El Consejo de la Unión Europea, el órgano en el que los países miembros acuerdan el contenido de la normativa comunitaria, decidió en su reunión del 20 de diciembre proponer a la Comisión y al Parlamento Europeo que en 2025 tanto los camiones como los autobuses nuevos reduzcan en un 15% sus emisiones de CO2 en relación con las registradas durante el año 2019, y para el año 2030 se fija una reducción obligatoria de un 30%.

De este modo, el Consejo es más estricto que la Comisión, que fue el responsable de esta iniciativa, al fijar como definitivo el límite del 30% para 2030, a menos que se decida otra cosa en la revisión que se realizará de este reglamento en el año 2022; en cambio, la propuesta de la Comisión no era vinculante. Sin embargo, el enfoque general alcanzado en el seno del Consejo rebaja las pretensiones de los parlamentarios europeos, que pedían sendas reducciones del 20 y del 35%.

Según informan desde ACEA, la asociación europea de fabricantes de vehículos, la primera reunión entre las tres instituciones: Consejo, Comisión y Parlamento, que tienen que acordar los límites definitivos, está programada para el martes 8 de enero de 2019, ya que la Presidencia rumana del Consejo ha dado prioridad a la conclusión de la tramitación de este reglamento, que se quiere aprobar durante el primer trimestre de 2019.

Los miembros de la ACEA no están particularmente contentos con esta decisión. En el reglamento se va a incluir una penalización económica para aquellos fabricantes que no cumplan con los objetivos de reducción de emisiones de CO2. Hay que tener en cuenta, que a partir de 2019 las marcas tienen que elaborar una declaración de emisiones de CO2 de prácticamente cada vehículo pesado que vendan, información que se va a tomar como referencia para fijara los límites de 2025 y 2030.

También se va a establecer un sistema de incentivos, denominados super-créditos, por el cual los vehículos de emisiones bajas y cero se contarán como más de un vehículo al calcular las emisiones específicas de un fabricante de camiones. Frente a la propuesta de la Comisión, el Consejo ha decidido excluir a los autobuses y autocares de este sistema de incentivos.

Según la Comisión, con el acuerdo alcanzado del 15 y el 30%, entre 2020 y 2030 se emitirán 54 millones de toneladas menos de CO2. Actualmente, las emisiones de CO2 de los vehículos pesados, incluidos camiones, autobuses y autocares, representan aproximadamente el 6% de las emisiones totales de CO2 en la UE y aproximadamente el 25% del total de las emisiones de CO2 del transporte por carretera.

La postura de la ACEA

Los principales fabricantes de camiones de Europa, a través de un comunicado de la ACEA, han señalado que “la reducción de las emisiones de CO2 de los camiones en un 15% en 2025 y en un 30% en 2030, como lo proponen los ministros, será un gran desafío para la industria y los operadores. Los fabricantes de camiones están dispuestos a reducir aún más las emisiones de carbono, pero esto debería suceder a un ritmo realista, ya que no será posible solo con la tecnología de hoy en día". Y añaden que “de hecho, estas normas de CO2 implican la adopción rápida y a gran escala de camiones con motores alternativos. Sin embargo, sigue siendo muy cuestionable si la infraestructura de carga y reabastecimiento de combustible adecuada para camiones se va a poder implementar en el lapso de unos pocos años. Los estados miembros también deben ser conscientes de sus responsabilidades al respecto”, ha advertido Erik Jonnaert, secretario general de la ACEA.

Desde la ACEA insisten en el hecho de la infraestructura de repostaje para un camión eléctrico no es la misma que para un turismo y que, actualmente, la infraestructura para repostar gas natural licuado (GNL) es muy irregular en toda Europa, aspectos que están fuera del control de los fabricantes de vehículos.

Otro punto sobre el que llaman la atención es que estas medidas van a suponer que los operadores de transporte tengan que renovar sus flotas de camiones a un ritmo mucho más rápido. Por todo esto, desde ACEA piden que se implanten unas condiciones adecuadas en términos de infraestructura, incentivos y renovación de la flota para fomentar el despliegue generalizado de camiones de cero y de bajas emisiones.

Por otra parte, los miembros de la asociación están especialmente preocupados por el hecho de que estas primeras normas de CO2 de la UE para camiones dependen de una línea de base que aún no se ha determinado (la información de las emisiones de 2019). Señalan que “esto significa que los fabricantes de camiones individuales no conocerán sus objetivos específicos antes de 2021. Al considerar que los camiones que se entregarán a los clientes en 2025 ya están en desarrollo, los objetivos se vuelven aún más difíciles. Dado que esta es la primera vez que la UE establece estándares de CO2 para camiones, es preocupante que el sector se enfrente repentinamente a multas desproporcionadamente altas.” En este sentido, piden que se reduzcan los importes de las sanciones, “ya que deben estar en línea con los costos marginales de la tecnología”.

Acuerdo para turismos y furgonetas

En relación con las emisiones de CO2 de los vehículos, señalar que el Parlamento y el Consejo ya han alcanzado un acuerdo provisional sobre la reducción de emisiones de CO2 de los turismos y furgonetas. Con el mismo horizonte, el año 2030, los turismos deberán reducir sus emisiones en un 37,5% en relación con las registradas en el año 2021, mientras que para las furgonetas se ha macado un objetivo del 31%. Igualmente, se establece un límite intermedio del 15% en 2025 para ambos tipos de vehículos.

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