NOS HA GUSTADO

• Imagen y terminación
• Respuesta freno
• Consumos reducidos

NO NOS HA GUSTADO

• Calidad algunos plásticos
• Volante no regulable altura

En sus casi 17 años de vida, la Kangoo ha liderado las matriculaciones en un gran número de países. Un producto funcional, robusto, con múltiples posibilidades de utilización y con una economía de consumo fuera de toda duda es la respuesta.

Sin embargo, en todo este tiempo los rivales no se han quedado atrás, y cada vez han sido más, y más “poderosos”, los que han puesto en jaque su reinado. Sólo en el último año han llegado la Mercedes-Benz Citán y el Dacia Dokker –ambos modelos curiosamente toma del modelo francés algunas de sus soluciones- y en los próximos meses lo hará la nueva generación de la Ford Transit Connect, con lo que la competencia en el segmento será, aun si cabe, más feroz.

Grandes argumentos

En cualquier caso, la Renault Kangoo se presenta con unos sólidos argumentos que a buen seguro la mantendrá en lo más alto del escalafón de este nicho de mercado, centrados sobre todo en unos motores muy ahorradores y en una variabilidad de gama muy difícil de superar.

Todo ello con la lógica operación de cirugía de la que ha sido objeto, un lavado de cara total que ha afectado a este “best seller” tanto a nivel externo como interno. A primera vista el resultado no puede ser mejor, gracias a un diseño moderno en el que sobresale su enrome logó, de gran tamaño y muy presente en el frontal, siguiendo la línea marcado por el resto de vehículos de la gama.

Paragolpes, retrovisores, parrilla y faros delanteros y traseros también son nuevos, dando al vehículo una personalidad muy acusada y una atractivo más que destacable. Por su parte, el habitáculo también es objeto de una profunda transformación, sobre todo en lo que se refiere al panel frontal, en el que prima ante todo la funcionalidad, a lo que hay que sumar una terminación muy lograda, en la que sin embargo echamos en falta la utilización de unos materiales de mayor calidad.

Para tratarse de una versión combi, el espacio interior de esta Kangoo –la configuración escogida para nuestra prueba era la intermedia, de 4,28 metros de longitud- es más que destacable, siendo sus posibilidades de utilización bastante amplias gracias a una modularidad que asegura una capacidad de carga más que digna. Así, en condiciones normales de marcha, el maletero asegura una profundidad de 937 milímetros, que pasan a ser 1.803 con la banqueta trasera plegada completamente. Además, Renault ofrece la posibilidad de abatir el asiento del pasajero delantero, quedando en este caso un espacio libre de 2,50 metros de longitud.

Sus opciones porteadoras se ven multiplicadas con la solución que incluye sobre el techo del vehículo, una “baca escamoteable” a la que se llega tras desplegar las dos barras portaequipajes longitudinales y fijarlas transversalmente gracias a un eje pivotante, pudiéndose transportar hasta 80 kilos de carga.

Luego, los “inquilinos” de las plazas traseras pueden disfrutar de múltiples soluciones para hacer su “estancia” en la Kangoo lo más cómoda posible. Cofres en la parte superior o mesas plegables recogidas sobre el respaldo de los asientos delanteros son algunas de ellas.

Buen rodador

En esta oportunidad, contábamos entre manos con el nuevo motor diesel 1.5 dCi de 90 CV de potencia y 200 Nm de par cuya fuerza es transmitida al tren delantero a través de una caja de cambio manual de cinco relaciones.

Un propulsor tremendamente eficaz que se basa en la experiencia de Renault en la Fórmula 1, heredando de ésta la válvula EGR de baja presión, la bomba de aceite de cilindrada variable y el sistema ESM de ahorro de energía en la frenada o la termogestión.

