Así, desde la Confederación se preguntan, ¿a qué se debe ese silencio?, ¿por qué no han protestado ante una situación que claramente les perjudica?, dónde ha quedado su preocupación por el aumento de los costes en la cadena de suministro? Tal vez el motivo sea que saben que, como siempre, conseguirán que el transporte sea quien soporte la mayor parte del importe de estas nuevas tasas, y que han tenido que ser los transportistas quienes asuman en solitario la responsabilidad de reclamar que no se aumente aún más la fiscalidad de un sector que cubre sobradamente los costes externos que genera.

Asimismo, elucubran sobre que los cargadores pueden estar guardando las fuerzas negociadoras para continuar reclamando la puesta en marcha de las 44 toneladas o para impedir que se prohíba que los conductores sigan cargando y descargando sus mercancías, porque sólo esto explicaría que estas organizaciones no se hayan preocupado ni una sola vez por si la amenaza de los peajes se hace realidad.

Por todo ello, la CETM argumenta que, una vez más, la dignidad haya brillado por su ausencia entre unos cargadores que, como ya han demostrado durante toda la pandemia, sólo se preocupan de lo suyo, algo que seguramente lastrará, aún más, sus reclamaciones tanto por el Gobierno como por sus clientes.

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