A destacar

• Aerodinámica
• Control de crucero con anticipación activa
• Mandos del volante

Mejorable

• Posición del pedal del acelerador
• Lógica del "Driver Support"
• Tacómetro sin régimen optimo

La política que sigue Scania desde hace años es la de ir presentando actualizaciones pero sin grandes cambios en la base del producto, de esta forma pueden estar al día, en cuanto a tecnología, sin necesidad de hacer lanzamientos espectaculares ni correr riesgos con productos de nueva factura. Con este modelo no podía ser distinto, de forma que el Streamline se convierte en la evolución de modelos anteriores que tienen como prioridad el ahorro de combustible gracias entre otros, a contar con motores de última generación con los que el fabricante ha completado toda su gama de modelos Euro 6.

Actualmente el constructor sueco ya pone a disposición de sus clientes la segunda versión de los motores en línea limitados para cumplir con la actual normativa sobre emisiones, que nos ofrece ya en toda su gama de motores, incluyendo los de ocho cilindros. Además en su oferta encontramos cuatro grupos propulsados por combustibles alternativos como gas, biodiesel e incluso etanol. En definitiva, la gama la componen un total de once posibilidades con la tecnología más avanzada de la casa nórdica y que incluye actualmente a los motores en uve. Para esta prueba, contábamos con la versión de 580 CV, de esta planta de potencia de 8 cilindros en V y dieciséis litros y medio de cubicaje, una potencia que, por otro lado, se nos antoja algo elevada para los tiempos que corren ya que sin duda el resultado de consumo fue algo más elevado que el que nos ofrecen los modelos que no sobrepasan los 500 CV.

En cuanto a esta versión Streamline presenta novedades en su concepción aerodinámica, una caja de cambios automatizada de segunda generación, asientos de nueva factura y un nuevo diseño de colores para el interior. Todos ellos cambios sutiles, tanto que incluso cuesta descubrirlos a primera vista, y si comparamos modelos anteriores con la Streamline nos parecerán muy similares hasta que nos fijemos en profundidad.

Streamline

Para esta prueba hemos contado con un serie R equipado con la cabina más completa de la gama, la CR19 Topline. Desde fuera no son muchos los cambios, aunque los hay. De esta forma se han incorporado unas pequeñas aletas de goma debajo de los deflectores laterales con los que Scania asegura que pueden bajar el consumo y mantener más limpios las puertas y los picaportes del camión gracias a la corriente de aire que generan durante la marcha.

Por otro lado, quizá el cambio más llamativo en la imagen de este serie R sea su nueva visera frontal. Su diseño, más refinado y evolucionado hace que cambie el aspecto ligeramente, de esta tractora, y más importante aún, integra los focos de largo alcance y acopla unas luces de gálibo con LED. Todo ello no sólo influye en la imagen del Streamline sino que mejora su comportamiento aerodinámico.

Las sensaciones al volante son muy parecidas a la de modelos anteriores, aunque ahora con el cambio Opticruise tenemos una serie de modos de conducción para optimizar su rendimiento en orden a las diferentes circunstancias de manejo. De esta forma podemos elegir entre una conducción económica y otra fuera de ruta. En nuestro recorrido hemos optado por el programa del cambio que nos ofrece más ventajas en cuanto al consumo ya que los otros modos están destinados a un tipo de conducción un tanto especializada, como la de los camiones madereros tan habituales en Suecia. Después de nuestro recorrido el resultado en cuanto al gasto no ha sido muy brillante si hacemos una comparación global, ya que debido a su potencia el consumo se nos antoja algo elevado para las necesidades actuales. No ocurrió lo mismo con el tiempo, aspecto en el que sí han sido muy positivos los resultados obtenidos.