Con todo, más que por sus enérgicas reacciones, este dCi sobresale por su elasticidad. Eso sí, su puesta en escena no es una de sus grandes virtudes, aunque tampoco podemos decir que se trate de una mecánica perezosa, simplemente responde a nuestra demanda en el tiempo justo y en el momento justo sin que advirtamos una fuerza desmesura pero sí suficiente para iniciar la marcha de forma segura.

Desde ese mismo momento, va subiendo de régimen de forma constante ayudado por un cambio muy suave y rápido en su respuesta, hasta alcanzar una velocidad de crucero constante en la que el giro nunca es forzado, algo que se deja notar tanto en la sonoridad como en el consumo de combustible, tremendamente ajustado en cualquier condición de marcha. Porque 6,20 litros de gasto en autopista, 5,59 litros en ciudad y 4,65 litros en escenarios interurbanos es mucho decir.

En este sentido, tiene mucho que decir la función ECO, por la que –se activa mediante un pulsador ubicado entre los dos asientos delanteros, a la altura del freno de mano- se reduce el consumo en hasta un 10% gracias a la disminución del par motor y la modificación de la cartografía del pedal del acelerador.

En cualquier caso, su rendimiento es más que notable en toda circunstancia, incluso es capaz de salir airoso de muchas de las dificultades que se le presentan. Ahora bien, es conveniente mantener siempre el cuentavueltas por encima de las 2.000 vueltas, cuando el motor ofrece un rendimiento óptimo, con el 100% del par presente, un empuje que se mantiene invariable hasta las 4.000 vueltas.

Desde el punto de vista dinámico, no podemos poner ninguna objeción, pues se trata de una unidad muy fiable en todo tipo de terreno, con un comportamiento muy noble y nada nervioso. Tan solo advertimos una ligera tendencia al subviraje al negociar curvas muy cerradas, tendencia no muy acusada y que gracias a una dirección muy precisa se corrige rápidamente.

Por lo demás, el equipamiento de seguridad es muy destacable, y aunque por muchos dispositivos es necesario pagar un plus, merece la pena contar con ellos. Así, merece la pena desembolsar los 690 euros que cuesta el pack seguridad, que incluye ESP de última generación, sistema de control de tracción Extended Grip, por el que se mejora la adherencia en terrenos farragosos, como en el barro o la nieve, gracias a la transferencia del 25% de la tracción a la rueda con mayor agarre, o asistencia de arrancada en pendiente.

Los motores

Para hacer moverse a la Kangoo, Renault ha elegido cinco motores, tres diesel, uno de gasolina y un quinto totalmente eléctrico. En el primer caso, los propulsores disponibles cubican todos ellos 1.461 c.c. para potencias declaradas de 75, 90 y 110 CV y pares máximos de 180, 200 y 240 Nm, siendo el más potente el único que asocia un cambio de 6 relaciones. Por su parte, la mecánica de ciclo Otto, llega hasta los 115 CV y los 190 Nm de par. La quinta opción, es un motor 100 % eléctrico de cero emisiones.

La cabina

El interior ha sido totalmente renovado con respecto a la anterior generación de la Kangoo, ganando tanto en calidad de diseño como en lo que respecta a los materiales utilizados para ello. El resultado es un habitáculo que llama la atención visualmente hablando, con todos los mandos perfectamente ubicados –eso sí nos hubiera gustado que los relativos al equipo de sonido se recogiesen en el volante- y con una gran cantidad de huecos para dejar todos tipo de objetos y mantener la cabina en perfecto orden.

Zona de pasajeros

A pesar de tratarse de un vehículo de 4.282 centímetros de longitud, el espacio para los pasajeros traseros no tendrán queja del espacio del que disponen, pues la anchura del vehículo a la altura de la segunda fila supera los 1.500 milímetros. A todo ello hay que sumarle un maletero más que generoso de 660 litros, que puede agrandarse en caso de necesidad gracias a la posibilidad de partir los asientos en partes (2/3 – 1/3) o retirándolos por completo, en cuyo caso el volumen llega a los 2.866 litros.

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publicado en la revista Truck

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Número 75 - Noviembre 2013

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