Aunque hace algunas décadas ya que Pegaso, la última marca genuinamente española, desapareciera del panorama nacional de los vehículos industriales, todavía hay gente como Rogelio Cerezales que se empeña en honrar su memoria.

Aunque el IAA de Hannover en Alemania es la mayor feria mundial dedicada a mostrar las novedades técnicas en el mundo del vehículo industrial, lo cierto es que también resulta de lo más interesante recorrer dicha muestra sin preocuparse en absoluto por descubrir novedades… ¿Qué descubriremos entonces? Aquí tenéis una muestra.

La Segunda Guerra Mundial no sólo fue una enorme y dramática carnicería a nivel global, sino que además servió para trazar un nuevo orden mundial del cual todavía hoy en día se dejan notar los efectos.

Aunque en 1917 los neumáticos de aire ya eran comunes en los automóviles, los camioneros eran reacios por lo que el fabricante americano de neumáticos Goodyear desarrolló una estrategia comercial para demostrar que los de aire ya estuvieron listos para los vehículos industriales.

Con sus modelos Super Goelette y Super Galion, ambos abreviados SG, Renault se hizo un importante hueco en el mercado, vendiendo estos furgones durante varias décadas y bajo diferentes nombres comerciales.

Conocido durante muchos años como uno de los mayores fabricantes de camiones a vapor, Foden pasó a formar parte del grupo americano Paccar en 1980, desapareciendo como marca definitivamente en 2006.

Tras la Segunda Guerra Mundial, el consorcio Fiat ofrecía de nuevo toda una gama de vehículos industriales, entre ellos el camión ligero modelo 615 de 1,55 toneladas de carga útil.

En la posguerra, con Renault ya en manos estatales y antiguas marcas galas con enormes problemas de supervivencias, se creó una nueva marca comercial para vender un gran abanico de vehículos industriales de procedencia diversa: Saviem.

La Segunda Guerra Mundial movilizó en todos los aspectos a los USA, de forma que afectaría profundamente el transporte por carretera en aquel país, pero cuando los excombatientes regresaban a sus casas y retomaban sus empleos como camioneros iban a comprobar que la lucha no había terminado del todo.

La apreciada y legendaria robustez de los camiones soviéticos de la marca KrAZ, destinados a los transportes pesados civiles y militares, se debía, en parte, a la ventaja que les otorgaba su simpleza, ya que poco podía romperse en estos vehículos preparados para los trabajos más duros. Todavía se siguen fabricando.