PRUEBA: Ford Ranger Raptor

Fabricantes Escrito por Saul Camero Miércoles, 16 Agosto 2023 00:01 tamaño de la fuente disminuir el tamaño de la fuente aumentar tamaño de la fuente 0

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No habíamos visto nada igual en nuestro mercado. El nuevo Ford Ranger Raptor es una auténtica bestia de casi 300 CV capaz de sortear cualquier obstáculo sin el menor problema gracias a su poder de tracción y a unas ayudas electrónicas de última generación.

En realidad, no sabría decir que me impresiona más del nuevo Ranger. Nada más verlo te quedas hipnotizado por una imagen y un diseño fuera de lo común, con unas cotas sobredimensionadas que denotan que estamos ante un pick-up que no se parece en nada a lo que hasta ahora conocíamos en nuestro mercado.

Ford Performance, que habitualmente se encarga de desarrollar las variantes más racing de la marca, ha configurado el Raptor más radical que se recuerda, con una impresionante estampa y un concepto de off-road extraordinario en todos los sentidos. Y es que todo es exagerado en este vehículo: en el lado positivo sus aptitudes todoterreno, la respuesta de su motor y su compendio tecnológico, y en el lado negativo, que también lo tiene, su precio y su consumo, si bien en este sentido hay que tener en cuenta todo lo que ofrece, que es mucho. Solo hay que echar un vistazo a su equipamiento de serie para darse cuenta de que no falta de nada, hasta el punto de que pocas cosas se pueden añadir a la dotación de fábrica, salvo alguna llanta de aleación específica, la pintura metalizada o la siempre necesaria cubierta de la caja, que en este caso es una persiana enrollable con apertura eléctrica y que está disponible por la nada despreciable cifra de 2.150 euros.

Un pick-up enorme

Como decíamos, la estampa de este todoterreno es portentosa, comenzando por un frontal más que agresivo, en el que destaca sobre todo los faros LED materiales en forma de ‘C’, similares a los del fastuoso F-150 que tanto gusta en Norteamérica. La parrilla con las letras F-O-R-D también están sobredimensionadas, así como los pasos de rueda.

En la parte posterior, la caja de carga cuenta con unas cotas también muy generosas, con una longitud de 1.564 mm y una profundidad de 529 mm. Eso sí, la altura al suelo igualmente es más alta de los normal, con 877 mm.

El resultado es un off-road de 5.360 mm, con una distancia entre ejes de 3.270 mm, una alzada de 1.926 mm y una anchura de 2.208 mm con lo espejos retrovisores desplegados. Lo dicho, dimensiones enormes para un pick-up enorme y con el que no hay comparación posible.

Como un deportivo

Pero es que, en el interior, todo también es masivo. Tras ‘subir’ a nuestro puesto -contamos con una gran estribera y un asidero en el pilar A que nos ayuda-, la primera impresión es que nos encontramos ante un auténtico deportivo. Ya los asientos parecen de competición y realmente son muy bonitos. Están tapizados en cuero negro con ribeteados y costura en rojo y la palabra Raptor, también en el mismo color, impresa en nuestra espalda.

A partir de aquí dos grandes pantallas digitales presiden el salpicadero. La relativa al cuadro de instrumentos, de 12,4”, es totalmente configurable e incluso cuenta con animaciones de puesta en marcha. Por su parte, la central, táctil de 12”, se dispone verticalmente y desde la misma se controla el sistema de infoentretenimiento SYNC 4, además de todo lo relativo a la conducción off-road y todas las posibilidades que esta ofrece. Para acceder a este menú, basta con pulsar el botón que se encuentra en una pequeña consola junto a la palanca del cambio.

Sonido brutal

A partir de aquí, solo nos queda darle al botón de contacto, no sin antes ajustar volante y asiento (eléctrico) a nuestras características. Y en este momento, ya nos encornamos con una sorpresa muy agradable, en tanto que a través de un pulsador específico se puede elegir entre los modos normal, sport, baja y silencioso para el ruido del escape.

Como la curiosidad en nuestro caso nos puede, seleccionamos la posibilidad más radical, de manera que, al encender el motor, la sonoridad percibida es similar a la de un Mustang o a la de cualquier otro deportivo, lo que llama la atención enormemente.

Desde este momento, basta con pisar el acelerador con vehemencia para que todo el caudal de energía se muestre en décima de segundo y podamos ganar velocidad sin apenas darnos cuenta. El hecho de contar con un cambio automático de 10 marchas bastante rápido influye enormemente en esta entrega de potencia. Una respuesta que también podemos controlar a nuestro gusto a través de las levas del volante.

Hay que señalar, que el pick-up de Ford dispone de un sistema antilag de competición por el que los turbocompresores se mantienen girando hasta tres segundos después de que quitemos el pie del acelerador, permitiendo una reanudación más rápida de la aceleración, por ejemplo, a la salida de las curvas.

