Este establecimiento ha ido evolucionando y creciendo poco a poco, siguiendo la estela de los cambios que se han ido sucediendo en el transporte por carretera, de donde proceden tres cuartas partes de su clientela.

A la altura del punto kilométrico que hoy nos ocupa es donde encontramos el límite entre las tierras castellanas y aragonesas. Precisamente es ahí donde se ha edificado este moderno restaurante, que cuenta también con hotel y una amplia zona de aparcamiento para más de 80 camiones.

La Panadella se aparece desde la cuneta de la A2 como un indicador más de la ruta, donde se nos anuncia esta área de servicio, así, con nombre propio, un privilegio que se ha ganado por los más de mil años de historia que avalan este alto en el camino.

En el polígono industrial Riu Clar, de la capital tarraconense, justo entre la autovía A-2 y la AP2 encontramos siempre gran tráfico de camiones, pues no sólo estamos en la principal salida hacia Europa de los productos hortofrutícolas del país, sino que además la industria petroquímica de Tarragona genera un buen número de portes.

José “Pepito” Casanova es el dueño de uno de los paradores de la A2, la vieja nacional NII de toda la vida, que han sabido ver pasar el tiempo y evolucionar acorde a las diversas épocas sin por ello perder la personalidad de aquellos restaurantes de toda la vida.