Mesón La Panera: Tradición bien entendida
La ternera que ellos mismos crían, el lechazo de raza churra o la posibilidad de adaptar algunos platos al gusto de cada uno son solo algunos de los alicientes que ofrece este establecimiento.
La crisis de las vacas locas y el descenso del número de habitantes del pueblo fueron los motivos que empujaron a Julia y Toño a desviar su trayectoria profesional y cambiar la carnicería por un mesón. Tanto Toño como el padre de Julia se habían dedicado al transporte de animales, por lo que sabían perfectamente cuáles son las necesidades de los profesionales de la carretera, clientela hacia la que dirigieron el negocio. Confiaron en el boca a boca para que el local se fuera conociendo y no les ha ido mal. La Panera se abrió el 11 de octubre de 2002, y según nos cuenta Julia, “los primeros clientes que tuvimos todavía siguen parando. Damos comida caliente desde que abrimos por la mañana hasta que cerramos sobre la una de la noche y el trato es muy familiar, conoces al noventa por ciento por el nombre. Es el enfoque que hemos querido darle y que queremos mantener”, asegura.
Si la comida casera es el principal argumento de muchos restaurantes de carretera, en La Panera van un poco más allá, ya que uno de los ingredientes fundamentales de la carta también es casero: la ternera que sirven la han cebado ellos mismos y también preparan el embutido que se sirve en el establecimiento.
En cuanto a la preparación del menú, procuran ceñirse a la cocina tradicional de la tierra, aunque para acomodarse a los gustos diversos de la clientela, de algunos platos ofrecen varias alternativas. Así los garbanzos del cocido los sirven o bien acompañados de patata y zanahoria o bien con berzas, tal y como se han preparado en la zona toda la vida. Lo mismo sucede con los callos, que se pueden tomar solos (callos, pata y morro), acompañados con patatas o, si se prefiere, con garbanzos.
Oferta variada
En cuanto a la elaboración de la comida, según nos cuenta Julia, se ciñen a lo que ellos pueden preparar, evitando el uso de precocinados y congelados. Entre sus platos más característicos se encuentran le revuelto de pisto y gambas, el potaje de garbanzos con espina y arroz, que preparan casi todos los días, porque lo piden mucho “tanto la gente que prefiere la carta como los que piden de menú” comenta Julia, además de otras legumbres, como las alubias o las lentejas. En cuanto a la materia prima, nos asegura que utilizan el garbanzo de Fuentesaúco y el resto de la legumbre la traen de La Bañeza. También ofrecen algún plato de pasta, setas al ajillo o en revuelto, el embutido que preparan ellos, cecina y lomo de olla en adobo casero, otro de los platos de éxito entre la clientela. Y ahora que llega el “invierno hacemos mucho unas sopas de sartén. Antes se hacían con manteca, pero nosotros utilizamos aceite de oliva de virgen. Fríes un ajo, añades, pimentón, el agua, la sal y que hierva. Después migas el pan del día anterior y lo dejas que hierva a fuego muy lento. Es un plato tradicional que gusta, de cuando había crisis siempre y se aprovechaba todo lo que había. La economía hace tradición”, sentencia Julia.
En cuestión de carnes, “al matar nosotros los terneros, desde las vísceras hasta los chuletones, pasando por el solomillo. También trabajamos el lechazo, siempre castellano, de raza churra. Algún cliente te pregunta que por qué sabe diferente y le explicas un poco que es por la raza, o cuando haces una carne en salsa y te preguntan por qué está tan jugosa y le comentas que es de esta pieza. La gente aprecia y valora mucho que tú sepas lo que le estás poniendo en el plato” afirma Julia. Como plato fuerte también cuentan con bacalao, bonito en salsa o a la plancha y algún pescado fresco, como la merluza.
De postre, natillas o flan (“lo más demandado”, comenta Julia), un surtido de tartas de naranja, piña o queso, todo casero, salvo los helados, que son comerciales, el resto de los postres lo hacemos nosotros.
Otro aliciente más de este local es que con el menú sirven vino de la bodega Bajoz, de la denominación de origen de Toro. En la carta de vinos, más Toro y riberas del Duero, como Matarromera, Pesquera o Protos.
Mesón La Panera
Situación: Autovía A-6 km. 244. Cerecinos de Campos (Zamora)
Servicios: Restaurante. Bar.
Especialidades: Carne de ternera, lechazo de raza churra, revuelto de pisto y gambas, potaje de garbanzos con espina y arroz y otros platos de legumbres.
Horario: De 9:00 de la mañana a 1:00 de la noche. Sábados cerrado.
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