En este sentido el comportamiento en tráfico abierto es realmente notable, a pesar de contar con neumáticos específicos para el todoterreno (All Terrain) y de su tamaño. Cabe mencionar a este respecto, que el Ranger Raptor ofrece la posibilidad de elegir entre tres modos de conducción (también en el caso de la dirección): normal, sport para una conducción más enérgica en carretera, y el conocido como slippery, para un devenir más seguro en superficies resbaladizas o irregulares.

Sea como fuera, hay que tener en cuenta que llevamos entre manos un vehículo que supera ampliamente los cinco metros de longitud y que tara 2,2 toneladas de peso, con lo que tampoco es cuestión de hacer un manejo muy radical en estos escenarios. Además, en estos casos el consumo se dispara más de lo deseable, pudiendo incluso superar los 17 litros a los 100 kilómetros sin problemas.

Se lo ‘come’ todo

Pero lo emocionante llega cuando salimos del asfalto. No es que vaya bien por las pistas de tierra -ninguna novedad en este sentido, pues se mueve como pez en el agua en este tipo de escenario-, es que es capaz de acometer cualquier obstáculo sin el menor problema y salvarlo sin aparente dificultad.

Por lo pronto, monta unos amortiguadores FOX de 2,5” con válvula de derivación interna capaces de monitorizar 500 veces por segundo el estado del terreno. Además, para proporcionar protección contra los toques de fondo severos, el sistema FOX Bottom-Out Control garantiza la máxima fuerza de amortiguación en el último 25% del recorrido del amortiguador. Asimismo, es capaz de endurecer los amortiguadores traseros para evitar que el Raptor se ‘agache’ acelerar con fuerza.

Por lo que respecta al sistema de tracción puramente dicho, desde la rueda central situada entre los asientos podemos seleccionar tracción delantera, 4x4 permanente, 4x4 automático y 4x4 con reductora.

Igualmente, y como no podía ser de otra forma en un vehículo de sus características, las posibilidades off-road del Ranger son múltiples. No ya solo se pueden bloquear los diferenciales delantero y trasero, sino que se puede optar por hasta cuatro modos de conducción: roca, arena barro/surcos y baja. Tampoco falta el control de descenso.

Pero sin duda la mayor novedad tiene que ver con el Trail Control, un sistema similar a un control de crucero por el que es posible establecer una velocidad de hasta 32 km/h de manera que el propio vehículo gestiona la aceleración y el freneado, por lo que nosotros únicamente nos tenemos que asegurar de llevar el mejor guiado posible.

Con todo, la capacidad de tracción es la mejor posible, no ya solo en pistas rápidas, sino en el momento en el que el terreno se vuelve más roto. Hay que decir que la altura al suelo y de las suspensiones permite el paso por todo tipo de suelo empedrado sin el menor problema. Ni que decir tiene que los bajos del vehículo están protegidos convenientemente, hasta el punto de que la placa protectora delantera es casi el doble de grande que la del Ranger de serie, y está fabricada con un acero de alta resistencia de 2,3 mm de grosor.

Lo sorprendente del Raptor es que está capacitado para sortear las mayores dificultades que nos podamos imaginar, cual rally de competición. Lo sorprendente es que igual esquiva cualquier obstáculo tipo piedras desalineadas como pasa por alguna oquedad sin perder la tracción en ningún momento. Allí donde parece que no puede acceder, lo hace con una facilidad pasmosa.

Incluso al pasar por una zona embarrada con mínima adherencia -durante los días de la prueba llovió copiosamente por los alrededores de Madrid- el Ranger tracciona perfectamente. Y aunque parezca que por instantes la rueda – o ruedas- patinan el sistema de tracción hace perfectamente su trabajo y el avance no se detiene nunca. Luego, unos ‘bajos’ espectaculares y una fuerza descomunal gracias a su excelso motor, hacen el resto.

En cuanto al Trail Control, solo decir que es una delicia su funcionamiento, de manera que el vehículo sube una cuesta pronunciada una vez programamos la velocidad si aparente esfuerzo. Y lo mismo podemos decir en un descenso. Además, el ángulo de entrada (32º) -no tanto el de salida, teniendo en cuenta que nos encontramos ante un off-road con un gran voladizo- facilita mucho el ataque a todo tipo de rampa.

En conclusión, que nos encontramos ante el ‘pick-up definitivo’, un modelo exclusivo que hará las delicias de los amantes de este tipo de vehículo y que puedan permitirse desembolsar algo más de 68.000 por su adquisición. ¿Los vale? Pues eso ya depende de las perspectivas y necesidades de cada uno, pero lo que sí puedo decir es que ha merecido la pena poder disfrutar del Ranger Raptor toda una semana.