondrá la oportuna reclamación judicial” (añadiendo que esperan que no sea necesario).

En este punto, las empresas de transporte se están dejando aconsejar por las asociaciones de las que algunas son miembros. Sin embargo, las recomendaciones varían de unas a otras: mientras unas aconsejan pagar cuanto antes para detener el proceso cuanto antes y evitar ir a juicio (con todos los inconvenientes que ello colleva, y las escasas posibilidades de ganar), otras se inclinan por hacer reclamaciones a dichas multas. Es el caso de Fenadismer, que ha puesto en marcha un servicio de asistencia jurídica para atender las sanciones que han ido llegando a sus asociados. La idea es paralizar el expediente de reclamación de los peajes impagados e impedir la posible inmovilización de los vehículos al circular por las carreteras lusas.

Su secretario general, Juan José Gil, ha explicado que “estamos recomendando a nuestros asociados que recurran las multas que les llegan de Portugal de peajes no pagados porque estamos viendo que las situaciones que les están remitiendo llegan con muchos fallos: desde que no aparece realmente quién es el propietario del vehículo cuando se produjo el incumplimiento, o incluso se están reclamando peajes que sí han sido pagados. Incluso, en el caso de vehículos de alquiler (eso, en transporte no se produce tanto), reclaman al último usuario que se dio de alta en el sistema de peaje del vehículo, aunque posteriormente se haya usado por titulares posteriores”.

Según ha comprobado Fenadismer sobre estas reclamaciones, “muchas tienen importantes defectos y errores, por lo que aconsejamos no abonar la reclamación exigida sino recurrirlas administrativamente ante las autoridades portuguesas”. Al parecer, las primeras resoluciones obtenidas por esta federación a los recursos planteados han reducido de forma sensible las cuantías reclamadas, al reconocer que había deficiencias respecto a la comprobación de la titularidad del vehículo en el momento del impago del peaje o la no exigencia del pago al corresponder a años ya prescritos.

Dentro del primer caso, figuran aquellos que han comprado un vehículo de segunda mano, y les llega una sanción de impago hecha por el anterior dueño, lo que ha obligado al actual propietario a demostrar, con documentos compulsados, que él no pudo haber cometido la infracción, ya que en ese momento el camión aún no era suyo.

Tal y como explica Fenadismer, “a través de nuestro servicio de asistencia jurídica, hemos logrado que, frente a una reclamación inicial a un transportista por importe de 10.373 euros, se haya rebajado a una reclamación final de 39,41 euros. Por eso, seguimos recomendando no pagar directamente las reclamaciones, sino recurrirlas administrativamente”.

Juan José Gil recalca que “lo que Fenadismer no va a apoyar nunca es que se dejen de pagar los peajes, pero lo que sí se ha detectado es que el sistema tiene muchos vicios que se deberían corregir. De hecho, hemos recomendado al Gobierno portugués que se revisen todos los procedimientos de gestión ya que, ni es fácil, ni el sistema de cobro ayuda a pagar el peaje. En principio, los pórticos que están instalados obligan al usuario que previamente no se haya dado de alta en el sistema a salirse de la autovía, ir a un poste, que ese poste funcione, que admita tarjeta de crédito (son postes automáticos, no dan la posibilidad de pagar en efectivo). Si no lo admiten o no funciona el sistema, hay que irse a una oficina de Correos en el pueblo más cercano que se encuentre (una oficina de Correos que sólo funciona en horario diurno, de 9 a 18 horas, de lunes a viernes). Por lo tanto, las posibilidades de impagar en los casos obligados son más que los que de admite el sistema” reconoce.

Desde esta federación de transporte se están gestionando unas 300 denuncias de sus socios. Aunque aglutinen varios impagos, se contabilizan como una por empresa. En cada empresa denunciada se acumulan todas las reclamaciones. Tal y como explica Juan José Gil: “ya estamos recibiendo resoluciones, sensiblemente mucho más bajas de la cantidad inicialmente anunciada. Incluso aún así, siempre hacemos un segundo recurso antes de animar al transportista a que pague lo que le han reconocido después del recurso”.

150 euros por 26 km

La cuestión es que, desde que entró en vigor el sistema electrónico de pago de peajes en Portugal, los usuarios reconocen que es un verdadero quebradero de cabeza: “en Portugal hay que ir a una gasolinera específica (de la marca Galp), no puede ser en cualquiera, ahí sacas un ticket, le tienes que decir los kilómetros que vas a hacer (que, a veces, ni lo sabes). Tampoco sabes la cantidad de dinero que tienes que pagar: ellos te hacen un cálculo aproximado. Yo, de las veces que he ido, siempre me ha sobrado dinero. Y nadie me lo devuelve, porque eso se paga previamente, antes de hacer el viaje. Luego hay que mandar un mensaje sms por el móvil a un número. Te contestan ese mensaje, diciendo que te lo han aceptado y que ya puedes pasar. El problema de esto es que tú sigues, lo pagas y luego, a lo mejor, te sobra dinero que se acumula en la misma tarjeta, pero ¿qué pasa si no vuelves e un mes, o en dos, o no vuelves?” explica Juan, un transportista que hace la ruta internacional.

