De este modo, Repsol sigue avanzando en la transición energética y en el objetivo de ser una compañía cero emisiones netas para el año 2050.

Por su parte, el primer proyecto, que tendrá una inversión de 60 millones de euros, consiste en la construcción de una de las mayores plantas de producción de combustibles sintéticos cero emisiones netas del mundo a partir de hidrógeno verde, generado con energía renovable. Estos combustibles se producen con agua y CO2 como únicas materias primas y podrán emplearse en motores de combustión como los que instalan actualmente los automóviles.

Se prevé que la instalación esté totalmente operativa en un plazo de cuatro años y será de referencia en Europa por la tecnología puntera aplicada y por el uso del CO2 capturado en la cercana refinería de Petronor.

En una primera fase se obtendrán 50 barriles al día de combustible sintético, con cero emisiones netas de CO2 en todo su ciclo productivo.

Por otro lado, el segundo proyecto supondrá una inversión de 20 millones de euros y consistirá en una planta de generación de gas a partir de residuos urbanos. Este gas se empleará para sustituir parte del consumo de combustibles tradicionales que la refinería vasca (del puerto de Bilbabo), una de las de mayor capacidad de España, utiliza en su proceso productivo.

Así, en una primera fase, esta planta de pirólisis podrá procesar cerca de 10.000 toneladas al año de residuos urbanos y su capacidad podrá ampliarse en fases posteriores hasta 100.000 toneladas al año, el equivalente a todos los residuos urbanos del entorno.

Con todo, estas iniciativas supondrán un importante impulso al desarrollo tecnológico e industrial asociado a los planes de descarbonización, tan necesario en este contexto de recuperación económica y de orientación a sectores con mayor valor añadido.

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