El puesto de conducción no ha cambiado mucho, aunque sí lo ha hecho su asiento que pertenece a una nueva serie de butacas que el fabricante sueco está montando en sus cabinas. El cuero es siempre elegante y hace subir enteros los acabados interiores, pero la banqueta es algo dura y la sujeción lateral se nos antoja insuficiente. Todos los mandos están a mano, algo que se debe en gran parte a la forma envolvente del salpicadero, y no nos cansaremos de alabar la disposición de los automatismos en el volante, algo que se cumple en este camión y además con una disposición que consideramos muy acertada, al igual que la lógica que utiliza Scania en el uso de los equipos auxiliares. De hecho, conociendo bien este vehículo, es posible conducir durante la fase de crucero de este camión utilizando solo los botones que están muy bien ubicados en el volante, de esta forma la carga de trabajo del conductor se ve minimizada, por lo que se puede aumentar la atención en el resto de vehículos.

No podemos olvidar la cama que nos ofrece el fabricante de Sodertalje, su anchura depende de unos muelles que pueden variar su forma aumentando de 73 a 90 cm., lo que hace que también varíe la firmeza del colchón. Esta maniobra se hace con comodidad gracias a una barra situada en la misma litera, pero es necesario, al desplegarla, adelantar los asientos.

V 8 Euro 6

Scania presenta con el Streamline sus remodelados motores con los que cumple con la norma Euro 6. Lo destacado de la noticia es que respeta esta normativa también con sus grupos de ocho cilindros en uve, incluido el poderoso de 730 CV, lanzado al mercado europeo a finales del pasado año. Lanzamiento que coincidió con la segunda generación de los grupos preparados para esta norma en sus modelos de seis cilindros en línea.

Este nuevo motor de 580 CV. ha venido a sustituir al anterior modelo de 620 CV. , aunque, peso a la diferencia de caballos, mantiene prestaciones similares, pero con un consumo un poco más bajo en esta ocasión que cuando probamos su homólogo de más poderío.

Ya es evidente que la arquitectura que usa esta planta de potencia es de ocho cilindros en V y cubica casi dieciséis litros y medio, a lo que hay que sumar elementos como el turbo de geometría variable y el sistema de inyección por raíl común, XPI. Con todo, este motor alcanza su potencia máxima cuando llega a las 1.900 vueltas, y es capaz de entregar un par motor máximo de 2.950 Nm. a partir de los 1.100 giros y que mantiene hasta superar los 1.350. Resulta curioso, y algo objeto de crítica que el tacómetro no tenga ninguna indicación de zona óptima para el trabajo de crucero, y sí la tenga para la zona recomendable de retención con el freno motor.

A los mandos de este camión se nota la potencia, y pese a ir con el límite de la carga legal a este Streamline le notamos agilidad y poderío al subir el puerto de Guadarrama que coronamos en la décima marcha, a un régimen de 1.350 revoluciones, en la zona media del cuentavueltas, y a una velocidad de 65 km/h.

Durante la conducción de este vehículo también notamos cierta inconsistencia a la hora de manejar el volante, ya que es muy efectivo y responde con celeridad a cualquier movimiento a que le sometamos y aunque esto puede ser una virtud por su efectividad, cuesta algo acostumbrarse. Algo parecido pasa con el pedal del acelerador, su sensibilidad es muy elevada y esto provoca que lo accionemos inadvertidamente en algunas ocasiones, por ejemplo, al pisar algún bache.

Uno de los sistemas que más nos ha llamado la atención es el ya no tan nuevo, fue introducido en el 2011, sistema de Anticipación Activa. Con él se da una vuelta de tuerca a los conocidos controles de velocidad, ya que al obtener información del GPS, el acelerador automático es capaz de adaptarse a la ruta por la que estemos circulando, y aunque hoy por hoy ya hay mecanismos como este más evolucionados, Scania fue pionera con el "Active Prediction" que sin duda sí ayuda al horro de combustible, y que coloca al fabricante en una posición envidiable para posteriores evoluciones.

Para terminar queremos reseñar un sistema de dos grupos de baterías que ha introducido el fabricante de Suecia con el que el arranque queda prácticamente garantizado además de alargar los tiempos de vida útil de estos componentes.