Venta de Remellán
Todavía quedan algunas carreteras que se han mantenido al margen de la revolución que a quienes habitamos en las zonas más pobladas del país nos hace suponer que todo fue transformado ya en autopistas repletas de presurosas áreas de servicio, donde los sabores parecen prefabricados y los alimentos deben consumirse en el menor tiempo posible. Nada de eso afortunadamente tiene algo que ver con el establecimiento que hoy nos ocupa.
Sabor a tradición
La carretera LE-331 permite comunicarse a las poblaciones de Boñar y Puebla de Lillo con la capital de provincia León, pero es también el camino más directo desde León a los Picos de Europa, de modo que su tráfico está compuesto por gentes que huyen de la ciudad durante el fin de semana y en el resto de la semana los escasos habitantes de la zona y el transporte propio de algunas explotaciones mineras cercanas, la ganadería, agricultura y los servicios propios de las estaciones de ski cercanas.
No en vano nos encontramos muy cerquita del Parque Nacional de los Picos de Europa y a 1.100 metros de altitud, de modo que si la montaña actúa en nosotros abriendo el apetito este es un parador de los de toda la vida, donde nuestro estómago se verá gratificado. Se trata de un parador de aquellos en que un pequeño ensanchamiento en el arcén da pie a un edificio y un aparcamiento, donde como máximo podrían maniobrar una decena de camiones a la vez, aunque eso no es ni mucho menos habitual por estas lares.
Desde 1890
Antes incluso de penetrar en este restaurante, conocido entre los habituales de la ruta por sus tortillas, truchas y guisos ya descubrimos que se trata de un lugar con solera Y es que sobre el umbral de la puerta descubrimos una inscripción que nos anuncia una “Casa de Huéspedes”. Desde luego eso corresponde a los tiempos en que las comunicaciones se hacían más dificultosas y la nieve podía mantener aislada la población de Boñar, a la cual pertenece la Venta de Remellán, durante largos períodos de tiempo. Roberto, el responsable del local a quien descubrimos tras la barra, en pleno ajetreo del mediodía, nos explica: “Esta venta data de 1890, aunque luego se reformó el edifico, se le dio más espacio y se hicieron habitaciones en el piso superior. Ese fue el principal cambio y ocurrió en 1900. Ahora ya no ofrecemos habitaciones, pero la casa de huéspedes se mantuvo en activo hasta los años ochenta.”
En la actualidad, un interior confortable y moderno, aunque sin perder el carácter tradicional, permite atender a unos cincuenta comensales, servidos con cocina tradicional de la comarca. Es decir, buenos y contundentes platos, capaces de alimentar y calentar el cuerpo incluso cuando la climatología nos lo pone difícil. Las tortillas, la preparación de la trucha, aunque las normativas actuales hicieron que la trucha de río despareciera de la carta, así como los guisos y asados son algunos de los platos fuertes en esta venta. No está nada mal y se convierte además en una buena oportunidad de catar como eran las cosas en las rutas de antes, cuando las autovías y la comida industrializada no eran más que algo futurístico. Unos pocos camioneros diariamente tienen la fortuna de poderlo comprobar en esta localidad situada a una cincuentena escasa de kilómetros de León.
Venta de Remellán
Situación: Junto a la carretera LE-331 dentro del término municipal de Boñar.
Cafetería, restaurante:
Menú diario en comedor para unos 50 comensales.
Especialidades:
Comida casera, con guisos, carnes, pescado y raciones de tortilla muy apreciadas.
Precio:
En torno a los 10€
Horario:
Abierto toda la semana.
Aparcamiento:
Junto a la carretera para un máximo de diez camiones pesados.
Joan Garriga
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