Además, cuenta que él también ha sido sancionado: “cogí una autopista, y me salí de ella porque me dijeron: “con esto va hasta donde vaya usted” y cuando llegué a coger la otra de pago, yo entendía que con esos tickets me seguía valiendo, porque yo les dije hasta dónde iba a ir. También me dijeron: “vete siempre por donde están los arcos”, y yo me metí por allí y resulta que estaba pasando por el telepeaje. Claro, cuando fui a salir, me pararon. Y en un tramo de 26 kilómetros, me cobraron 150 euros por no haber cogido el ticket. Y ellos sabían dónde había cogido yo la autopista. La cuestión es que mi empresa tuvo que pagar la sanción in situ porque me inmovilizaron: desde España tuvieron que hacer una transferencia en ese momento y sólo a partir de ahí pude continuar”.

Otra queja de este transportista tiene que ver con los puntos de venta: “no entiendo por qué tiene que ser solamente en Galp. Hay otras marcas de gasolineras y tienes que pasarlas, y te pasas todo el tramo que vas a hacer con los pórticos y no encuentras una. Y cuando ya has acabado, es cuando te la encuentras. Yo, cuando he ido, he querido pagar. Y quiero que me informen, y le doy al botón para hablar con alguien y no hay manera. Nadie contesta, no hay manera de informarse”.

Cómo se pagan los peajes en Portugal

• Mediante la web de Correos de Portugal: se puede comprar pase para tres días naturales o cinco días hábiles recargables. A la hora de comprar hay que introducir el número de matrícula del vehículo que va a circular por la autopista.
• En los puestos fronterizos de Vilanova (con Pontevedra), Vila Real de Santo Antonio (con Huelva) y Vilar Formoso (con Salamanca). Mediante dispensador automático que sólo admite tarjetas con número pin.
• En las áreas de servicio de las gasolineras.
• En la oficina de Correos del aeropuerto de Oporto y el aeropuerto de Faro.

Tipos de peajes en Portugal

• Easy Toll: es un sistema que asocial la matrícula del vehículo a una tarjeta bancaria. Los peajes se cargan directamente en una cuenta asociada a esa tarjeta. En el momento de suscribirse al sistema (válido durante 30 días), se entrega un resguardo comprobante de pago, que se deberá conservar como justificante.
• Toll Card: se paga mediante una tarjeta prepago con 5, 10, 20 ó 40 euros. Al activarla, se asocia a una matrícula mediante el envío de un mensaje desde un teléfono móvil. También existe la posibilidad de activar más de una tarjeta, ya que se puede acumular el saldo. La tarjeta se puede comprar en una oficina de Correos, en áreas de servicio o en la página web www.tollcard.pt.
• Toll Service: su modalidad de pago es un sistema prepago de tres días de validez, con coste fijo de 20 euros y uso ilimitado durante ese periodo. Este producto sólo está disponible para vehículos particulares. Es un sistema para las rutas definidas con origen/destino en los aeropuertos de Faro y Oporto que se vayan a hacer en fechas predefinidas.
• Vía Verde: se paga mediante el alquiler del dispositivo temporal Vía Verde Visitors (seis euros durante la primera semana, y 1,5 euros por cada semana adicional, con fianza reembolsable de 27,5 euros). El consumo es en función del uso y tiene 90 días de validez. Es obligatorio abrir una cuenta bancaria. Posibilidad de que sea compatible con un sistema de pago electrónico de peajes en España.

Quién es Onubrokers

La empresa que se encarga de cobrar los impagos del peaje en las autopistas portuguesas ha contratado un bufete de abogados (Onubrokers), empresa con sede en Huelva, que se dedica a recopilar la información de los infractores y ponerse en contacto con ellos para comunicarles la cantidad que adeudan. Sólo en nuestro país se han registrado unos 300.000 infractores, tanto particulares como empresas, incluidos clientes que han alquilado un coche de alquiler en España y han cruzado la frontera hacia Portugal. De éstas se están enterando ahora, ya que la empresa de alquiler las envía al cliente que ha alquilado el vehículo y que, al pasar por el peaje, no ha abonado su precio.

Las notificaciones se están haciendo por correo ordinario y, al venir de una empresa española, hacen desconfiar a los receptores de las cartas, que no entienden por qué se ponen en contacto con ellos una empresa cuya sede está en Huelva, reclamando una cantidad del Estado portugués.